Luego de algunos años una pieza de Harold
Pinter (1930–2008) vuelve a escena. Aquella vez en “La fiesta de cumpleaños”,
montaje de Teatro La Plaza (2011) que dirigió Chela de Ferrari, presentaba a
Stanley (Paul Vega), el huraño huésped inmerso en una celebración entre
desconocidos.
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"El montaplatos" de Harold Pinter |
En esta pieza, como en otras, se revela el
uso magistral de la intriga, los silencios expresivos y las macabras alternativas
de la incomunicación. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2005, este
autor reafirma con “El montaplatos (1957)”, su fascinación por la creación basada
en oscuros artilugios. Bajo la dirección de Joaquín Vargas, la
enigmática puesta adquiere matices discretos y dinámicos sin perder la esencia
tragicómica y lúdica de escritor inglés. En poco menos de una hora, el público
es sometido a un espectáculo aparentemente trivial que deja más preguntas que
respuestas. Es la esencia de Pinter.
JAULA
ESCÉNICA
A través del montaje desliza su visión sobre
los poderes fácticos y las endebles libertades. Su crítica se pone al descubierto con
inexplicables encuentros que sufren sus personajes de modo inevitable. En este
caso, dos asesinos a sueldo confinados al rutinario trajín de un montaplatos.
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Ben (Juanjo Espinoza) y
Gus (Fernando Luque) |
Este artefacto por el que se desplazan objetos
de un piso a otro –un incómodo crujido– revela la fría arbitrariedad entre
superiores y subordinados. Desde arriba llegan órdenes desconcertantes que los matones
leerán con estupor y que desencadena diálogos imposibles y momentos
inquietantes. Gus (un mesurado Juanjo Espinoza) y Ben (un
intenso e inquieto Fernando Luque) se desplazan entre confines imaginarios de
una jaula textual. Mientras intentan tender un diálogo inteligible, ambos reproducirán
la misma verticalidad que los emplea y los reducirá a meros eslavos de un sistema que los
utiliza.
SOCIEDAD
PASIVA
El uso del espacio cuadrangular –con una
marcación externa eficaz– y los efectos (luces cenitales y sonidos
sincronizados) ayudan a las atmósferas de tensión, misterio y asombro. La
presentación visual impresiona pero se desboca en medio del caos verbal que plantea Pinter.
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"El montaplatos" dirigida por Joaquín Vargas |
Ese hermetismo ha situado a la puesta en el
paraguas del “Teatro del absurdo” a pesar de las connotaciones políticas que
podría ocultar. Una puesta de riesgo que podría ser un enorme desafío para aventureros
de la escena. La versión de Vargas se acomoda al desconcierto original. Quizá la descripción más acertada sea la que
acompaña a la obra: “una trampa para dos actores y una audiencia”. ¿Y el
público? Lejos de los fugaces detalles o los acertijos tejidos con parlamentos
inconexos, los espectadores pueden sentirse a salvo: es una obra nada complaciente o convencional, si se quiere.
FICHA
ESCÉNICA
“El montaplatos” de Harold Pinter
Dirección: Joaquín Vargas
Producción: Pamela Stewart / JVN
Elenco: Juanjo Espinoza y Fernando Luque
Lugar: Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595,
Miraflores).
La temporada fue del 6 de julio al 18 de agosto