Las quimeras son alucinaciones vitales. Esa maravillosa
impulsividad mueve las ficciones más sublimes o las realidades más abyectas gracias
a un discurso épico, esperanzador o persuasivo que los solitarios personajes de
“El rancho de los niños perdidos” pretenden sortear.
Elenco de "El rancho de los niños perdidos" |
La pieza escrita por el dramaturgo Sebastián
Eddowes los sitúa en un escenario de identidades camufladas, convulsos ejes históricos
y sociales, episodios de vana ilusión y dosis de activismo LGTBI. Estos ingredientes,
de un algún modo u otro, encontraron eco en el Festival Sala de Parto 2017 como
una de sus obras ganadoras.
Este montaje –una fábula que convence hasta
cierto punto– describe la difícil lucha por los sueños por más irreverentes que
estos sean. Desde ese lugar observa la esquiva búsqueda del amor o la amistad
en un mundo plagado de pasiones vacías y relaciones tiranas.
Alexander Porfirievich Zinatov (Seyfarth) y Benjamín Murieta (Ramos) |
La historia presenta a Benjamín Murieta (buen
rol de Sebastián Ramos), un joven limeño incomprendido y desprotegido en un
país que se cae a pedazos (el Perú de finales los años 80). Su pasión por el
cine parece ser la única certeza entre el caos, la violencia y la inflación.
Su fragilidad aparente no lo arredra a
emprender una aventura imposible: darle la vuelta al planeta en busca de un
lugar donde no se sienta ajeno, aunque ello lo obligue a refugiarse en la
ficción.
Llega a “El rancho de los niños perdidos”, un oasis de libertad
artística en medio de la censura y el totalitarismo del régimen comunista en
Bielorrusia. Ahí conoce al excéntrico cineasta ruso-español Alexander
Porfirievich Zinatov (Carlos Seyfarth en un papel temperamental), su director
de cine favorito y líder de esa comunidad habitada por adolescentes
abandonados; entre ellos, Michel o Francesco Rossi (Jorge Black), el famoso
protagonista de sus filmes.
Francesco Rossi o Michel (Jorge Black) |
La puesta tiene dos actos marcados por revelaciones,
atracciones e intrigas; contextualizados acertadamente con antiguos metrajes de cintas
soviéticas y una sobria musicalización.
Con una escenografía y utilería mínimos, las interpretaciones de Ramos y Seyfarth –y su relación tensa e íntima– lucen potentes y verosímiles en el primer acto.
Con una escenografía y utilería mínimos, las interpretaciones de Ramos y Seyfarth –y su relación tensa e íntima– lucen potentes y verosímiles en el primer acto.
En la segunda mitad –y con una intervención más
fresca de Black–, las verdades terminarán por derribar los muros de fantasía de
la quimera soviética y los desvaríos de Alexander.
En la premiación en Cannes (una escena clave), no obstante, los actores rayaron con la sobreactuación en un afán por desmarcarse de sus roles principales restando naturalidad. A pesar de sus exotismos narrativos, “El rancho de los niños perdidos” se revela como un espejo de las relaciones humanas que no distingue géneros, épocas disfuncionalidades familiares ni ideas políticas. Esta vez, quizá, el artificio provocador de algunas de sus escenas logró opacar el impacto de una historia que reclamaba más urgencia que brillantina.
En la premiación en Cannes (una escena clave), no obstante, los actores rayaron con la sobreactuación en un afán por desmarcarse de sus roles principales restando naturalidad. A pesar de sus exotismos narrativos, “El rancho de los niños perdidos” se revela como un espejo de las relaciones humanas que no distingue géneros, épocas disfuncionalidades familiares ni ideas políticas. Esta vez, quizá, el artificio provocador de algunas de sus escenas logró opacar el impacto de una historia que reclamaba más urgencia que brillantina.
FICHA DE LA OBRA
“El rancho de los niños perdidos” de
Sebastián Eddowes
Dirección: Sebastián Eddowes
Elenco: Sebastián Ramos, Diego Carlos
Seyfarth y Jorge Black Tam
Lugar: Amaru Casa Cultural (Jr. Sucre 317,
Barranco)
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
Temporada: Del 04 al 26 de octubre de 2019
Entradas: S/ 30 (General) y S/ 20
(Estudiantes y jubilados)
Más información en la página de la obra