domingo, 7 de abril de 2019

Pecado original

Un fin de semana “perfecto” para dos de amigos de infancia –que creen conocerse de toda una vida– se convertirá en un difícil reto de aceptación y reconocimiento. “La manzana prohibida”, drama de Gonzalo Rodríguez Risco (Lima, 1972), planteó este sinuoso escenario de desencuentros en 1997.
"La manzana prohibida" dirigida por Ana Claudia Moca
En él, ambos se alejarán de Lima y de todos, aunque, quizá, no lo suficiente como para dejar atrás los prejuicios, temores y secretos que han impedido su felicidad. Dos décadas después, esta pieza dialoga con notable vigencia y frescura con el montaje propuesto por El Tuétano Teatro… como si el tiempo no hubiera pasado.
La propuesta que dirige Ana Claudia Moca ha incorporado adaptaciones contextuales necesarias al texto original con la anuencia del autor. De ese modo, este drama juvenil se atreve a cuestionar los desfasados paradigmas en una sociedad que se resiste al cambio y la inclusión. La manzana prohibida” juega con la intriga. Aplicar este recurso, sin embargo, exige a que directora y elenco sostengan el equilibrio del anecdótico encuentro hasta casi la primera media hora. Es decir, cuando sucede una de las confesiones más cruciales en la historia.
Verónica (Cheli Gonzales)
Este planteamiento no limita a que ambos protagonistas revelen su deseo de liberación, aunque con motivaciones distintas en intención y en tiempo. En Verónica (Cheli Gonzales, de buen trabajo), por ejemplo, resultará más lúdico y convincente; siendo más introspectivo en Juan Carlos (Germán Pecar, que abandona las dudas para afianzarse poco a poco en escena). La dirección de Moca se esmera sobre los saltos entre realidad y ficción de la dramaturgia. Las escenas del sueño y, en particular, las marcadas con acento mexicano –un cliché bien utilizado– añaden la exageración a los momentos de crisis y angustias de sus protagonistas. Aquí los recursos histriónicos de Gonzales le permiten sacar partido de los dilemas de un personaje decidido y delirante, que, por momentos, “oculta” la presencia de su contraparte. Afortunadamente hacia la segunda mitad de la puesta, Pecar alcanza superar ese desfase con energía y frescura.
Juan Carlos (Germán Pecar)
El uso del espacio escénico –un amplio corredor con puertas a cada uno de los lados– es destacable ya que aporta fluidez al desplazamiento del elenco y crea atmósferas precisas para los monólogos. El juego de luces y penumbras potencia las escenas oníricas y aquellas otras donde cada uno expresa sus anhelos en soledad. Además, esta distribución confronta las del público al situarlo frente a frente. Desde 1998, cuando Vanessa Robbiano y Marco Zunino encarnaran por primera vez a estos dos amigos en el montaje que dirigió Pipo Gallo, hasta ahora “La manzana prohibida” ha madurado sus frutos en terrenos yermos de libertad.
Fotografías: Guiseppe Falla

FICHA ESCÉNICA
Dirección: Ana Claudia Moca
Elenco: Cheli Gonzales Vera y German Pecar
Lugar: Amaru Casa Cultural (Jr. Sucre 317, Barranco)
Funciones: De viernes a domingos a las 8pm
La temporada va del 22 de marzo hasta el 14 de abril
Entradas: S/ 30 (General) y S/ 20 (Estudiantes)
Producción Ejecutiva: Mónica Talavera Villamonte
Producción General: El Tuétano Teatro