Luego de casi cuatro años el Teatro de Lucía reestrena
“La Extravagancia”. Este complejo texto de Rafael Spregelburd (Buenos Aires,
1970), incluido en su “Heptalogía de Hieronymus Bosch I, II y III” junto a La
inapetencia y La modestia, ha preservado su arriesgada lógica de explorar el
teatro con los sentidos.
La historia fuerza el reencuentro de tres hermanas
idénticas (dos gemelas) y una adoptada que han perdido el contacto hace tiempo.
Tanto que parece que hubieran olvidado que eran hermanas. A través de ellas –y
a modo de rompecabezas– irá construyéndose un retrato familiar disfuncional y
curioso.
“La extravagancia” adopta una riqueza sensorial
rápidamente identificable en puestas dirigidas por Carlos Tolentino. Ecos lejanos
que aturden, luces que se desvanecen y códigos disgregados aportan a un lenguaje
que, al principio, podría lucir indescifrable pero que guía con exigencia a la
platea.
EXTRAÑAS TRILLIZAS
Centrada en una espinosa relación fraternal
que inquietará el drama pero dejará espacios para la comedia, “La extravagancia”
presentará a tres hermanas en torno a una revelación de vida o muerte: un menester
complicado por una tirante relación con los padres, resentimientos de infancia
y manías ocultas.
La avispada y versátil Cécica Bernasconi no
huye a este reto. Entre monólogos oscuros y tragicómicos, matices delineados al
detalle para cada personaje y un temple firme mantiene a María Socorro, María
Brujas y María Axilas –nombres perfectos para resignificarse– por los 55
minutos que dura la obra.
En la piel de estas “marías”, Bernasconi revela
más que penas y rencillas, encarna el olvido o dejadez de los lazos de familia.
Ella invita a imaginar la soledad o la nostalgia. La intervención de los padres
–ausentes, pero frecuentes– ayuda a descubrir en la dureza de sus personajes la
fragilidad de sus emociones.
DESDE MUY LEJOS
El juego con las distancias es una clave de Spregelburd. Por ejemplo, María Axilas es profesora de fonética radicada en
Japón. Las proyecciones de sus clases –una materia alejada de profesiones más
comunes– son un elemento que encaja en el desconcierto propuesto por el autor
argentino.
Otros intentos por establecer un nexo se dan mediante el
teléfono. Una de las llamadas de la madre revela el
rompecabezas familiar que envolvió a las hermanas cuando eran niñas. En otras escenas,
basta una silla vacía o una pantalla con una emisión desde miles de kilómetros para
sentir cierto desarraigo.
Esta lejanía y sentido premonitorio es potenciada en la puesta de Tolentino
con la presencia del rojo en objetos y luces, y con sugerentes ritmos japoneses
o la música incidental. Estas distancias no verbales elevan el montaje, aunque
podrían crear alguna barrera para conectarse con su estética narrativa. Quizá sea ese el confuso encanto de “La extravagancia”.
FICHA ESCÉNICA
“La Extravagancia” de Rafael Spregelburd
Actuación: Cécica Bernasconi
Dirección: Carlos Tolentino
Dirección adjunta: Norma Berrade
Temporada: Del 16 de febrero al 6 de marzo de 2017
Las funciones van de jueves a lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
Las funciones van de jueves a lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
Lugar: Teatro de Lucía (Ca. Bellavista 512,
Miraflores)
Fotografías: Álvaro DávilaMás información en el evento de la obra
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