Encontrar puestas con temáticas poco usuales
es un reto en los circuitos teatrales de Lima. Sin embargo, en Espacio Libre de
Barranco suelen presentarse algunos montajes que recogen, por ejemplo, los aciagos
días de la violencia política y cuyo reflejo aún es escaso en la dramaturgia peruana
tradicional.

Esta evocadora pieza escrita por Antonio Díaz Florián revela, con fuerza y desconsuelo, una serie de vicisitudes de una determinada madre en la época oscura de la violencia política.
El montaje unipersonal de poco más de una
hora es una interpelación sentida y sincera –el reclamo genuino de una mujer
andina, fuerte y perseverante– ante la Mamacha (una de las formas con que fue asimilada
la Virgen María en el imaginario popular andino). El resultado es un momento de revelación profunda y simbólica que viaja al corazón.
Fuerza
de madre
En primer lugar, Aurora Colina aparece
vestida de saqra –encarnación maligna,
rubia y de piel blanca– para contarnos su desgracia y su denuncia. Su dolor proviene
de las entrañas de los Andes: su corazón desolado. Sus palabras oscilan entre la
amargura y el desconcierto, aunque es posible rastrear en ellas una esperanza lejana.

Lo que impregna su testimonio de una intensa
emoción que no ha perdido vigencia y que socaba la indiferencia de las generaciones
ajenas. Sin embargo, para Aurora Colina como para los espectadores en la sala, los olvidados, los
nombres injustamente acusados, los que aguardan una salida, los que partieron…
esa espera continúa.
Ficha artística
“Mamacha Dolores”, de Antonio Díaz Florián
Dirigida
por Antonio Díaz Florián
Actúa:
Aurora Colina
Única
función el martes 26 de noviembre a las 9pm
Lugar:
Casa Espacio Libre (Av. Balta 802-A, Barranco)
Más información
en Espacio Libre
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