viernes, 9 de septiembre de 2016

Vida de equilibrista

Las delicadas fibras que enlazan a una familia son exploradas en “Cuerdas”. La pieza de la dramaturga Bárbara Colio (Baja California, 1969) aborda estos nexos evidentes e inevitables lastimados a menudo por silenciosas distancias e insospechados secretos fraternales.
Peter, (Carillo) Prince (Álvarez)
y Paul (Aguilar)
La puesta presenta a tres hermanos que deciden viajar juntos para observar el último gran acto de su padre, un equilibrista de renombre, y al que hace mucho no han visto. Un retrato sublime que en la pluma de la autora mexicana adquiere matices dramáticos, metafóricos y hasta risueños.
Bajo la dirección de Alejandro Pedemonte, estos tres hijos ya maduros empacarán sus temores y esperanzas para descubrir al padre detrás de la fama. Ese viaje que, para los espectadores dura cerca de hora y media, es el que andaban esperando desde hace mucho. Quizá, desde la infancia.

TRES HERMANOS
“Cuerdas” se sostiene en una dinámica fraternal construida por personajes con pizcas disfuncionales y gráciles torpezas. La personalidad de cada uno se define por la relación que mantuviera con la figura de un padre admirado por muchos, irónicamente ausente y esquivo con ellos.
Claroscuros de "Cuerdas"
El mayor de todos, Peter (un maduro y sólido David Carrillo), liderará este viaje mientras resuelve sus propios dilemas y conflictos
El segundo Paul (un fresco Adolfo Aguilar, que poco a poco va explorando mejor su faceta teatral) irradia una simpatía con que camufla sus secretosAmbos deciden proteger al menor Prince (una grata interpretación de Miguel Álvarez) descubriendo sus fortalezas. Los tres harán que esta travesía, entre aeropuertos y autopistas, aviven recuerdos y viejas bromas hasta aproximarse a una imagen paterna con más certezas que ilusiones.

UN PADRE SINGULAR
Pedemonte aprovecha la mágica empatía entre Carrillo, Aguilar y Álvarez para sortear las diferencias. En algún punto enfrentan quién de los tres era el hijo preferido. Los monólogos y las reflexiones servirán de catarsis para rencor por el abandono hasta convertirse en un camino de perdón entre ellos mismos.
Los tres hermanos de "Cuerdas"
La sensación de continuo movimiento es encomiable. Desde una escenografía minimalista e interactiva –empleada con acierto y confianza– que emerge a tiempo y no distrae hasta la música que acentúa los momentos reveladores, e, incluso, acompaña perfectamente al trabajo de luces y sombras. Todo funciona. En esencia, los protagonistas de “Cuerdas” son acróbatas empíricos. A falta de una cuerda floja ensayan sobre la vida, un delgado hilo que pende en lo alto y no admite más ensayo que la improvisación. Aprender a mantener el equilibrio puede tomar algunos pocos años o llegar, incluso, con el último suspiro.

FICHA TÉCNICA
“Cuerdas” de Bárbara Colio
Dirección: Alex Pedemonte
Elenco: Adolfo Aguilar, Miguel Álvarez y David Carrillo
Funciones: Jueves, viernes, sábado y domingo a las 8pm
La temporada va hasta el 11 de setiembre
Lugar: Auditorio del Centro Cultural El Olivar

miércoles, 3 de agosto de 2016

Tropiezos de amor

Nada puede contener al amor. Ni distancias, convenciones sociales, tecnologías o cambios de siglo. Esta fuerza delicadamente devastadora irrumpe en “Love and Chill, el divertido montaje de Plan 9 en el Teatro Larco. Una perfectible guía para los confusos enamorados del nuevo milenio.
Federico Abrill, uno de los autores
de "Love and Chill"
David Carrillo y Federico Abrill, dupla creativa de experiencia y talento, dibujan con ingenio y pasión los deslices de cinco curiosas relaciones. Juntos lograron una pieza juvenil y enternecedora sobre la pugna entre equilibrar el éxito profesional y una vida amorosa aceptable sin perder la brújula.
Aunque la puesta reproduce algunas fórmulas de la comedia romántica, explora los nuevos aspectos que redefinen una ecuación sentimental moderna. Sus personajes ingeniosos y verosímiles son tan disfuncionales que la encantadora torpeza que los rodea borra absurdas idealizaciones y clichés.

GALANES Y FLECHAS
Sin una trama única, Love and Chill” presenta casos vívidos: la selfie–maniática Silvia (Airam Galliani) y José Luis (Valentín Prado) que parecen conectar más en redes sociales que en la realidad. O Sebastián (Pedro Pablo Corpancho) cuyas cinéfilas referencias aturden a su musa: la atenta Camila (Valquiria Huerta).
Elenco de "Love and Chill"
O la relación desgastada por la rutina y la edad que sostienen Alonso (Cristhian Palomino) y la empoderada Alejandra (Sandra Barbosa). En el extremo opuesto están quienes desean iniciar: Ximena (Rocío Montesinos) y Martín (Job Mansilla), en un divertido enredo nacido desde una sala de redacción.
Y también están Claudia (Brisa Ghilardi) y Carlos (Federico Abrill), una pareja rodeada de secretos. Estas historias tejerán un entramado de pleitos, confusiones, y revelaciones. La acertada dirección de Carrillo hace que su elenco fresco y grácil fluya en escena con la soltura de sus sentimientos, temores y anhelos.

UN AMOR TAN POP
La puesta habla del amor en tiempos agitados y competitivos. No en vano la puesta sucede en un entorno urbano y sofisticado (una revista). Con agudeza y sarcasmo, los diez protagonistas se verán envueltos en involuntarios enredos o triángulos pasionales. La conexión con la audiencia es inevitable.
Las penumbras del amor
La sintonía juvenil (y de mediana edad) convertirá sus hábitos (videojuegos o películas), apartamentos, bares u oficinas –la escenografía e iluminación conspiran– en propicios momentos para un “sueño cinematográfico” y un musical en perfecto timing, dos buenas muestras del compromiso colectivo.
Como testimonio, Love and Chill” describe una nueva estirpe de amantes, quizá más despreocupados que detallistas, pero no menos apasionados que los de otras épocas. Mientras haya amor siempre habrá locuras románticas que inspiren la vida desde la realidad o el escenario.

FICHA ESÉNICA
Love and Chill”, de David Carrillo y Federico Abrill
Dirección: David Carrillo
Elenco: Job Mansilla,  Pedro Pablo Corpancho,  Federico Abrill, Rocío Montesinos, Valquiria Huerta, Valentín Prado, Airam Galliani, Sandra Barbosa, Brisa Ghilardi y Cristhian Palomino
Lugar: Teatro Larco (Av. Larco 1036, Miraflores)
Funciones: Lunes y Martes a las 8pm
Temporada: hasta el 16 de Agosto de 2016
Una producción de la Asociación Cultural Plan 9

sábado, 30 de julio de 2016

Rompecabezas poético

Con pocos espacios para el riesgo creativo, la Residencia para la Investigación y Creación Escénica (RICE) se ha erigido ya como un incentivo encomiable o un proyecto valiente. Desde 2015 la RICE suprime la premisas rígidas y aboga por la experimentación en escena nacida de una investigación.
Impulsada por Pepa Duarte de Imaginario Colectivo –que concibe propuestas escénicas sin temor a la clasificación–, la residencia presentó, entre el 8 y 23 de julio pasado, tres puestas de creadores curiosamente de distintas generaciones como Rodrigo Chávez, Paloma Carpio y Alfonso SantistevanPor ejemplo, “Vox Horrísona” intenta “reconstruir” –con creativa honestidad– el alma de un poeta. Y no de cualquiera, sino de uno muy singular: Luis Hernández (1941–1977), representante de la Generación del 60. El reto propuesto reluce por su impronta caótica: plástica, musical, escénica y sensorial.

EXTRAÑO UNIVERSO
Rodrigo Chávez, director de corta edad y abierta osadía, “ordena” esta confusión escénica con visión. Para lograrlo usa una dramaturgia –tan colectiva como el montaje– que responde a una entrevista hecha al poeta. La lógica convierte a sus interlocutores en fichas que rotan varias veces: un periodista y Hernández.
Daniel Cano (melódica en mano) y Vanessa Geldres (entre pinceles y pinturas) asumen estos roles con ingenio y presteza. Las enigmáticas respuestas del vate ponen en aprietos al entrevistador/a y aportan un dinamismo que simularía la pugna entre la inspiración y la formalidad.
La desconcertante atmósfera involucra a tres músicos (Arturo Chávez, Mauricio Mieses y Germán Aguirre) que, asentados en la sala, desprenden melodías brumosas, confusas y enrarecidas. Bajas y horizontales, las luces añaden fugaces formas y sombras al recorrido performático de sus protagonistas.

VERSOS Y COLORES…
Chávez y su equipo otorgan una cuota de orden, pero es la libertad –poética o escénica– el principal motor de la puesta. La esencia libérrima sitúa a “Vox Horrísona” en algún rincón íntimo del indescifrable universo de Hernández. En él parecen orbitar sus conflictos e ímpetus creativos.
 "Vox Horrísona" (Foto: Diego Alva)
Este choque personal es reflejado por un artilugio periodístico. La construcción del lenguaje excede al verbal (pregunta – respuesta) y enriquece al escénico. Los rápidos movimientos circulares o trazos sobre papel kraft con intrincados títulos o versos de poemas dan cuenta de ello. Sobre el escenario –la “caja blanca” de la Casa Recursose elevan torres de libros desperdigados por el suelo. La música incidental bulle de las paredes y la conexión con el público es puesta a prueba. Como en sus cuadernos, Hernández reposa en un enigma. Develarlo puede ser un encanto horrísono o un deleite inquietante.

Puestas RICE 2016
Lugar: La Casa Recurso (Jr. San Antonio 203, Barranco)

Obra teatral: “Vox Horrísona”
Dirección: Rodrigo Chávez
Elenco: Daniel Cano y Vanessa Geldres
Fechas: viernes 8 y sábado 9 de julio a las 8pm

Obra teatral: “XY”
Dirección: Paloma Carpio Valdeavellano
Elenco: Alonso Núñez y Pepe Santana
Fechas: viernes 15 y sábado 16 de julio a las 8pm

Obra teatral: “ILUSA”
Dirección: Alfonso Santistevan
Elenco: Marivel Arizan
Fechas de presentación: viernes 22 y sábado 23 de julio a las 8pm

viernes, 1 de julio de 2016

Siniestra comparsa

Entre azares y fortunas, un texto dramático llegó a manos de Paco Caparó como una premonición celestial. Una pieza con aires de intriga que la dramaturga uruguaya Teresa Acosta (Rocha, 1944) tituló “La chiquilina se mató y ya está” y que refleja los pálidos compromisos de una sociedad insensible y narcisista.
Destacado elenco de El Sótano
En ella Paco Caparó, director del Club de Teatro de Lima, encontró la atmósfera que había esperado: una tragicomedia social y pertinente. Sobre la caja negra repuso “La niña se mató y punto, su adaptación, junto a El Sótano con una sólida exploración de las posibilidades lúdicas y macabras de su trama.
Tras una primera versión en el Teatro Mocha Graña –que incluyó miradas de sorpresa y sonrisas nerviosasla puesta “resucita” para una segunda temporada. Provocadora e inquietante, la ingeniosa pieza adaptada por Caparó redita su perturbador resultado. Y, quizá, mucho más.

PANTEÓN DE FÁBULA
Choco y Fango (alucinados Hendrick La Torre y Joseph Palomino), los payasos sepultureros, alistan el entierro de una niña llamada Ofelia (Jannina Vargas de espectrales matices). En sus deslucidos atuendos, estos grotescos personajes dilucidan la extraña muerte de la pequeña mientras varias personas acuden al funeral.
"La niña se mató y punto"
Poco a poco, se revelará la relación disfuncional de la familia. Los padres (Juan Carlos Ñiquén y Sandra Barbosa tan explosivos como discordantes); un tío gay (delirante Maykol Ascencios) y una psicóloga cercana a la familia (buen trabajo de Malena Cortegana) algo confundida en sus paradigmas. La sociedad no se mantendrá en silencio.
Un inefable cura (rol entretenido de Gerardo Cárdenas), una vecina metiche (divertida Katherina Sánchez) y la tímida amiga (grácil Sofía Espantoso) de la fallecida. Un tercero (entusiasta José Gómez) intentará descifrar este descalabro hasta que la aparición sorpresiva de Sandra Makishi marca el desenlace con un lóbrego atisbo shakesperiano.

SOCIEDAD SILENCIOSA
Durante la función, más de un espectador se sentirá tentado a reprochar a los revoltosos. Un efecto logrado al quebrar la cuarta pared para conocer a los personajes con más cercanía que extrañeza. Está claro que lo espeluznante no radica en la muerte, sino en su naturaleza alegórica.
Ofelia (Jannina Vargas)
La confusión es el “alma” del montaje. A través de esa diversidad de voces –que Caparó guía con esmero–, se denunciarán las razones risibles y absurdas con que se maquilla la indiferencia. Si el elenco responde idóneamente, los aspectos técnicos (luces y efectos) no defraudan y consolidarán el escenario sombrío.
Como desenfadada adaptación La niña semató y punto” trasciende el libreto e irrumpe entre las butacas. Cobra vida en torno a un ataúd siniestro. Con los sentidos bien despiertos, el elenco de El Sótano esboza un juego escénico que atrapa a la audiencia hasta convertirla en cómplice de un peligroso silencio.

Crédito de fotos: El Sótano


FICHA ESCÉNICA
La niña se mató y punto” (adaptación)
Dramaturgia original: “La chiquilina se mató y ya está” de Teresa Acosta
Dirección y adaptación: Paco Caparó
Elenco: Joseph Palomino, Maykol Ascencios, Juan Carlos Ñiquén, José Gómez Ferguson, Sofía Espantoso, Jannina Lisset Vargas, Sandra Makishi, Malena Viviana Cortegana, Hendrick La Torre, Katherina Sánchez, Gerardo Cárdenas, Sandra Barbosa
Lugar: Teatro Auditorio Miraflores (Av. Larco 1150, sótano)
Temporada: Del 10 de junio al 03 de julio
Las funciones van los viernes, sábados y domingos a las 8.30pm
Una producción de El Sótano y el Club del Teatro de Lima
Más informes en el evento de la obra

lunes, 27 de junio de 2016

Futuro en venta

Bajo sus nieblas y garúas Lima oculta curiosas y secretas complejidades. A esta geografía de pálidos brillos solares y rancias tradiciones, un texto de Gonzalo Rodríguez Risco añade una inusual lluvia cuyas gotas develarán los proyectos irrealizados o sueños pospuestos de una república.
"Nunca llueve en Lima"
En “Nunca llueve en Lima” el autor explorará este desfase de oportunidades a través de un opaco cristal: Los Sileri, una tradicional familia limeña venida a menos. Los episodios de añoranza, desarraigo o desinterés atormentarán a sus miembros y visitantes por una hora y media de función. Ya en manos del director Alberto Ísola el metafórico texto alcanza buen ritmo y sólidas interpretaciones. Con ellas abordará dilemas y anhelos de un abuelo, un padre y una hija enfrentados por la venta de una casona. ¿Puede el pasado reservar alguna esperanza futura para esta familia? Al parecer, sí.

ESPEJOS FAMILIARES
La historia transita en la absoluta disfuncionalidad. Don Rafael (perfecto Carlos Tuccio) y su inseguro hijo Sebastián (Lucho Cáceres de buenos matices) llevan una relación difícil. La severidad de Tuccio y los arrebatos inmaduros de Cáceres imprimen frialdad y una ternura espontánea. Su hija Daniela (comprometida Patricia Barreto) es el soporte económico y anímico del clan.
Daniela (Patricia Barreto) y Roy (Emanuel Soriano)
En su grácil figura oculta una fortaleza que va debilitándose; mientras que doña Elena (Haydeé Cáceres), la vecina de la familia, irradia la tranquilidad de una abuela entrañable o una madre ausente. Junto a ellos, Juan Pablo, Gladys y Roy son una familia reconstruida, un espejo distorsionado de los Sileri. Con dosis de humor, antipatía o sensibilidad Pold Gastello, Magali Bolívar y Emanuel Soriano lucen acertados papeles. La tensa convivencia bajo la incesante lluvia marca las mejores escenas del montaje. Y, en especial, la química entre los personajes más jóvenes (Barreto–Soriano) afianza la esperanza.

UN AMPLIO PARAGUAS
Cada detalle suma en Nunca llueve en Lima. Por ejemplo, apuesta por un realismo explícito gracias a una atmósfera visual (preciso diseño lumínico de Mario Ráez), musical (selección de Alberto Ísola) y los singulares efectos utilizados para crear un escenario inquietante.
Sebastián (Lucho Cáceres) y Daniela (Patricia Barreto)
Esta tragicomedia limeña –de estreno mundial– funciona, pero no excede sus estándares. Alecciona con suavidad a su público, aunque la remece en puntuales momentos  gracias a su elenco. Una sensación que proviene de su texto dada la amplitud de conflictos que plantea y que no parece resolverse. El no esclarecer una resolución diluye, en cierto modo, la expectativa de los conflictos propuestos. Hacia el final se restituye un poco el equilibrio familiar cuando se esperaba alcanzar un involucramiento a nivel macro. En este caso, no fue la cantidad de precipitación sino el tamaño del paraguas.

FICHA ESCÉNICA
Nunca llueve en Lima” de Gonzalo Rodríguez Risco
Dirección: Alberto Ísola
Elenco: Carlos Tuccio, Haydeé Cáceres, Lucho Cáceres, Patricia Barreto, Pold Gastello, Magali Bolívar y Emanuel Soriano
Diseño de iluminación: Mario Ráez
Selección musical: Alberto Ísola
Diseño de escenografía: Marijú Núñez Malachowski
Lugar: Teatro Británico (Ca. Bellavista 527, Miraflores)
La temporada culmina el lunes 27 de junio
Más información en el evento de la obra
Una producción de Escena Contemporánea

domingo, 19 de junio de 2016

Delirios revolucionarios

En un mundo de razones relativas impulsar una idea ha dado pie a debates encarnizados y hasta inexplicables guerras. En Los Justos” (1950) del francés Albert Camus (1913–1960) una singular pugna ideológica despierta algo más que recelos y cismas antes de una crisis social. El inspirado montaje de Soma Teatro sobre esta pieza lo evidencia.
Dora (Fernández), Stefán (Rueda), Alexis (González),
Boria (Molina) e Iván (Luque)
Bajo la dirección de Rodrigo Chávez y una pertinente versión de Daniel Amaru Silva, la puesta reluce por su sobriedad estética y rigor histórico. Tras sintetizar los cinco actos originales en dos sólidas partes, los realizadores transitan por desbordes racionales e irracionales de una revoluciónPara entenderlo Los Justos” recurre a un hecho real: el asesinato del Gran Duque Sergio Romanov en 1905. Sus protagonistas –un grupo de revolucionarios que planea un atentado– sitúan al espectador en un dilema complejo. Uno que involucrará sus pasiones y razones en torno a un delicado escenario.

“LOCOS” IDEALISTAS
En la obra, estos personajes luchan contra el régimen zarista portando una bandera de cambio que, a veces, obnubila sus actos. Stefán (Renato Rueda, enérgico y contundente) enarbola esta lucha sin dudas, mientras que en Iván (impecable y entregado Fernando Luque) brilla la ilusión de un libertario y comprometido soñador.
Elenco de "Los Justos"
Ambos, en contrapeso perfecto, mantienen en jaque el futuro de la Revolución Rusa. Esta dicotomíasalpicada de escrúpulos, códigos de honor y contradiccionesdará coherencia al pensamiento de todo el grupo. La “pugna” ideológica de Rueda y Luque funciona junto a un elenco que confabula con acierto. El líder Boria (aceptable Gonzalo Molina) se esmera por mantener la armonía del comando que integra la experta en detonantes Dora y Alexis (Andrea Fernández y Gabriel González de buenos papeles). Fernández y González tendrán decisivos y conmovedores apariciones posteriores como La Gran Duquesa y el verdugo Foka.

SUTIL CONSPIRACIÓN
Como en otras puestas de Soma Teatro, el diseño escenográfico (mérito de Coco Luyo) es pulcro. Las intervenciones están marcadas acertadamente dentro y fuera de un cuadrilátero delineado en el primer acto y sobre un pequeño estrado en el segundo. Nada interrumpe la acción ni distrae la presencia de los actores a media luz.
Foka el verdugo (González) e Iván (Luque)
En su desenlace, la encrucijada inicial se intensifica: ¿puede un ideal justificar algo tan valioso como la vida? ¿Hacen falta nuevos mártires? Sutilmente Camus no intenta definir la lógica radicalista, aunque sí cuestionar la estrategia sectaria y obtusa con que se hace frente al sistema.
Los Justos” es una protesta sobre las arbitrariedades y los riesgos de aplicar una idea usando métodos precipitados y efectistas por más que los fines parezcan beneficiosos. Por desgracia el precio con que se suele pagar es un futuro no estrenado por una juventud apasionada.

Crédito de fotos: Mafer Caballero / Soma Teatro

FICHA ESCÉNICA
Los Justos” de Albert Camus
Versión: Daniel Amaru Silva
Dirección: Rodrigo Chávez / Asistencia: Daniel Cano
Elenco: Fernando Luque, Andrea Fernández, Gonzalo Molina, Renato Rueda y Gabriel González
Escenografía: Coco Luyo
Vestuario: Lizzy Castillo
Musicalización: Allison Palma y Arturo Chávez
Lugar: Teatro de la Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595, Miraflores)
La temporada va desde el 20 de mayo hasta el 10 de julio
Funciones: Viernes y sábado a las 8pm / Domingos a las 7pm
Entradas: S/. 35 (General) y S/. 25 (Estudiantes y jubilados)

miércoles, 15 de junio de 2016

Explosión creativa

Arriesgada y contundente, Marbe Marticorena ha ideado y dirigido un montaje a la medida de su genio y a la de nuestra época. Se trata de “La humilde dinamita”, una pieza coreográfica inspirada en la demencial violencia, el frágil pasado y el quiebre de la armonía natural. Una obra  “subversiva”, en el buen sentido. 
Jonás (César Golac) y Clara (Leslie Guillén)
Afincada en la época de terror, se configura una mirada familiar sobre uno de los instintos más perversos de la civilización. Pero, ¿qué motiva a Marbe? En el programa de mano lo describe con suma lucidez: elegir “un momento feliz de nuestras vidas (...) para contar una historia de muerte y violencia” o de nuestra historia. 
Tras ciertas reformulaciones en tiempo, esta propuesta corporal, histórica y visiblemente testimonial ha suscitado un silencio mediático. No obstante, su riesgo y contundencia son suficientes para sacudir la memoria colectiva hasta reverberar los recuerdos con el estruendo de una denuncia.

HISTORIA DE DOLOR
Su inicio místico, en voz del Apu, ente de la cosmovisión andina que habita montañas, ríos y bosques, propone una lógica aparentemente distante. La prodigiosa Lilian Nieto asume este rol, complejo y extraño a ojos citadinos, con seriedad, justicia y un sentido protector.
El dolor y el misticismo en escena
Bajo ese amparo mítico aparece Jonás (César Golac, de un trabajo honesto y de calidad), un chico reclutado por su hermana para integrar un grupo armado. A través de su historia se vivirá la época del terrorismo (1980–1992), aunque el mensaje se extenderá a la violencia como esencia destructora de la HumanidadEsa delirante fuerza capaz de atentar contra su especie y la Pacha Mama (Madre Tierra). Destruirá la inocencia de Jonás (y de miles más) hasta tornarse en una ideología enfermiza que desangrará al país. Alrededor suyo surgirán diversas perspectivas de una guerra insana. Vidas inocentes y no tanto.

VIAJE AL PASADO
El elenco (integrado también por Rolando Reaño, César Chirinos, José Avilés, Angelita Velásquez y Omar Peralta) es comprometido: realizan múltiples personajes, algunos contrapuestos. Leslie Guillén, por ejemplo, encarna más de tres. Entre ellos, a una activista social y a una camarada terrorista.
"La humilde dinamita"
A pesar del tema susceptible, la dirección encuentra un lenguaje equilibrado, rítmico y sensible. En “La humilde dinamita” las coreografías (en muertes y torturas) no lo encierran todo. Con prudente tino, la dramaturgia ha añadido el quechua para intensificar el realismo de las desoladoras escenasAdemás, destaca la “lógica” de los elementos en escena. Un tambor –que invita a la alegría– es percutido para atemorizar mientras unos pequeños mazos de madera parecen rastrillarse ante una vida... “La humilde dinamita” muestra cómo la paz presente no cura aún las cicatrices del pasado. Aquellos recuerdos que no dan tregua a la indiferencia.
Fotografías: Paola Vera / Revuelo

FICHA ESCÉNICA
“La humilde dinamita”, de Marbe Marticorena
Dirección: Marbe Marticorena
Elenco: Leslie Guillén, Lilian Nieto, Rolando Reaño, César Chirinos, José Avilés, César Golac, Angelita Velásquez y Omar Peralta
Lugar: Teatro de la Alianza Francesa (Av. Arequipa 4585, Miraflores)
Funciones: Miércoles y jueves a las 8pm
Temporada: Desde el 3 de mayo hasta el 23 de junio
Una producción de Revuelo arte/escena