domingo, 27 de julio de 2014

Universo poético

Como quien improvisa una melodía, en ocasiones, las búsquedas escénicas intuitivas suelen sorprender. Planteadas más allá de convenciones y fórmulas, estas propuestas son aleccionadoras y didácticas aún cuando su génesis teatral sea una observación de lo improbable.
“Blanco sobre blanco” es el último desafío de esta naturaleza gestado en Espacio Libreacogedora casa colmada de travesuras reflexivas y osadías literarias.
Esta vez, se presenta un montaje performance (la clasificación puede debatirse) basado en la inventiva del artista  Jorge Eduardo Eielson (1924-2006).
“Es un montaje aún en proceso”, reconoce Diego La Hoz, quien junto a Karlos López Rentería, conduce “Libera(c)ciones”, punto de partida para el fortalecimiento creativo iniciado en 2011. “Blanco sobre blanco” surgió, creció –y crecerá más– gracias a la libertad como pauta.

Lecciones escénicas
En escena, se plantea una diversidad de voces que convergen en un punto: la exploración del cuerpo como un lienzo, sensual, puro y degradado. Sin prejuicios y con una dosis de revaloración literaria nacional, el universo intrincado y sutil de Eielson (la noción de cuerpo) se convierte en una experiencia sensorial.
El aporte del elenco es vital para la construcción de su “dramaturgia”. Son voces que recogen experiencias cercanas, científicas, musicales o religiosas que se contraponen o conviven en medio de instalaciones plásticas
El verbo se hace carne (emociones y sensaciones) bajo figuras de interpretación diversa y disímil. Una puesta inicial que seguir de cerca para saber a qué lejano puerto arribará.
Podrían descubrir la belleza de otros procesos titulados luego “Voces”, “Cantata para no morir”, Identidad-es”, “Mientras canta el verano” o “Los funerales de Doña Arcadia. Esa vieja (y buena) escuela, la de grupo, de Espacio Libre, es una forma de trascender en estos grises, pero muy cálidos, días de aniversario.

Ficha escénica
“Blanco sobre blanco”, inspirado en poemas de Jorge E. Eielson
Conducción: Diego La Hoz y Karlos López Rentería
Elenco: Jhuliana Acuña, Pedro Adolfo, Priscila Arévalo, Judith Cortez, Luana Fretel, Nilton Minaya y Sati Brizuela
Lugar: Casa Espacio Libre (Av. Bolognesi 802-A, Barranco)
Pronto publicaremos próximas funciones
La entrada es liberada y la salida solidaria 

Alegres aventureros

Refrescar los clásicos es una fórmula que, desarrollada con acierto, podría funcionar en escena. Las gráciles adaptaciones infantiles de Ayepotámono han esbozado un estilo plausible que combina historias originales y frescas, simpleza dramática y cierto minimalismo escenográfico.
Percy Williams, Sergio Velarde y Renato Iberico
Como sucede en “Juan Sin Miedo”, nueva adaptación del director Alexander Pacheco. La historia vira levemente del tradicional nudo y desenlace del relato recogido por los hermanos Grimm, pero conserva su espíritu aleccionador y divertido con pizcas humor y actualidad.
La línea argumental presenta a Juan, el menor de tres hermanos panaderos, que anhela experimentar el miedo. Lejos de ‘espantar’, esta idea se convierte en una búsqueda personal y alegórica. Renato Iberico encarna al entusiasta e inmutable protagonista, ayudado por la soltura de la dramaturgia.

Viajeros sin rumbo
Lo acompañan sus hermanos Manfred y Otto (los hilarantes Sergio Velarde y Percy Williams) con guturales apariciones. En su travesía conocerá a un músico viajante (Fernando Pétong), un ballet de árboles encantados, una bruja fuera de serie (divertido rol de Carla Ramírez), un fantasma atrapado en un castillo y un monstruo algo vanidoso.
La bruja (Ramírez) y su
gato (Williams)
El desempeño del elenco (Velarde y Williams habían actuado en “El sastrecillo valiente”) es aceptable y la inclusión de Pétong y Ramírez es acertada por sus registros. 
La musicalización de Héctor Valdez –con su look barrocoy las escenografías móviles recrean las atmósferas precisas. Estos elementos, personajes y la fuerte conexión que establecen con el público adulto y, en especial, infantil son logrados méritos durante la función.
Con una temporada (va los sábados y domingos) iniciada hace pocas semanas en el Centro Cultural El Olivar de San Isidro, Juan Sin Miedo” consolida el trabajo de Ayepotámono bajo una premisa vital: jugar en escena. Un juego contagioso y entretenido que disfrutar en familia.

Ficha escénica
Juan Sin Miedo”, versión libre del clásico de los hermanos Grimm
Dirección y dramaturgia: Alexander Pacheco
Elenco: Renato Iberico, Percy Williams, Sergio Velarde, Carla Ramírez y Fernando Pétong
Musicalización: Héctor Valdez
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Ca. La República 455, San Isidro)
Funciones: Sábados y domingos a las 4pm
Entradas: S/. 30 (General) y S/. 25 (Niños)
Más información en el evento y en la página de Ayepotámono

jueves, 17 de julio de 2014

Fantasías urbanas

Cada rincón guarda un secreto. Y en Lima los rincones son tan insospechados como los personajes que los habitan: extraños, cautivantes y misteriosos. Una suerte de ángeles y demonios (probablemente más de los segundos) a los que ya estamos acostumbrados.
El espacio público en escena
Resulta difícil de imaginar, pero en la ciudad jardín hay lugar para la fantasía
Esa esencia aparece en “La calle es nuestra”, divertido y mordaz retrato sobre nosotros mismos (el crisol limeño), sus defectos, virtudes y sus personajes silvestres y excéntricos.
Este espectáculo itinerante se inspira en la riqueza sensorial de los espacios urbanos, resistido, a veces, en la estética teatral. Aún quedan dos funciones (el 23 y 30 de julio) para apreciar este montaje grácil y colorido sobre una ciudad de cielos grises y paredes desteñidas.

Nosotros mismos
La propuesta no propone un rumbo exacto. Sus cuatro historias narradas –y levemente teatralizadas– describen con ironía y desenfado a la centenaria villa. Unos cuentos escritos por los narradores-actores fueron el punto de partida de la puesta a la que se añadieron elementos escenográficos.
"La calle es nuestra"
Leny Luna Victoria y Renzo García son voces plausibles con una imaginación desbocada
Su narración brilla sobre los pocos elementos y sus ágiles performances les basta para recrear la vida ajetreada de sus personajes-moradores
El resultado es lúdico.
Divierte, emociona y sorprende, aunque no al punto de lo esperado. En parte, como reconoce el director Raúl Durand en el programa de mano, porque la puesta fue pensada como una intervención urbana para fugaces transeúntes. Es probable que el montaje pierda un poco de fuerza dramática pero gana por el aporte creativo de otros recursos.

Rumbos citadinos
Su estética (visual, plástica y sonora) urbana deleita y potencia imágenes sólidas y reconocibles. Los rápidos movimientos le confieren un ritmo acentuado, mientras que su sarcasmo y lógica ficticia –que pudo haberse explotado más– no subestima al espectador.
Leny Luna Victoria y Renzo García
Lo sumerge en una collage de estampas urbanas combinadas con relatos universales como Alicia en el país de las maravillas o ciertos desvaríos espacio-temporales
Esa transgresión funciona en la geografía limeña cuya realidad (intimidante y tétrica) supera a la innocua ficción.
Con “La calle es nuestra”, el Colectivo Lima en Movimiento rescata al espacio público en una incursión escénica que debería verse más a menudo en las tablas. Para su equipo creativo, refiere el programa, “la calle puede ser un refugio o una trampa, la libertad o una prisión”. Saben que en esos rincones habita su inquieto espíritu urbano.

Crédito de fotografías: Víctor Idrogo / La calle es nuestra

Ficha escénica
La calle es nuestra”, con textos de Leny Luna Victoria y Renzo García
Dirección: Raúl Durand
Elenco: Leny Luna Victoria y Renzo García
Diseño de Arte: Fiorella Franco y Bruno Binda
Asesoría Literaria: Carlos La Rosa
Diseño de sonido: Rodrigo Sarmiento
Diseño de luces: Igor Moreno
Funciones: Miércoles 9, 16, 23 y 30 de julio a las 8pm
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Ca. La República 455, San Isidro)
Producción Ejecutiva: Rosa Mosquera
Entradas: S/. 20 (general) y S/. 12 (estudiantes y jubilados)
Informes al correo colectivolimaenmovimiento@gmail.com
Una producción del Colectivo Lima en Movimiento

viernes, 11 de julio de 2014

Heridas abiertas

Puede decirse que Eduardo Adrianzén (Lima, 1964) se ha dedicado a pintar a los peruanos contemporáneos en escena. En sus obras –certeras propuestas nacidas de un análisis histórico– problematiza sobre la identidad, el imaginario y los anhelos nacionales sin caer en clichés ni sentimentalismos patrioteros.
Emanuel Soriano, Denise Arregui y
Carlos Mesta
En esa línea se sitúa Cómo crecen los árboles”, su último trabajo. La pieza fue seleccionada en el Festival Sala de Parto 2013 y refleja los inconclusos conflictos de un país que prefiere decidir, con la exquisitez de un comensal de lujo, dónde cenar antes que reconciliarse.
Adrianzén escarba en esa furtiva e incómoda fuente desde los ojos de un estudiante de cocina de clase alta. Con fórmulas dramáticas correctas y la dirección de Gustavo López Infantas, “Cómo crecen los árboles entra en su tramo final (va hasta el lunes 14 de julio) en el auditorio del Museo de Arte de Lima.

Tiempos violentos
Una caprichosa serie de sucesos parece devastar a Dante (Emanuel Soriano), un optimista estudiante de cocina. Mientras prepara una receta para su graduación aparece Tomás (Carlos Mesta), su padre y oficial de la marina prófugo por genocidio durante la guerra interna, sin que Maritza, su madre y activista de una ONG (Denise Arregui) pueda evitarlo.
Sylvia Majo y Camila Zavala
Este escenario trastocará su mundo y notará cómo conviven ciertas ideologías en su entorno, como la de su instructor de kung fu (Gustavo Molina) o su ligera novia Vania (Camila Zavala). 
Soriano y Arregui plantean un inteligente juego generacional (la visión sobre el futuro en los años ochenta y en la actualidad) al inicio, aunque luego se diluye esa relación de forma misteriosa.
En cambio, son destacables las escenas de Sylvia Majo como Paulina. Sus testimonios y monólogos desbaratan los milagros económicos y la poca sensibilidad de otros personajes. Por ejemplo, ante Tomás y Cristóbal, las dos versiones de un discurso irreconciliable. O ante Vania durante una charla reveladora.

¿Y el Perú actual?
La escenografía es sobria y funcional; mientras que el trabajo coreográfico (incluso en artes marciales) resulta grácil. Ciertos de estos pasajes delatan la frivolidad en épocas de superávit, sin embargo, corren el riesgo de que puedan ser tomados como un simple efectismo o parodia de los reality shows.
Pesadilla en "Cómo crecen los árboles"
El programa de mano refiere que esta obra es pariente de “Respira” (2009), premiada en “Ponemos tu obra en escena” 2008, festival del Centro Cultural Peruano Británico. Esta vez, sin embargo, la herida social que muestran –y denuncian– no es tan punzante.
Quizá, por la mirada despreocupada de sus personajes actuales, o porque algunos de ellos rozan el estereotipo y la caricatura en virtud a las connotaciones políticas que asoman. A pesar de ello, Cómo crecen los árboles” desnuda la incapacidad de una sociedad que no está dispuesta a colocarse en el lugar de otros, aun cuando la herida que nos hermana continúa sangrando.

Fotografías: SUD Producciones / Cómo crecen los árboles

Ficha artística
Cómo crecen los árboles”, de Eduardo Adrianzén
Dirección: Gustavo López Infantas
Asistencia de Dirección: Johanna Cuevas
Elenco: Emanuel Soriano, Denise Arregui, Carlos Mesta, Gonzalo Molina, Camila Zavala y Sylvia Majo
Lugar: Auditorio AFP Integra del MALI (Paseo Colón 125, Lima)
Funciones: De viernes a lunes a las 8pm / Domingos a las 7pm
La temporada culmina el lunes 14 de julio de 2014
Entradas: S/. 30 (General) y S/. 15 (Estudiantes, jubilados y amigos del Museo). Viernes y lunes populares: S/. 15
Revise aquí el programa de mano digital
Más información en la página de la obra o en su evento

El último refugio

Los procesos cíclicos parecen marcar un karma en la historia peruana. La subversión hoy parece un fantasma, negado por varios sectores, pero muy temido como en sus peores años. En ese pasado los toques de queda, los coches-bomba y la desconfianza marcaban el pulso de vida.
Juan Carlos Pastor y Jackelyn Vásquez
Esa visión apocalíptica reaparece en “Nuestro propio mundo, última pieza de Claudia Sacha (Lima, 1976). 
En esta obra la autora ha esbozado un drama psicológico (o un thriller) con emociones intensas y un suspense bien delineado en un supuesto inicio de una nueva lucha interna.
Desde un lúgubre bastión, la obra brilla en escena y sobrecoge a sus dos protagonistas y a los silenciosos espectadores. ¿Existirá alguna esperanza para ellos y nosotros? Aún quedan cinco funciones para descubrirlo en el Teatro Racional de Barranco. ¿Te atreves a entrar?

Ilusiones de vida
La guerra civil ha vuelto. Javier y Sofía, dos sobrevivientes, están refugiados en un viejo sótano. En pocas semanas, su vida se ha convertido en una mala imitación de una existencia real. Sin rayos de sol ni noches apacibles, viven de los alimentos que Javier puede conseguir… hasta que Sofía decide salir.
Javier y Sofía en el sótano
Su apremio por abandonar el refugio será más vehemente y quebrará la tensa calma del encierro
Aunque reiterado, ese dilema –una negociación difícil que funciona como una metáfora sobre el valor de enfrentar la realidad por más dura que sea– revelará una historia realista con sutiles escenas de fantasía e ilusión durante la hora y media de función.
Y es difícil porque la atmósfera asfixia y oprime. Juan Carlos Pastor y Jackelyn Vásquez se confrontan con naturalidad, certeza y honestidad en sus papeles, aun cuando su mundo ya casi no existe. Por ratos, intercambian ideas o posiciones, pero la sensación de paranoia jamás desaparece.

Sueños de fuga
Ambos actores (Sacha ya había trabajado con ellos) se lucen en escenas poéticas como la construcción de un nuevo “mundo”, y, mucho más, cuando esa supuesta “magia” se desvanece. Se puede elegir ser feliz por un momento o abrir los ojos a una realidad espeluznante y alterna antes de continuar.
Imaginando "Nuestro propio
mundo"
En este claroscuro escénico el juego del misterio dibuja invasores invisibles nacida de reminiscencias peligrosas reales. Lo peor es situarse y saberse en medio del fuego cruzado.
El montaje aprovecha la locación fantasmagórica del Racional, a pesar de que ciertos efectos para el asedio (como los disparos) merecieron un mayor cuidado. Con mucho acierto, “Nuestro propio mundo” se aproxima a un universo pesimista, caótico y en zozobra bastante familiar. 
Uno que suele olvidar su pasado y empeña su presente –y su futuro– con altos intereses. Por suerte, desde pequeñas trincheras valientes como el teatro, aquella esperanza no puede apagarse aun cuando todo esté a oscuras.

Fotografía: Rocío Limo / Teatro Racional

Ficha teatral
Dirección: Claudia Sacha
Elenco: Juan Carlos Pastor Izurieta y Jackelyn Vásquez
Temporada: Del 12 de junio al 19 de julio
Entrada: S/. 25 (general) y S/. 15 (estudiantes y jubilados)
Una producción de Quinta Pared Teatro
Mayores informes en el evento de la obra
Reservas: teatroracional@gmail.com

martes, 1 de julio de 2014

Corazones imperfectos

Cada persona es un enigma. Para develar un poco ese misterio a veces basta encontrarse en una situación extrema. O, quizá, solo fingirla. En “La pareja perfecta, escrita y dirigida por Alejandra Vieira, dos jóvenes enamorados se enfrentan, con gracia y desenfado, a ciertas convenciones sociales.
Diego Alva y Nazaret Ortiz
Una labor que Cupido no podría resolver con sus flechas, sino con una certera dosis de ingenio y mirada críticaComo en una buena sitcom, sus diálogos fluidos y ocurrentes se burlan del enraizado conservadurismo y machismo que invade el imaginario social
Los mártires de esta comedia sólo buscan caerles bien a los futuros suegros antes de casarse. Este buen montaje (con grata aparición dramatúrgica incluida) va los lunes de julio en el Teatro Auditorio de Miraflores. Pocas fechas que merecerían una temporada más larga.

Padres imaginarios
Luego de un inicio tímido, aparecen la actriz Susan (Nazaret Ortiz) y el fotógrafo Benito (Diego Alva). Su dilema radicará en “ensayar una escena” que los congracie con los conservadores y adinerados padres de su novio antes de la boda. Lograrlo implicará ser “la mujer ideal” y el “hombre de la casa”.
Escena de "La pareja perfecta"
Armar la farsa, conllevará a revisar el carácter de los suegros y abordarlos con desparpajo e ironía
En su perspectiva, la autora delinea con acierto a Susan: rebelde y sarcástica ante las concesiones. La joven Ortiz resuelve su papel con ingenio e irreverencia ante las absurdas exigencias.
Alva, por su parte, crece con la obra. Su personalidad se trastoca y revela matices de comedia, en especial, con los padres ausentes. En esos posibles escenarios, los dos lucen y confrontan sus prejuicios en medio de giros inesperados y revelaciones que evitan la monotonía de la pieza.

Futuros casados
Una sátira a la crianza tradicional es deslizada en varios pasajes. La relatividad de los roles, la necesidad inducida de dinero y las actitudes machistas asimiladas por ambos géneros son insumos bien utilizados con visión y profundidad desde el texto, la dirección y el montaje.
Los actores encarnan a Benito y Susan
Su crítica a la poca independencia sentimental y el anhelo de conseguir una pareja ideal la convierten en una comedia amena y reflexiva, con pocas correcciones.
Las más evidentes apuntan a su trabajo técnico en luces y sonido; y una escenografía que luce saturada de elementos.
Presentado como Proyecto Final de Artes Escénicas, “La pareja perfecta” exhibe la calidad de un montaje profesional. Sus comprometidas y entusiastas gestoras (Vieira, Ortiz y Puglianini) ingresan al exigente mundo teatral sin temores y con mucha pasión. Bienvenidas.

Fotografías: Giorgio Gava / La Pareja Perfecta

Ficha artística
La Pareja Perfecta”, de Alejandra Vieira
Dirección: Alejandra Vieira
Actúan: Diego Alva y Nazaret Ortiz
Producción Ejecutiva: Pamela Puglianini
Asistencia de Producción: Chiara Rodríguez
Lugar: Teatro Auditorio Miraflores (Av. Larco 1150, Miraflores)
Funciones: Lunes 30 de junio, 7, 14 y 21 de julio
Entradas: S/.30 (General) y S/.15 (Estudiantes)
Más información en el fanpage de la obra