Los años de juventud son de inevitable aprendizaje.
Estas lecciones, por lo general, más despiadadas que amables, dejan una imborrable
huella en la memoria, el alma y el corazón de jóvenes protagonistas mientras equilibran
sus deseos, anhelos y emociones.
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Owen (Bernal), Mica (Rosalino), Valentino (Billinghurst) y Sol (Ravines) en "Las hembras no lloran |
Ese delirante universo cargado de ilusiones y
descubrimientos sacude con estrépito y desenfado en “Las hembras no lloran”
(2023). Esta obra de título llamativo es una ‘bienintencionada’ adaptación a la
realidad peruana de “Lo que quieren las guachas” (2020), sonado éxito teatral de
la argentina Mariana Cumbi Bustinza.
Desde el Nuevo Teatro Julieta de Miraflores, la
reciente propuesta de la Asociación Cultural La Pasión transita entre el riesgo
artístico y la denuncia social con un montaje vertiginoso, crudo y, de algún
modo, transgresor. Un singular desafío asumido por los directores Aldo
Miyashiro y la debutante Tania López Bravo.
“Las hembras no lloran” se sostiene en una
premisa inagotable en melodramas televisivos: el (des)encuentro entre pobres y
ricos en algún país latinoamericano. Si bien la propuesta expone problemas
sociales de fondo, el cariz ‘realista’ del montaje sucumbe al presentar una
galería de personajes que linda los estereotipos.
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Mariela (Arnillas) y sus hijos (Bernal y Brissolese) |
De ese modo, aparece una familia de un barrio
popular: Mariela (Javiera Arnillas, en un rol valiente), madre soltera bastante
temperamental y corajuda; y sus hijos Owen (un aceptable Aric Bernal), un joven
dedicado y soñador; y Yani (una firme y atrevida Andrea Brissolese,), una
adolescente rebelde y algo ingenua. Frente a ellos, y no necesariamente
contrapuestos, están tres jóvenes de un distrito exclusivo: Mica (Gia Rosalino,
de buen trabajo), una universitaria estudiosa; y sus amigos Sol y Valentino (Aria
Ravines y Gustavo P. Billinghurst, ambos aceptables), marcados por una vida
descontrolada, ausencia de sus padres y evidentes carencias afectivas. Los enredos entre ambos mundos aportan nudos y
giros interesantes. Owen y Mica, por ejemplo, inician una tierna relación; mientras
que, motivado por otras razones, Valentino empiezan a salir con Yani. El
destino de los otros personajes gira en torno a esos romances frágiles y
furtivos, que sirven para la denunciar la marginación, la indiferencia y la
defensa de los privilegios.
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La obra es una adaptación de "Lo que quieren las guachas" de Mariana Cumbi Bustinza |
Salvo los contrapuntos musicales de Loko Pérez a
la guitarra –con un desempeño vocal de los actores que debería mejorar–, el montaje
se reduce a un antagonismo plano, de buenos contra malos. Aquí, las escenas más
logradas son aquellas coreográficas (con música urbana) en las que el elenco mostró
solvencia y desenvoltura, olvidando el nerviosismo inicial. Una escenografía funcional de biombos blancos bellamente
iluminada con luces y contraluces recreó la euforia sicodélica para estos irrefrenables
seres. Aunque descarnada y controvertida, “Las hembras no lloran” enlistó problemas
reales y urgentes, pero desde una perspectiva ya conocida y, por tanto,
predecible. FICHA ESCÉNICA
“Las hembras no lloran” (adaptación de “Lo que
quieren las guachas” de Mariana Cumbi Bustinza)
Dirección: Aldo Miyashiro y Tania López Bravo
Elenco: Javiera Arnillas, Andrea Brissolese, Gia
Rosalino, Aria Ravines, Gustavo P. Billinghurst y Aric Bernal
Música en vivo: Loko Pérez
Temporada: Del 13 al 29 de octubre del 2023
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
Lugar: Nuevo Teatro Julieta (Pje. Porta 132,
Miraflores)
Entradas: S/ 45 (Super VIP), S/ 35 (VIP), S/ 30
(General) S/ 25 (Estudiantes, adulto mayor y CONADIS) en Joinnus y en la
boletería del teatro
Un montaje de la Asociación Cultural La Pasión
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