sábado, 20 de julio de 2019

Fantasía limeña

Las peripecias creativas de un joven autor y su perseverancia por encontrar la originalidad entre el caos de la inmediatez y la modernidad reverbera en “Magia en una Lima de noche” (2018). Esta hilarante comedia rinde un justo tributo a una ciudad llena de múltiples voces y personajes que no merecen caer en el olvido.
Isabel (Daniela Feijoó) y Federico (Christian Suito)
De título rimbombante y nostálgico, esta pieza escrita por Javier Merino muestra una disconforme y desenfadada mirada a la urbe y sus paradigmas. Junto a “Cinco” de Jorge Bazalar y “Pórtate como hombre” de Paris Pesantes, la obra fue una de las ganadoras del IV Concurso Nacional de Dramaturgia Jóvenes Talentos 2018 organizada por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML).
Tras una temporada de cuatro funciones en noviembre de 2018, entonces a órdenes de Joaquín Vargas, la propuesta de May Neim Presenta y Café Society vuelve a escena bajo la dirección de su propio autor como una deliciosa trama de enredos bien pauteados y moralejas que ironiza con la misma sutileza con la que añora.
Magia en una Lima de noche” presenta a Federico Abanto (Christian Suito), un dramaturgo que ha alcanzado cierto éxito con piezas teatrales ligeras y comerciales, pero que ha decidido escribir de verdad. Se ha propuesto concebir una obra que recoja el alma, corazón y vida de nuestra ciudad, aunque no sabe cómo.
Sebastián Salazar Bondy (Dammert)
y Lucha Reyes (Jackeline Felipe)
Esta tarea se complicará por la ansiedad creativa y la inesperada ruptura con su novia (Mafer Mejía) a vísperas de su primer aniversario. Esta situación anodina, en apariencia, derivará en una más fantástica cuando aparezcan en escena Sebastián Salazar Bondy – SSB (entrañable y carismático trabajo de José Dammert) y la cantante Lucha Reyes (buena interpretación de Jackeline Felipe). 
Los recordados personajes de la Lima de antaño llegarán acompañados de varias copas de pisco, reminiscencias de “Lima la horrible” (1964), y el repertorio criollo en guitarra, cajón y teclados (David Arévalo, Michael Magan, Giancarlo Tacza) a auxiliarlo creativa y amorosamente. El solo intento es delirante. La inserción de SSB y Reyes en la contemporaneidad de una Lima desconocida pero familiar sembrará innumerables enredos y ampliará los límites de la ficción anecdótica. Pero es la llegada de Isabel (Daniela Feijoó), hermana de su ex novia, en quien Federico confiará su última chance. Suito y Feijoó logran un dúo de grácil química que nos contagia y envuelve con sus cómplices torpezas. 
Salazar Bondy (Dammert) y los músicos
Merino maneja con suficiente acierto diferentes matices de humor para bocetar escenas tiernas, ingeniosas, absurdas o irreverentes sin caer en lo grotesco. 
Estas últimas funcionan como amortiguadores eficaces ante los melodramas pasionales del protagonista aun cuando los roles secundarios (intercalados por Feijoó, Mejía y Santiago Sime) aludan a situaciones disparatadas y conexas posibles en nuestra ciudad. Lejos de promocionar alguna añoranza pasatista, “Magia en una Lima de noche” descubre a una ciudad que, a pesar de su modernidad, continúa buscando una identidad propia que redite los ensayos, canciones y costumbres de antaño. Una responsabilidad que todo habitante de esta comarca mestiza debería meditar.

FICHA ESCÉNICA
Magia en una Lima de noche” de Javier Merino
Dirección: Javier Merino
Elenco: Christian Suito, José Dammert, Daniela Feijoó, Jackeline Felipe, Mafer Mejía y Santiago Sime
Músicos: David Arévalo, Michael Magan y Giancarlo Tacza
Lugar: Asociación de Artistas Aficionados (Jr. Ica 323, Lima)
Funciones: De jueves a sábado a las 8pm / Domingo a las 7pm
Temporada: Del 04 al 21 de julio de 2019
Productor General: Gary Prialé

jueves, 18 de julio de 2019

Jaulas invisibles

Existen prisiones infranqueables e intangibles en la cotidianidad, casi en la comodidad de tu hogar. “Los elefantes” desafía ese peligroso universo camuflado de trabajos desmotivadores y matrimonios estables con agudo sigilo y minuciosidad a través de una familia de clase media perdida en los confines de la normalidad.
Eugenia, (Denisse Arregui), W (Tadeo Congrains)
y Rengifo (Claret Quea)
Este drama familiar con contrapuntos absurdos e inesperados escrito y dirigido por Ronnie Farfán se sitúa en los complicados años ochenta, con algunas pistas de una localidad precisa. Bajo esta óptica se esbozan inimaginables dinámicas conyugales, parentales y fraternales tejidas sobre secretas resignaciones, sueños postergados y el azaroso futuro de sus miembros. Las desoladoras, extravagantes y delirantes situaciones de la puesta confirman que ni en la ficción más osada podrían convivir familias ideales o funcionales. Esta cualidad llamó la atención del jurado del Festival Sala de Parto 2017 para declarar a esta singular exploración tragicómica como una de sus ganadoras. Los elefantes” presenta a una familia acomodada, disfuncional, poco comunicativa y algo excéntrica. Sus miembros habitan el mismo hogar, pero no necesariamente la misma realidad. Eugenia (Denise Arregui) y Perelman (Javier Valdés), los padres, viven ensimismados y expectantes de un inminente divorcio.
W (Congrains) y Perelman (Javier Valdés)
Sus hijos, Rengifo (Claret Quea) y W (Tadeo Congrains) son algo más conscientes de su entorno, aun cuando el primero es un muchacho con habilidades diferentes, mientras que el segundo es un chico prodigio –el orgullo de los padres– con serias aspiraciones académicas. Ambos liderarán las acciones más decisivas de la trama ante la errática presencia de los progenitores.
Farfán cubre a sus personajes de un sentido de inconexión entre sí que aporta intriga y honestidad. Ese verdadero “divorcio” entre padres e hijos hace posible escenas fuera de serie con un baño portátil en sala y dos muñecos junto a W y Rengifo que simulan perfectamente el grado de descomposición familiar que comparten.
El elenco cumple las indicaciones de una dirección que, tras un aprendizaje en la asistencia, es cuidadosa. Valdés contiene su drama –un deseo escondido y casi utópico– con parlamentos escuetos, mientras que Arregui bordea la histeria, la locura y el orgullo ante las situaciones que afronta sin perder una cuota de humor.
"Los elefantes", una familia fuera de serie
No obstante, Quea y, especialmente, Congrains, alcanzan trabajos notables no solo por el tono pintoresco de sus papeles, sino por la humanidad y naturalidad con que los han concebido. 
La escenografía es realista: una sala de casa con una biblioteca de estantería llena –la Casa Amaru de Barranco es bien aprovechada–, una mesita de centro, cuadros y un teléfono de disco que resultará esencial. La selección musical exquisita y un vestuario sin mayores artificios enmarcan la época sin dificultades. En tiempos de redes sociales y gente hiperconectada, “Los elefantes” ironiza sobre esa “normalidad” que la sociedad exige a las familias sin reparar, quizá, que la aleatoria interacción de sus miembros sea su dimensión exacta.

FICHA ESCÉNICA
Los elefantes” de Ronnie Farfán
Dirección: Ronnie Farfán
Elenco: Denise Arregui, Javier Valdés, Claret Quea y Tadeo Congrains
Lugar: Amaru Casa Cultural (Jr. Sucre 317, Barranco)
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
Temporada: Del 6 de junio al 21 de julio
Entradas: S/ 50 (General) y S/ 30 (Estudiantes y jubilados)
Informes: Los elefantes Teatro / Sala de Parto

lunes, 15 de julio de 2019

Unidos por el destino

Basada en la exitosa comedia romántica “Rab ne bana di jodi” (2008) del director indio Aditya Chopra (Bombay, 1971), CABAC Productora estrenó “Nos volveremos a encontrar”. Una obra sugerente y cálida que nos acerca a Bollywood y sus peculiares formas de sentir la comedia y, sobre todo, vivir el amor.
Gupta (Miguel Soriano), Suri (Jean Pierre Sullón)
y Taani (Sary Álvarez)
Traducida como “Una pareja hecha por Dios”, la película es una oda a la conquista del corazón de la amada y una alerta al cambio sobre los paradigmas sociales. En especial, sobre los matrimonios concertados, una práctica común en la India; la difícil alternativa de reiniciar un compromiso a pesar de los tabúes y prejuicios; sin menospreciar a quienes respeten estas tradiciones. La adaptación y dirección que propone Mikhail Page intenta, con más esfuerzos que aciertos, condensar casi tres horas de filme en poco más de 90 minutos de enredos cómicos e intrigantes, sin restar su esencia libertaria ni coreográfico garbo. Esta propuesta, aunque entretenida y aleccionadora, baila con paso errático. La pieza narra las desventuras de Taani (Sary Álvarez), quien a poco de casarse se entera de la muerte de su prometido. Gupta (Miguel Soriano), su padre, al verla desconsolada, decide casarla –como última voluntad– con Surinder (Jean Pierre Sullón), un joven y respetuoso discípulo suyo, aunque de una timidez tan evidente como su llamativo bigote.
Suri (Sullón) y Bobby (Gianmarco Loli)
Este inicio cargado de tragedia costumbrista –acentuado por una infeliz convivencia– retrasa el despegue de “Nos volveremos a encontrar”. Solo cuando Taani deja su voluntario encierro para inscribirse en una academia de danzas de Mumbay y aparece el estilista Bobby (Gianmarco Loli), un buen amigo de Suri, la comedia terminará por instalarse. Con su ayuda, Suri logrará convertirse en un galán de la estirpe de “Raj Kapoor” aunque más “occidental” y muy opuesto a él en muchos aspectos como el bigote. Bajo esa identidad secreta, intentará conquistar a Taani en medio de situaciones confusas y apremiantes dificultades que el espectador celebrará como agradable deleite. Curiosamente el carisma y frescura de Loli sostienen la trama mientras la pareja protagónica se esfuerza por convencerse de su drama. Quizá, porque Álvarez oscila entre la incomodidad, la angustia o la indiferencia sin convicción, y, aunque Sullón cumple mucho mejor como Raj que como el noble Suri, sus ocasionales olvidos y falta de seguridad en algunas escenas traicionan su desempeño.
Escena de coreografías en
"Nos volveremos a encontrar"
En torno a ese abismo discursivo, no obstante, la puesta muestra una esencia íntima y ritualista destacable. El buen uso de la iluminación y su escenografía “invisible”, con el elenco y pocos elementos rodeando a los protagonistas, aportaron un dinamismo funcional y fresco. Las coreografías –un rasgo característico del cine indio– resultaron fluidas y propiciaron la estética necesaria para sentirse en Amristar. Bajo un cariz puro y tierno, “Nos volveremos a encontrar” convierte el no besarse o no tocarse en un curioso intento por restituirle el valor al amor. Si bien lo idealiza de forma sobria, explora con honestidad en sus linderos más ingenuos sin mezquindad. Algo propio en las producciones de Bollywood que, quizá, algún día podamos disfrutar en la vida real.

FICHA ESCÉNICA
Nos volveremos a encontrar”, basada en “Rab ne bana di jodi” (2008)
Dirección y adaptación: Mikhail Page
Dirección coreográfica:
Elenco: Sary Álvarez, Jean Pierre Sullón, Belén Alejo, Claude Elescano, Gianmarco Loli, Zunitha Martínez, Miguel Seminario, Miguel Soriano, Alexander Ugalde y Nayle Valderrama
Temporada: Del 03 de julio al 17 de julio
Funciones: Miércoles 03, jueves 04, lunes 08, martes 09, miércoles 10, lunes 15, martes 16 y miércoles 17 de julio a las 8pm
Lugar: Teatro Auditorio Miraflores (Av. Larco 1150 – sótano, Miraflores)
Entradas: S/ 42 (General) y S/ 25 (Estudiantes y Jubilados)
Una producción de CABAC (Alto Teatro Independiente del Perú)
Contacto e informes: 974631414 (WhatsApp)

lunes, 1 de julio de 2019

Buenos muchachos

Inevitable trance para algunos o anecdótica vivencia para otros, la adolescencia es la última trinchera que superar antes de llegar a la vida adulta. Jorge Bazalar ha logrado reproducir ese frenético y atormentado vaivén en “Cinco”, pieza ganadora del Concurso Nacional de Dramaturgia Jóvenes Talentos 2018.
Mendoza (Juan Gerardo Delgado)
y Ccoa (Luis Miguel Yovera) / Foto: Frida Morante
Desde esta desolada ficción con toques autobiográficos, el autor y director teatral se detiene en una de las etapas más decisivas del desarrollo personal sin edulcorados artificios o filtros. La asesoría de Giovanni Ciccia, cuya influencia musical y escénica resulta innegable, aporta un aire juvenil y desenfadado a la propuesta.
Coproducido por Actoarte y la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD), el montaje transita por la vida de cinco estudiantes de un colegio nacional del Rímac conminados a un “castigo singular”: representar una obra de teatro para el aniversario de su institución o ser expulsados.
Tras este primer guiño teatral –seguirán otros más ingeniosos– se delineará un interesante paralelismo sobre la difícil convivencia escolar, familiar y artística de los involucrados. Sus frustraciones, temores, deseos y personalidades confluirán en una amalgama violentamente reconocible, honesta y nostálgica.
El Acertijo (Christian Ruiz) y el Guasón (Henry Sotomayor)
acechando a Ccoa (Yovera) / Foto: Frida Morante
Cinco” presenta a Mendoza (Juan Gerardo Delgado), el abusivo del salón; el brigadier Gonzales (Johan Allpas); Zapata (Henry Sotomayor) y su hermano menor Juan (Christian Ruiz); y Ccoa (Luis Miguel Yovera), cuya apariencia frágil y retraída lo vuelven blanco de despiadadas burlas y discriminación. Sobre esta concepción arquetípica, el autor despliega rasgos afectivos y sicológicos plasmados con eficiencia y verosimilitud por un elenco comprometido. Se traslucen sombrías dicotomías (violencia-amor, cordura-locura, prejuicio-tolerancia, soledad-amor fraternal, entre otras) que enmascaran sus deseos de venganza. Los delirios de Ccoa ante el Guasón y el Acertijo son los ejemplos más claros.
Elenco de "Cinco"
Foto: Frida Morante
Este destructivo impulso, presente en menor o mayor medida en ellos, encaja con otro guiño (teatro en el teatro) que emparenta ingeniosamente la puesta con un “Hamlet”, azuzado por el acoso escolar y la humillación. Los actores responden encarnando roles múltiples, incluso, disímiles a sus protagónicos, sin perder gracia, dinamismo ni versatilidad, aunque cayendo a veces en clichés efectistas. Cinco” describe además los “entornos invisibles” como la escuela o la familia. El auxiliar Salazar es la autoridad complaciente y manipulable del sistema escolar, mientras que los hogares disfuncionales y monoparentales advierten qué roles juegan los padres (si severos o asertivos). Esto permite que la audiencia se suba a un carrusel de pasajes amenos y angustiantes; y realidades posibles, sin fatigarse.
Bajo una ambientación minimalista y sobria, un buen diseño de iluminación y las atmósferas musicales creadas con precisión por Eduardo Cotos, “Cinco” reivindica el papel de las habilidades sociales desde los primeros años de la etapa escolar. Una tarea pendiente que padres, profesores y autoridades no deben postergarse más.

FICHA ESCÉNICA
Dirección: Jorge Bazalar
Asesoría: Giovanni Ciccia
Elenco: Henry Sotomayor, Christian Ruiz, Luis Miguel Yovera, Juan Gerardo Delgado y Johann Allpas
Lugar: Sala Petit Thouars ENSAD (Av. Petit Thouars 195, Lima)
Temporada: Del 10 de junio al 04 de julio
Funciones: Lunes a jueves a las 8pm
Entradas: S/ 20 (General) y S/ 10 (Estudiantes)
Un montaje de Actoarte y la ENSAD