Dos amigos, dos personajes, dos historias
e infinitas emociones envuelven a “Dúo”. Esta sublime coincidencia escénica reúne
a Alberto Ísola y Gianfranco Brero en un montaje apasionante tras dos décadas
desde que trabajaran juntos en “Ardiente paciencia” (1991), de Antonio Skármeta
o “La Nona” (1993), de Roberto Cossa en el Teatro Larco de Miraflores.
Por esos días Ísola dirigía
la Asociación Cultural Umbral y, en 1994, en el taller de actuación que dictaba
estaban Giovanni Ciccia y David Carrillo, los actuales directores de la
Asociación Cultural Plan 9. Con la dirección de Ciccia y la asistencia de Carrillo, esta puesta delinea los anhelos postergados
y envejecidos por la vida y el tiempo. Aquellas batallas inconclusas nacidas de
la ilusión de épocas mejores y el deseo vehemente de que toda existencia humana, por muy efímera que sea, trascendiera de alguna manera. Y es que cuando la vida asalta con interrogantes
dolorosas y profundas, las respuestas retrospectivas apenas asoman con luces insuficientes.
Encierro
voluntario
Esta sensación de buscar en el pasado las
consecuencias del presente aparece en las dos obras argentinas que componen “Dúo”.
En “El acompañamiento” del dramaturgo Carlos Gorostiza (Buenos Aires, 1920),
Tuco (un Brero apasionado e idealista) es un operario de fábrica a punto de
jubilarse que decide iniciar –o retomar– su carrera como cantante de tango.
Este quijotesco arrebato le cuesta un voluntario
encierro en su casa. Cierto día lo visita su gran amigo Sebastián (Ísola aparece
como un pragmático equilibrio), dueño de una bodega y una personalidad realista.
Entre momentos gráciles y cómicos (las escena animadas por las gárgaras), y recuerdos
juveniles irán descubriendo que no existen límites de edad para creer en los sueños.
Resulta divertido apreciar la negociación de ambos en planos psicológicos y amicales mientras esperan al acompañamiento. La habitación con artefactos de inicios del siglo XX, la nostálgica voz de Gardel y ese curioso dejo que suena a Buenos Aires y, a veces, a Lima fueron acertados puntos de la puesta.
Resulta divertido apreciar la negociación de ambos en planos psicológicos y amicales mientras esperan al acompañamiento. La habitación con artefactos de inicios del siglo XX, la nostálgica voz de Gardel y ese curioso dejo que suena a Buenos Aires y, a veces, a Lima fueron acertados puntos de la puesta.
Amor
en espera
En “Príncipe azul”, del autor y médico
psicoanalista Eugenio Griffero (Buenos Aires, 1936) reside un reto importante. Esta
obra saltó a escena por primera vez en 1980 en plena dictadura militar en Argentina
y marcó un hito al revelar un amor frustrado entre Juan y Gustavo (Ísola y
Brero, dos hombres desolados y reprimidos) y su reencuentro sesenta años después.
Ambos regresan a la playa en la que fueron felices en su juventud para encontrar una respuesta que los tranquilice.
Sentados
en una banca, irán recordando sus glorias personales, quizá para ocultar su temor
o la emoción al verse de nuevo. Vestidos de blanco, Juan y Gustavo parecen
estar listos para el designio aún cuando la vida parece extinguirse.
La calidad actoral de Ísola y Brero
encandila. Cada pieza es un round escénico para cada actor, un certero golpe emotivo,
tangos de añoranza y una reflexión sobre las heridas de la vida –aquellas deudas
existenciales– que no se borran con los años. "Dúo" es una demostración plausible de
que los reencuentros, en la vida o en las tablas, siempre son gratas sorpresas o mágicas
casualidades.
Crédito de fotos: Teatro Plan 9
Ficha
artística
“Dúo”, dirigida por Giovanni Ciccia
Asistencia de dirección: David
Carrillo
“Príncipe azul”, de Eugenio Griffero
“El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza
Actúan: Alberto Ísola y Gianfranco
Brero
Lugar: Teatro Larco (Av. Larco 1036, Miraflores)
Las funciones van de jueves a lunes a
las 8pm / Domingos a las 7pm
Excelente descripción que nos permite entender más la genial obra Dúo, la cual cuenta con las magistrales actuaciones de Alberto y Gianfranco a quienes he felicitado personalmente. Muchas gracias, Eder por esta entrada y por este muy recomendable blog.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Orlando. Siempre es bueno recibir las apreciaciones de una misma obra. Gracias por recomendar el blog y desde aquí estaré a la espera de nuevas opiniones suyas.
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