domingo, 25 de agosto de 2019

Versos encadenados

Revisar los textos clásicos es un desafío implícito para toda compañía en formación. Con esa motivación la novel Compañía de Arte Dramático (CAD), fundada en 2018, decidió llevar a escena “La vida es sueño”, la pieza más emblemática de Pedro Calderón de la Barca (1600–1681).
Segismundo (Edwar Reyes) y Rosaura (Gabriela Gallegos)
Este drama –género que cobra forma definitiva en el Barroco– vuelve a las tablas con un abordaje textualmente fidedigno que, bajo la dirección de Alonzo Aguilar, se plasma en una propuesta de estética sobria y cuasi mística que, desde el “Siglo de Oro” español (1492–1681), rescata su mirada filosófica sobre las fuerzas que actúan sobre el destino.
Si bien la obra guarda curiosos paralelismos con “Edipo Rey” de Sófocles (496 a.C. – 406 a.C.), la pieza calderoniana diserta, más bien, sobre el libre albedrío y la racionalidad como rasgos humanos ante los designios dogmáticos y divinos que rigen el gobierno de los hombres. La trama trae a Segismundo (Edwar Reyes), hijo del rey Basilio (Eduardo Bazán), quien, atemorizado por los oráculos, decide aislarlo en una torre y evitar su ascenso al trono. Sobre esto se tejerán luchas de poder e intrigas políticas que pondrán en cuestionamiento la razón terrenal.
Rey Basilio (Eduardo Bazán) y Clotaldo (Óscar Yépez)
En escena, Reyes evoluciona con solidez en su metamorfosis de “fiera” a “príncipe heredero”, mientras que Rosaura (Gabriela Gallegos) encarna la restitución del honor sin complejos. Ambas actuaciones, sumadas al innegable compromiso del elenco, no bastan para que la puesta resuene con la contundencia y contemporaneidad del mensaje calderoniano. Una de las razones serían los problemas de dicción y de enunciación de versos que restan el énfasis necesario para los conflictos e intenciones a lo largo de una obra... sin intermedio. A nivel escenográfico y estético, no obstante, “La vida es sueño” alcanza sus mayores créditos. La dirección, por ejemplo, acentúa los picos de drama con movimientos ágiles en los ingresos a escena, duelos y escapes. Aguilar saca provecho del espacio escénico –con espectadores a tres lados– para desplegar un ajedrez coreográfico que no desperdicia las distintas perspectivas.
"La vida es sueño" de Pedro Calderón de la Barca
La iluminación juega íntimamente con la oscuridad siendo su mayor virtud potenciar los monólogos en los que Segismundo reclama su libertad; o al dosificar las escenas que confrontan situaciones como la ambición de Astolfo (Nicolás Valdés) o la necedad del rey Basilio (Bazán), aunque se extrañó el equilibrio de elementos cómicos. La vida es sueño”, en manos de la entusiasta CAD, es un hito de valioso aprendizaje. Y es que cada cierto tiempo, los versos de cariz filosófico de Calderón de la Barca, representados tantas veces desde su estreno en 1635, aún tienen mucho que decir sobre el destino que pesa sobre la humanidad.

FICHA ESCÉNICA
Dirección: Alonzo Aguilar
Elenco: Eduardo E. Bazán, Gabriela Gallegos Dextre, Tamara Padilla, Edwar Reyes, Nicolás Valdés, Johan Velásquez y Oscar Yépez.
Lugar: Asociación Cultural Campo Abierto (Ca. General Recavarren 560, Miraflores)
Temporada: Del 02 de agosto al 01 de septiembre
Funciones: De viernes a domingo a las 8pm
Entradas: S/ 40 (General) y S/ 28 (Estudiante y Jubilados)

sábado, 3 de agosto de 2019

Cruzada ecológica

La Madre Naturaleza está enferma. Sus recurrentes estornudos son una ineludible alerta sobre la resquebrajada salud del planeta, nuestro hogar. “Los defensores de la naturaleza” utiliza esta premisa movilizadora para integrarnos a una cruzada necesaria: proteger el medio ambiente a partir de hábitos cotidianos y sencillos.
Laly (Laly Guimarey) y Checho (Sergio Cano)
Esta idea nació como un interesante formato de Ecofiesta, productora cultural que, desde 2014, impulsa espectáculos ecológicos y talleres de reciclado. Poco a poco, este concepto –coescrito por María Inés Seijas y Jorge Bazalar– fue enriqueciéndose de un abordaje lúdico y minimalista que recala en la conciencia de grandes y pequeños.
La dirección de Bazalar organiza acertadamente los elementos técnicos, estéticos y dramáticos –en ese orden– para construir un discurso eco-amigable, digerible y coherente. Las familias presentes en el auditorio del Museo de Arte de Lima (MALI) pueden percibirlo fácilmente. Por ello es entendible por qué los personajes infantiles de la obra –dos niños que, en realidad, son agentes de cambio– combaten el desinterés de una sociedad habituada a la producción masiva y el consumo fugaz, situación antagónica que impulsará la reflexión del espectador.
Madre Naturaleza (Briscila Degregori)
A pesar de su corta edad y sus temores, Laly y Checho (dupla divertida integrada por Laly Guimarey y Sergio Cano) acuden al llamado de Madre Naturaleza (la ocurrente Briscila Degregori). Ella les advierte sobre el impacto del crecimiento urbano desmedido en ciudades de la costa, la contaminación en la altura de la sierra y la indiscriminada tala en la selva.
Madre Naturaleza es asistida por dos jóvenes aliados (Francisco Luna en la guitarra y Nuria Mayor en el cajón), con quienes juega a la polisemia en códigos típicamente peruanos. La música, por ejemplo, realiza un viaje que va desde ritmos urbanos (rap) hacia otros más tradicionales (huayno o valse criollo).
Los verdes, marrones, ámbares y azules que dominan la iluminación y estética de “Los defensores de la naturaleza” son reforzados por la utilería y vestuarios elaborados a base de material reciclado. El elenco, por su parte, logra dar ese realce costumbrista al exponer su mensaje ambiental a través de la fauna de nuestras tres regiones.
Francisco Luna y Nuria Mayor, los aliados musicales
Aparecen un travieso gecko (Guimarey), una lagartija que busca a su familia entre las huacas costeñas, cada vez más abandonadas y descuidadas; un sabio cóndor (Luna) que, desde las cumbres, narra antiguas leyendas de amor y los actuales peligros de su hábitat; o un mono choro de cola amarilla (Cano) que ha perdido la alegría de vivir al observar a su árbol talado. En tiempos de inversiones bajo cuestionamiento ambiental, “Los defensores de la naturaleza” quiebran la indiferencia de una vida moderna, pero carente de identidad y respeto por su entorno. Estos pequeños adalides ecológicos alzan una voz que los motores de un progreso egoístamente rentable no debería silenciar.

FICHA ESCÉNICA
Dramaturgia: María Inés Seijas y Jorge Bazalar
Dirección: Jorge Bazalar
Elenco: Briscila Degregori, Nuria Mayor, Sergio Cano, Laly Guimarey y Francisco Luna
Temporada: Del 06 de julio al 18 de agosto
Funciones: Sábados y domingos a las 4pm
Lugar: Auditorio AFP Integra del Museo de Arte de Lima (Paseo Colon 125, Parque de la Exposición, Lima)
Entradas: S/ 30 (General) y S/ 20 (Estudiantes, adultos mayores, miembros del Programa Amigos del MALI (PAM) y niños hasta los 12 años)
Idea original y producción: Ecofiesta