La irreverencia no respeta límites ni dogmas.
Bien empleada, puede ser el génesis de agudas parodias con que socavar paradigmas
y mitos. “Cuaresma”, la reciente obra de César Vera, revela la curiosa
similitud que existe entre los dilemas espirituales y los delirios terrenales desde
una óptica humana.
"Cuaresma" de César Vera |
SERMÓN
DEL PARQUE
Ricardo Cuaresma (buen trabajo de Martín
Velásquez) y Gonzalo “a secas” (Vera con un aceptable desempeño) sostienen una
charla en una banca de parque. Sus personajes viven en polos opuestos: uno es
creyente, aunque amigablemente tolerante; el segundo, un agnóstico recalcitrante,
pero reflexivo.
Gonzalo a secas (Vera) y Ricardo Cuaresma (Velásquez) |
Sus nombres aluden a extremos: el líder de una
ideología violenta (una asociación no confirmada) o una
de las fiestas del catolicismo. Esta dicotomía “anfibia” se combina en un montaje
inclasificable: un drama anticlerical, una farsa ideológica o una sátira
grandilocuente que intimida pero no ofende. Un inquieto fauno (Andrea Brissolese)
asiste a ambos personajes durante los cambios de historia. A pesar de estos personajes
interesantes, la puesta no trasciende. Se podría esperar una quijotización y/o
sanchificación –dentro y fuera de escena– o una acción movilizadora pero la aventura
queda a la mitad.
LUCHA
A MEDIAS
A pesar de esta tibieza, la dramaturgia no
esconde su intención: critica a los estamentos religiosos (cardenales o papas)
y parodia los hechos bíblicos (otra “versión” sobre la creación) con humor profano
y, a veces, con descarnada licencia. Esta línea acompaña a Vera desde las primeras obras de como “Canallas”.
Jardín del Edén en "Cuaresma" |
Crédito de fotos: Cuaresma
FICHA
ESCÉNICA
“Cuaresma” de César Vera Latorre
Dirección: Fito Bustamante
Asistencia de dirección: Paula Zuzunaga
Elenco: Martín Velásquez, César Vera y Andrea
Brissolese
Temporada de estreno: Del 8 al 24 de abril de 2016
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