viernes, 23 de octubre de 2020

Complot bajo el agua

 Se dice que las profundidades marinas guardan inexplicables secretos. Bajo misteriosas y turbulentas olas resuena “Submarinos”, una misión perdida en alguna bitácora o en añejas leyendas concebida por Manuel Gold y Paloma Reyes de Sá.

"Submarinos" de 
Manuel Gold y Paloma Reyes de Sá.

Este ocurrente libreto ha reunido a Gestus y La Ira Producciones en una aventura fantástica, hilarante e inédita. Su propuesta escénica teje inteligentemente episodios cargados de intriga, humor con inesperados giros sostenidos en conspiraciones famosas de YouTube, artefactos extraños y viajes en el tiempo. 
Con la dirección de Reyes de Sá, esta impecable producción para la virtualidad nos invita a ser parte de una tripulación capaz de cuestionar las certezas de su propia realidad. Su radar sondeará los límites de probables complots históricos y sus disfraces de verdad. “Submarinos” sitúa su historia apropiadamente en el año 2145. Marina (una grácil Jely Reátegui), la investigadora científica que comanda el “Cronos”, cumple una misión de alta importancia en las profundidades del mar, según sus reportes al “Hermes”. Todo va bien hasta que Seawolf (un inclasificable César García), desgarbado tripulante de otra nave coincidente del mismo nombre, interfiere su frecuencia. Él afirma estar en 1945 desatando dudas y asombros que deberán resolver mientras se conocen. 
Inmersos en fondos artificiales y comunicaciones de radio, las escenas de “Submarinos” irradian gracia y dinamismo. La interacción de Reátegui y García transita con soltura entre pasajes de comedia, gags gestuales, “trucos” de magia y atisbos del Teatro del Absurdo con habituales reiteraciones y situaciones cíclicas.

Marina (Jely Reátegui)
y Seawolf (César García)
La caracterización y vestuario son un aspecto funcional en la propuesta. Gracias a ellos se puede establecer una inquietante disociación temporal entre el aspecto de viejo marino de Seawolf y la extraña sofisticación de Marina (con su glamorosa lechuguilla). Resulta interesante que la dramaturgia de Gold y Reyes de Sá contemple el lugar que ocupan los artistas en las sociedades, del presente o el futuro. Esta crítica no solo inspira uno de los momentos más recordados de la obra, sino que, además, la conecta con nuestra realidad a través de sus prejuicios, sesgos y olvidos. A pesar de su breve temporada, “Submarinos” explota la fantasía y la curiosidad en una comedia apta para conspiradores y paranoicos. Una inmersión en el tiempo que revela en sus extrañas interrogantes la relatividad de un mundo en el que las cosas ya no son las que parecen. 

FICHA ESCÉNICA
“Submarinos” de Manuel Gold y Paloma Reyes de Sá
Dirección: Paloma Reyes de Sá
Elenco: Jely Reátegui y César García
Funciones: 15, 17, 22 y 24 de octubre a las 9pm
Entradas: S/ 25 en Joinnus
Un montaje de La Ira Producciones y Gestus

viernes, 2 de octubre de 2020

Albedríos y traiciones

Entre sus tragedias más lóbregas, “Macbeth” guarda más de una arista moral escénicamente inagotable. Esta historia de ambición y poder de William Shakespeare (1564–1616) funciona como un catalizador de funestas consecuencias sobre las que divaga el libre albedrío.

"Macbeth, yo no me voy a morir", con la
dramaturgia de Jorge Eines
“Macbeth, yo no me voy a morir” sitúa los reflectores sobre una pareja tóxica, seducida por motivaciones oscuras y nulos arrepentimientos: los Macbeth. Con la dramaturgia del maestro Jorge Eines y fantasma al estilo shakesperiano, este montaje virtual inauguró “Sótano 2”, festival de Teatro del Centro Cultural de la Universidad del PacíficoCon una sólida apuesta experimental, estética y narrativa, la directora Rocío Limo entreteje una historia humana y contemporánea que no pierde de vista los códigos shakesperianos. Ello, sin duda, marca su personalidad sombría e inquietante en la virtualidad.

No es casual que un sonido de estática acompañado de distorsiones funja de apertura. La propuesta de Tejido Abierto Teatro presenta a Macbeth (Eliana Fry, de buen trabajo) y Lady Macbeth (aceptable Vera Castaño) envueltos en una trama de perfectos conspiradores.

Macbeth (Eliana Fry)
El trabajo actoral –con buenos momentos de Fry y Castaño– conduce la acción de “Macbeth, yo no me voy a morir” con minucioso y sobrio fatalismo. El éxito o fracaso de sus intrigas regicidas desmitifica un tanto, quizá, que el status, la violencia, la venganza o las ansias de poder sean cualidades “socialmente” masculinas. En otras escenas, Fry y Castaño se mimetizan en fantásticos aquelarres con tocados de plástico que son, en realidad, irónicos halos de maldad. Sus presagios pueden ser escuchados y temidos, aunque también son una invitación a ver cómo se doblegan a las voluntades humanas.

Además de los conflictos dramáticos, la adaptación que dirige Limo potencia la riqueza visual y narrativa Para lograrlo Las acompañan aciertos técnicos como filtros rojos premonitorios, pistas indescifrables, sonidos agudos y nocturnos, y risas bulliciosas o, incluso, macabras.

Lady Macbeth (Vera Castaño)
A pesar del sofisticado uso del sonido (aporte de Daniel Cano) se observaron algunas limitaciones en la transmisión. En especial, en las escenas donde las actrices enunciaban sus parlamentos (a veces, se incluían, susurros) mientras se alejaban de su dispositivo.
En tiempos de pandemia, “Macbeth, yo no me voy a morir”, proyecto beneficiario de los Estímulos Económicos para la Cultura 2019 del Ministerio de Cultura, afronta este distanciamiento con un discurso, ¿una profecía?, sobre el ímpetu y la voluntad, polos inherentes a la naturaleza humana.

FICHA ESCÉNICA
“Macbeth, yo no me voy a morir” de Jorge Eines
Dirección: Ro Limo Vélez
Asistencia de dirección: Daniel Cano
Elenco: Vera Castaño y Eliana Fry García-Pacheco
Diseño de vestuario: Azul Borenstein
Realización de Tocados: Osmar Rodríguez Aza
Diseño de sonido: Daniel Cano
Temporada:  25 de setiembre / 26 de setiembre
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de octubre / 03 de octubre
Funciones: Viernes y sábado a las 9pm
Plataforma: Tevi Live
Entradas: S/ 20 (General)
Producción general: Tejido Abierto Teatro –Lima
Festival "Sotano 2" del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico