Dos nuevas obras de nombres curiosos y llamativos
saltaron a escena hace algunas semanas en el Centro Cultural Ricardo Palma de
Miraflores. Sus autores fueron formados en el Vivero de Dramaturgia de Alonso
Alegría, cuya diversidad de talleres permite escribir obras de distinta duración
bajo exigencias creativas específicas.
Para “Operación réquiem”, una farsa política y
coyuntural ideada por Ángelo Condemarín (Lima, 1982) y “La cábala”, comedia
romántica y pícara esbozada por Liz Guzmán (Lima, 1982) esta breve temporada, que culmina
este martes 15 y miércoles 16 de abril, ha significado un serio examen como montajes
profesionales.
Un debut que debería incentivarlos a la creación
de nuevas proyectos y la perfección de su estilo en el futuro.
La pieza de Condemarín apareció publicada originalmente como “Cristiana sepultura” (La Plaza, 2013) y fue rebautizada como “Operación réquiem”. En ella se plantea la existencia de un supuesto jefe del “Doc”, recluido en la Base Naval, llamado Casimiro.
La pieza de Condemarín apareció publicada originalmente como “Cristiana sepultura” (La Plaza, 2013) y fue rebautizada como “Operación réquiem”. En ella se plantea la existencia de un supuesto jefe del “Doc”, recluido en la Base Naval, llamado Casimiro.
Personajes
ocultos
Este hombre fuerte –y desconocido en la historia
peruana– ha muerto y tres mujeres lo lloran. Clarisa (un correcto papel de María
Cristina Ribal), su primera esposa; Débora (una desinhibida Ebelin Ortiz) y la dulce Alondra (el cándido rol de Cindy
Díaz) están reunidos en su búnker en medio de enredos, añoranzas e impulsos
carnales.
Seminario, Ribal, Díaz y Ortíz con el cuerpo de Casimiro |
Así, la trama avanza de forma zigzagueante y, a veces, con más confusión que acierto.
Por ejemplo, resulta cómico ver el “cuerpo” del
súper Doc o reír con las referencias de coyuntura: mafias enquistadas y
escándalos políticos y la inclusión de elementos cibernéticos. Sin embargo, el montaje
enfrenta, por momentos, pasajes dialogados demasiado largos y escenas con un elenco
estático. En esos casos, la acción decae.
Enrique Victoria |
En medio de estos lances avivados por el trasfondo
político, Sonia Seminario (la cálida Santina, suegra del difunto) y Enrique
Victoria (el inefable y elegante doctor Lechuga) presentan las actuaciones más loables.
Ambos extraen la esencia de sus personajes (dulce y maquiavélica) con solvencia y naturalidad en una propuesta escénica irregular nacida irónicamente de un buen texto.
Ambos extraen la esencia de sus personajes (dulce y maquiavélica) con solvencia y naturalidad en una propuesta escénica irregular nacida irónicamente de un buen texto.
Una noche
loca
Similar suerte parece oscurecer en la previa a
“La cábala”. La breve pieza de Guzmán posee, en teoría, varios recursos que
explotar en una comedia ligera. Su historia parte de un curioso hábito de Sara
(Claudia Rúa), quien acostumbraba tener sexo antes de un evento decisivo. El problema
es que ella es viuda y está en vísperas de una importante entrevista de trabajo.
Martín Martínez y Claudia Rúa |
Tal urgencia la lleva a recurrir a su cuñado
Carlos (Martín Martínez).
Las risas y miradas de desconcierto que uno presagiara con esta pícara premisa se diluyen en escena, en parte, quizá, por las actuaciones discretas y el lento ritmo de una comedia que requería mayor vértigo.
El texto de Guzmán es cuidado y nada grotesco.
Las risas y miradas de desconcierto que uno presagiara con esta pícara premisa se diluyen en escena, en parte, quizá, por las actuaciones discretas y el lento ritmo de una comedia que requería mayor vértigo.
El texto de Guzmán es cuidado y nada grotesco.
Su humor es efectivo y funcional, pero el dúo
escénico no logra trasladar esa química
a la poco alumbrada habitación que sirve de escenario. Podría tratarse de falta
de más ensayos o de una dirección más cuidadosa que deja un resultado algo azaroso. Este detalle no resta el mérito creativo de ambas presentaciones: un esfuerzo plausible para dos jóvenes dramaturgos que empiezan su carrera en las letras escénicas.
En 2013 el Teatro La Plaza realizó el festival Sala de Parto que publicó a diez obras de nuevos autores y a algunos ya conocidos. Este
año dos piezas publicadas en ese volumen verán escena próximamente: “Cómo
crecen los árboles”, de Eduardo Adrianzén, en el auditorio del MALI y “Bésame
mucho”, de Ernesto Barraza en el Centro Cultural El Olivar. Veamos cómo les va.
Crédito de fotos: Vivero de Dramaturgia
Ficha artística
“La cábala”, de Liz Guzmán
Dirección: Johanna Cuevas / Asistencia:
Pamela Gonzales
Elenco: Martín Martínez y Claudia Rúa
Jefe de escena: María Lourdes León
“Operación réquiem”, de Ángelo Condemarín
Dirección: Alonso Alegría / Rey A. Huapaya
Elenco: Sonia Seminario, Enrique Victoria, María
Cristina Ribal, Ebelin Ortiz, Federico Abrill, Martín Martínez y Cindy Díaz
Jefe de escena Luis Guillermo Hidalgo
Producción general: Vivero de Dramaturgia y
Sala de Parto
Más información en el evento y fanpage del Vivero de Dramaturgia
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