Anhelar lo divino y deleitar lo mundano ha
enredado a dioses y humanos en “Anfitrión”. Una mímesis salpicada de enredos
típicos y consecuencias sobrenaturales que trascendió los días del poeta latino Plauto (254a.C.
– 184a.C.), quien, con monólogos y advertencias, crea una trama desenfadada.
La misma que siglos después ruborizó a las cortes
francesas en versión de Molière (1622–1673) y afinó la pluma de Heinrich Von
Kleist (1700–1756) hasta reaparecer en nuestra época. Sus giros entre las apariencias
y la realidad así como la tenue distinción entre seres divinos y terrenales le confirieron
notable vigencia.
Soma Teatro ha desempolvado este clásico
–con tres lecturas disímiles a cuestas– bajo una mirada fresca y contemporánea. Rodrigo
Chávez y Daniel Amaru Silva, los dos artífices esmerados de esta productora
independiente, arriesgan con una comedia honesta sobre las trampas de la
identidad.
Entre dicotomías ingeniosamente entrelazadas, la obra narra cómo Zeus (el inspirado Sergio Paris) adopta la apariencia física del general Anfitrión (Rolando Reaño) para seducir a Alcmena (Natalia Cárdenas), su esposa, mientras éste comanda las tropas tebanas.
Entre dicotomías ingeniosamente entrelazadas, la obra narra cómo Zeus (el inspirado Sergio Paris) adopta la apariencia física del general Anfitrión (Rolando Reaño) para seducir a Alcmena (Natalia Cárdenas), su esposa, mientras éste comanda las tropas tebanas.
Ayudado por Hermes (el preciso Gabriel
González) metamorfoseado en el esclavo Sosías (Alaín Salinas), los dioses
instalarán un laberinto entre la ficción y la realidad. El primero marcado por enredos
a ritmo de comedia vibrante; y la otra, por revelaciones que advierten al público
sin alejarlo de la complicidad que exige la trama.
La personalidad resulta esencial en la
dinámica de los dobles. Paris brilla como un dios vanidoso, y es secundado por
un, más bien, despreocupado González; rasgos distantes a la candidez e ilusión
que despierta la interpretación de Reaño; y la inagotable energía y dosis de
paranoia con que Salinas compone al leal siervo del general tebano. El tono picaresco y desenfadado aviva la
comedia y realza la contraparte femenina al alejarlos de los habituales
estereotipos. Ello puede verse en la novia de Sosías, Cleantís (una desenvuelta
Alexa Centurión); la esposa de Zeus, Hera (la acertada Tatiana Espinoza) y, en
menor medida, con Alcmena (Cárdenas, de buen trabajo).
Esta ruptura de clichés alcanza a las
relaciones sociales –el matrimonio o el poder– y moviliza la resolución de la obra.
El juego de identidades funciona, aun cuando alguna aparición (Hera/siervo) resultó confusa, lo que no resta méritos a un trabajo que, en medio de sus contradicciones, fluye por su mirada humana, empática y oportuna. Con ingenioso acierto, el “Anfitrión” de Soma Teatro reflexiona sobre las facetas que construyen la identidad del ser desde un juego de acciones, roles y acotaciones llamado teatro. Un inteligente ensayo de espejismos en el que héroes y villanos no siempre son los mismos y casi siempre tienen más de humano que de divino.
El juego de identidades funciona, aun cuando alguna aparición (Hera/siervo) resultó confusa, lo que no resta méritos a un trabajo que, en medio de sus contradicciones, fluye por su mirada humana, empática y oportuna. Con ingenioso acierto, el “Anfitrión” de Soma Teatro reflexiona sobre las facetas que construyen la identidad del ser desde un juego de acciones, roles y acotaciones llamado teatro. Un inteligente ensayo de espejismos en el que héroes y villanos no siempre son los mismos y casi siempre tienen más de humano que de divino.
FICHA
ESCÉNICA
“Anfitrión”, versión de Soma Teatro
Dirección: Rodrigo Chávez y Daniel Amaru
Silva
Elenco: Tatiana Espinoza, Sergio Paris,
Natalia Cárdenas, Alexa Centurión, Alain Salinas y Gabriel González
Temporada: Del 10 de marzo al 30 de abril
Funciones: Sábados, domingos y lunes a las 8
pm
Lugar: Alianza Francesa de Lima (Av.
Arequipa 4595, Miraflores)
Una producción de Soma Teatro
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