Aunque alegres
y bulliciosos, los circos acogen tristezas y penas en sus camerinos. Ni las
muecas más graciosas, maquillajes más festivos o carcajadas más sonoras alcanzan
para silenciarlos. Aquí los sueños ajenos pueden hacerse realidad, pero no los de
sus protagonistas.
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Vanessa Vizcarra y Bruno Espejo en "Mades Medus" |
Los dos
personajes de “Mades Medus” (1999) conviven en este escenario de pesadilla como
si nunca descansaran de la cuerda floja. Este nostálgico texto de María Teresa Zúñiga
(Huancayo, 1962), prestigiosa dramaturga y fundadora del grupo Expresión (1986),
resuena por sus referencias y diálogos que interpelan a un público que está por
venir. El joven
director Jorge Robinet rescata esta apreciada obra peruana que, a más de veinte
años de su publicación, retrata a un país herido, uno en el que las artes agonizan
y se resisten a desaparecer. Los recintos escénicos que han sobrevivido a esta pandemia
lo saben de memoria. Con notable
visión, Zúñiga sitúa su historia en un circo entrañable y, al parecer, olvidado.
Sobre esta imagen recurrente en piezas teatrales de los años sesenta y setenta,
recrea las acrobacias de dos artistas en un mundo contemporáneo que, cada vez, los
entiende menos ni acepta sus sueños.
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Espejo interpreta a Medus, en el montaje que dirige Jorge Robinet |
En primer
momento se vislumbran dilemas cotidianos y aspiracionales: ¿vale la pena vivir
del arte? Mientras Mades (una sobria y precisa Vanessa Vizcarra) y Medus (Bruno
Espejo, solvente y expresivo) ensayan sus rutinas físicas sus dudas irán madurando
dando pie a disquisiciones filosóficas y existenciales posibles también bajo un
refugio circense. Sus protestas
–surgidas más de sus continuos desencuentros que de sus esquivas coincidencias–
buscan alguna respuesta de sectores indiferentes a su causa. Si bien desfilan por
la sátira el oportunismo político, económico y mediático, ellos aguardan por un
público que no puede faltar.
El contrapunto
escénico de Vizcarra y Espejo es plausible. A la prudencia y desencanto de una artista
madura se antepone el espíritu vivaz del más joven. No obstante, los riesgos tomados
por ella y su experiencia generan admiración y alimentan la esperanza del compañero
más novel.
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"Mades Medus" de María Teresa Zúñiga |
La correcta
dirección de Robinet y la eficiencia de su elenco aprovecha la profundidad de la
dramaturgia de Zúñiga. El diseño escenográfico y la iluminación (notable labor
de Rodolfo Villalobos y Cristiano Jara, en ese orden) acompaña esta propuesta de
soportes vencidos y telares gastados por el tiempo que acentúan la nostalgia y el
abandono de los artistas.
Por todo esto, “Mades Medus” es una fábula vigente sobre los sueños que no alcanzan en una sola vida.
Y es que en algún telón por donde quiera colgarse la resignación saldrá siempre
la esperanza que, aunque débil o enferma, podrá mostrar su rostro más valiente
y consecuente.
FICHA ESCÉNICA
“Mades Medus” de
María Teresa Zúñiga
Dirección: Jorge
Robinet
Elenco: Vanessa
Vizcarra y Bruno Espejo
Temporada: Del 28
de octubre al 13 de noviembre
Funciones: Viernes
y sábados a las 8pm / Domingos a las 7pm
Lugar: Centro
Cultural Ricardo Palma (Av. Larco 770, Miraflores)
Entradas: S/ 45
(General), S/ 34 (CONADIS) y S/ 28 (Estudiantes) en Joinnus y boletería del
teatro
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