Una exploración poética y performática sobre la interculturalidad y las migraciones forzadas resuenan en “Fabiana, pasos y latidos”. Su delicado entramado de fuentes literarias, oralidad popular, testimonios personales y noticias históricas configuran la esencia afroperuana.
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Graziapaz Enciso en "Fabiana, pasos y latidos" |
Este montaje es fiel reflejo
de la filosofía que Maguey Teatro ha sostenido por más de cuatro décadas de vida.
Laboratorios de investigación, génesis creativa desde la propia experiencia, los
lazos culturales y la memoria de los pueblos definen sus propuestas con
ejercicios históricos y atmósferas sensoriales en torno a la idea “postergada” de
nuestra nación. Bajo la dirección de
Wili Pinto, “Fabiana, pasos y latidos” construye un puente multidisciplinar
donde confluyen actuación, danza, imágenes, cantos populares y manipulación de
objetos.
La aplicadísima y eficiente Graziapaz Enciso brilla con destreza en
cada una de estas disciplinas. Visualmente exquisita,
esta performance presenta a Fabiana Criolla, una mujer con arraigo al pasado,
pero con la mirada puesta en el presente. Desde la penumbra, ella va tomando
forma en escena a través de su voz, ecos lejanos, movimientos ondulatorios y
exhalaciones vehementes.
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La propuesta ritualista es dirigida por Wili Pinto |
A menudo, la
intérprete combina sus rutinas con las inquietudes creativas que las explican. Lo
que, en principio, parece una serie de evocaciones hacia ancestros y tierras más
próximas –como Chincha– se convierte en una irremediable búsqueda de raíces más
profundas. Esa travesía conecta siglos anteriores con tiempos actuales y, en
especial, con África, continente madre.
Las historias y recuerdos
se ramifican al punto de que podría ser difícil de rastrear por la riqueza
estética del montaje. Enciso aparece con un vestuario que denuncia (o revela) su
condición trashumante: cadenas, nudos y telares que, aunque lucen sujetas, no
la aprisionan en escena. En este atuendo de
tonalidades rojizas y colores tierra, destaca un lienzo bicolor usado como una bandera
que la actriz ondea con movimientos firmes y elegantes hasta incluirla en su vestuario.
En paralelo, se añaden a este simbólico ritual los objetos dispuestos en el
suelo.
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El empleo de objetos es uno de los aciertos de este evocador montaje |
El misterio acaba con cada imagen creada desde lo inédito y lo sutil. Una embarcación que surca con sueños a bordo, la mirada de la tatarabuela escondida entre los sembríos costeños de algodón, o la necesaria liberación de pesados grilletes ya no físicos, sino mentales o sociales que cargan nuestra frágil y fragmentada sociedad. Cumplidos estos introspectivos ritos, “Fabiana, pasos y latidos” desenreda las fibras de múltiples madejas en cada espectador. Entre discursos vacíos y la falsa inclusión, esta exhaustiva obra del repertorio de Maguey Teatro descubre las raíces de un problema racial que algunos prefieren mantener enterrado.
FICHA ESCÉNICA
“Fabiana, pasos y
latidos”
Actúa: Graziapaz
Enciso
Dirección y
dramaturgia: Wili Pinto
Iluminación: Gume
Escobar
Fuentes de textos: Eduardo
Galeano, Pedro Benvenutto, Manuel Moreno, Maritza Joya
Textos de la
demostración: Wili Pinto
Música: Extractos de
música de Philip Glass y Foday Musa Suso, cantos populares africanos y
afroperuanos
Objetos y Vestuario:
Graziapaz Enciso, Wili Pinto
Fotografías: Joaquín Virhuez / Silvia Román
Un montaje de Maguey Teatro Centro Cultural
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