Un confuso episodio acabó con la vida de Leonidas Yerovi Douat (1880–1917) en las puertas del diario La Prensa a inicios del
siglo XX. Este hecho real sirve de insumo para “Yerovi, vida y muerte de un
pájaro cantor”, una bellísima pieza escrita por Celeste Viale Yerovi con indudable
valor familiar.
Yerovi (Janncarlo Torrese) y Sánchez (Alfonso Dibós) |
Desde la escritura, la autora –nieta de
Yerovi– intenta reivindicar el pasado con un retrato equilibrado, nostálgico y humano
de su abuelo. Su aproximación se ampara en la rigurosidad histórica (de viajes
y aventuras literarias) sobre las que oportunamente desliza elementos meta–teatrales
y de ficción.
El director Jorge Chiarella maneja adecuadamente
los planos (tempo–espaciales) hasta conseguir una historia interesante y fluida
en dos actos bien actuados y estructurados. Con sutileza e ingenio, intercala a
Yerovi como eje histórico y, a la vez, un irreverente espectador de su época.
Desde el inicio “Yerovi, vida y muerte de
un pájaro cantor” se torna sombría. El protagonista sale al encuentro de un
destino ineludible: es rechazado por su padre, es abatido en un duelo desleal y
atestigua su propio juicio.
En medio de esos visos tragicómicos, Yerovi (impecable
trabajo de Janncarlo Torrese) brilla excéntrico y grácil.
"Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor" |
Su personalidad bohemia atraviesa logros (su
consagración con “La de cuatro mil” o el semanario “Monos y monadas”) y fracasos
sin aspavientos.
Su madre (intenso rol de Daniela Rodríguez) se erige en una
voz de justicia en un caos sentimental y maternal. Alfonso Dibós encarna a Manuel
Sánchez, el homicida de Yerovi, en un desempeño sobrio y gravitante. El elenco (Laly Guimarey, Neskhen Madueño y
Fiorella Milla) que los acompaña despliega un trabajo emotivo, preciso y versátil.
Algunos realizan dos o tres papeles exigentes y disímiles como Paul Ramírez en
sus roles de Julio Málaga, amigo de Yerovi y caricaturista, el juez y un huésped
español. Con una dramaturgia cuidada y metafórica (Yerovi,
el pájaro que no canta ni vuela), el montaje trasciende los coloquialismos añejos
hacia una pieza de diálogos poéticos y vivaces.
El bigote risueño de Yerovi |
El plausible trabajo de iluminación
y las proyecciones audiovisuales añaden tensión y dramatismo a medida que avanza la
obra.
Chiarella emplea la perspectiva circular de
la sala para esbozar un teatro/juzgado que convierte al público en un jurado
atemporal. Por si fuera poco, el arma homicida aparece como un “guiño” contemporáneo
que quiebra la cronología en escena sin perder de vista la universalidad de las
causas.
“Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor”
marca algo más que una despedida solemne. Es el rescate de la dignidad y aprecio
esquivos en vida y que un siglo después es restituida por la propia familia. Leonidas
Yerovi, el criollo de bigote risueño, puede aplaudir desde el parnaso eterno.
FICHA
ESCÉNICA
“Yerovi, vida y muerte de un pájaro cantor”
de Celeste Viale Yerovi
Dirección: Jorge Chiarella Krüger
Elenco: Janncarlo Torrese, Alfonso Dibós,
Daniela Rodríguez, Paul Ramírez, Laly Guimarey, Neskhen Madueño y Fiorella
Milla
Temporada: Del 23 de septiembre al 4 de
diciembre
Funciones: De jueves a lunes a las 8pm /
Sábados y domingos a las 7pm
Lugar: Teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha
2160, Jesús María)
Entradas: S/. 50 (General), S/.35
(Jubilados) y S/. 25 (Estudiantes)