viernes, 31 de octubre de 2025

Acrobacias intergalácticas

Un grupo de amigos se sumerge en el espacio sideral en busca de un misterioso elemento que le devuelva el equilibrio a su realidad. Con esta premisa, la fantástica “Assamblage”, vio la luz en 2023 en una inusual y cuidadosa apuesta de la Compañía de Teatro Físico.

Frank García, Adrián Carbajal,
Karina Toscano y Raquel Iraola

Dos años después, este reestreno no hace más que afianzar las credenciales artísticas de la compañía y llevarlas hasta límites insospechados. Su línea de trabajo fusiona las posibilidades creativas y comunicativas del cuerpo humano con la sensorialidad estética y lúdica que aportan los objetos y la tecnología en tiempos de apego virtual. Este trabajo retorna a escena, con interesantes cambios desde el título, en el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico. Bajo la dirección de Eduardo Cardozo, el montaje combina exigentes pruebas de destreza, un sorpresivo despliegue visual y de vestuario, así como un puñado de criaturas extrañas que aparecen y se desvanecen en fugaces claroscuros. Llamada ahora “Assamblage y el último objeto”, la propuesta se asemeja a una exhibición de gimnasia circense. A partir de sus cuerpos, cuatro intérpretes se entregan en piruetas solitarias, duales o grupales que destacan por su elegante sincronía y escasos diálogos.

"Assamblage y el último objeto" de la
Compañía de Teatro Físico

Todo surge cuando cuatro amigos abren el nuevo ejemplar de su cómic favorito, el cual los transporta a una rara aventura: la imperiosa búsqueda del Último Objeto, que, queda relegada casi a un segundo plano.
Quizá, porque lo siguiente despierta el asombro de su público, sin importar edades, tamaños o niveles de conciencia. 
Las rutinas de Lira (Karina Toscano), Cosmo (Frank García), Nova (Raquel Iraola) y Aster (Adrián Carbajal) trascienden la lógica textual con silenciosas maromas y una banda sonora con guiños de retro futurismo y ciberpunk. Las pistas de Yitzhak Fowks usan percusión y sintetizadores para guiar a los aventureros en la vastedad cósmica. 
Y, en gran medida, cuando demuestran sus habilidades con esferas de goma gigantes, pequeñas pelotas, aros de diversos tamaños y clavas iluminadas que se agitan en la oscuridad. Todo al amparo de ocho reflectores posteriores y al ras, y luces cenitales que decoran de luces fosforescentes y sombras este rincón sideral.

La propuesta que dirige Eduardo Cardozo
combina luces, energía y sincronía

Sobre ese lienzo astral se dibujan inusuales malabares concatenados y consecutivos de gran precisión que es mejor ver que describir.
Y, aunque hay rutinas más comunes, ello no desmerece el tiempo de práctica ni el grado de concentración de algún intérprete que desafíe el equilibrio de su propio cuerpo antes de continuar con su rutina. 
Como en un filme de Georges Méliès, “Assamblage y el último objeto” transita entre la ilusión y la fantasía a la caza de sentidos cada vez más expuestos a las satisfacciones fugaces. Como en su discreta trama, una buena forma de lograrlo sería con la tecnología como aliado de las destrezas humanas.

Crédito de fotos: Paola Vera

FICHA ESCÉNICA
“Assamblage y el último objeto”
Dirección: Eduardo Cardozo
Elenco: Adrián Carbajal, Frank García, Raquel Iraola y Karina Toscano
Música: Yitzhak Fowks
Temporada: Del 18 de octubre al 07 de diciembre de 2025
Funciones: sábados y domingos a las 4pm
Lugar: Centro Cultural Universidad del Pacífico (Jr. Sánchez Cerro 2121, Jesús María)
Entradas: S/ 45 (Adultos), S/ 30 (Adulto mayor) y S/ 25 (Estudiantes y niños) en Joinnus
Producción ejecutiva: Roxana Araoz
Un montaje de la Compañía de Teatro Físico
Redes sociales: Facebook / Instagram

martes, 21 de octubre de 2025

Fábulas de ayer y hoy

Entre la nostalgia literaria y la osadía creativa, El Quipu Enredado sigue a la caza de estímulos provenientes de la narrativa peruana como fuente de inspiración en su quehacer escénico. “Canta el ronsoco” (2025), su decimosegundo montaje, es una muestra clara de ello.

"Canta el ronsoco", nuevo montaje
de El quipu Enredado 

Esta vez, este elenco de la Casa de la Literatura que combina artes vivas y literatura ha tejido un trabajo singular si se quiere catalogar. Quizá, porque su concepto –surgido de horas de lectura e ingenio colectivo– se asemeja más a un deleite sensorial o una experiencia lúdica antes que un montaje para un espectador tradicional. Entre el silencio y la oscuridad, su denodado ejecutante centra sus esfuerzos en dar protagonismo a la máscara, el vestuario, el títere y los demás objetos en escena, sin mayores aspavientos. Algo que logra con un trabajo técnico y musical sugerente y cuidadoso.
En el aspecto formal, la propuesta que dirige Roberto Sánchez-Piérola desarrolla una serie de cuadros inmersivos y disfrutables para mentes desde los 12 años a más. El punto de referencia es marcado por seis novelas peruanas publicadas en los últimos 50 años, específicamente sus pasajes finales, cargados de lirismo e incertidumbre.

¿Ser oveja o cabra?, uno de los
dilemas inmersivos del montaje

Aunque aparentemente antojadiza y aleatoria, esta premisa despierta infinitas posibilidades creativas que su intérprete traduce con esmerada delicadeza en acciones coherentes.
Y lo realiza mientras disfruta de un anonimato sutil en escena, la simetría visual en la iluminación y la sincronía perfecta en el ingreso y salida de los múltiples elementos. 
“Canta el ronsoco” deslumbra por su naturaleza de cuadros intercalados. Primero, una simpática abuela aparece a bordo de su bicicleta para ponerse a coser con calma. Entre telas, botones, tijeras y la música de un cadencioso piano, la ancianita de fieltro borda sus historias bajo la atenta mirada de su público y la invariable luz cenital. En este mágico mundo, una oveja muda sus lanas y pieles entre revistas de tendencia, modas televisivas y ritmos tropicales o urbanos según sea la estación. El lanudo personaje recurre a un baúl de madera lleno de objetos, hasta la siguiente escena, que, más sobria, muestra apenas un atril y un cuaderno de portada fucsia.

Esta propuesta inmersiva literaria es dirigida
por Roberto Sánchez-Piérola

En ella, una cabra, más ilustrada que tirana, realiza un plebiscito entre seis imágenes de arbitraria elección, cuya respuesta literaria resulta movilizadora y terapéutica, nada ajena al clamor de la calle. La presencia del ronsoco, por su parte, marca el colofón del montaje. Como en una tornamesa imaginaria, este animalito de la fauna peruana gira, en agradable reposo, mientras el pasado y el presente conversan en el nostálgico verso de una polca o un valse. “Canta el ronsoco”, propuesta de El Quipu Enredado, propicia la reflexión sobre nuestra identidad (literaria y social) entre intuiciones y recuerdos. 

Textos de partida
“Cantar de Agapito Robles” de Manuel Scorza (1978)
“Canto de sirena” de Gregorio Martínez (1985)
“Final del Porvenir” de Augusto Higa (1992)
“Ximena de dos caminos” de Laura Riesco (1994)
“Los eunucos inmortales” de Oswaldo Reynoso (1995)
“Tristán” de Patricia de Souza (2010)

FICHA ESCÉNICA
“Canta el ronsoco”
Creación de El Quipu Enredado
Dirección: Roberto Sánchez-Piérola
Temporada: Del 06 de setiembre al 26 de octubre (excepto los días 18 y 19 de octubre)
Funciones: sábados y domingos a las 7pm
Lugar: Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Lima)
Ingreso libre, con aforo limitado
Los tickets se recogen una hora antes de la función

martes, 14 de octubre de 2025

La otra historia

Un barco lleno de avariciosos piratas desafía los embravecidos mares del globo en busca de riquezas y gloria. En su agitado camino arriban a un territorio inédito y desconocido al que bautizan “Potencia Mundial” antes de invadirlo y dominarlo sin escrúpulos ni la menor reflexión.

"Timothy y la conquista del Nuevo Mundo",
nuevo montaje del Club de Teatro de Lima

Lo que podría ser el episodio de cualquier imperio de Europa sirve de inspiración a “Timothy y la conquista del Nuevo Mundo” (2025). Esta delirante pieza teatral escrita a dúo por Federico Abrill y Paco Caparó, quien va en colaboración, reflexiona con agudeza y pertinencia entre un cúmulo de referencias histriónicas, desenfadadas e inverosímiles. 
La dirección de la obra recae en otra dupla notable: Josefo Palomino y Caparó, compañeros de andanza escénica de larga data. Juntos convierten este argumento impensable en libros académicos en un montaje lleno de energía sincronizada y trabajo colectivo de un vasto elenco. Sin tropiezos ni enredos, sus doce actores se escabullen por los pasadizos y cortinajes del Club de Teatro de Lima ante las miradas de sorpresa del público. Con afilado humor político, canciones piratas y dosis de meta-teatralidad se exponen las formas de administrar la sociedad del nuevo mundo para el bien común.

Timothy (Palomino) y El autor (Giraldo)

Por un lado, Timothy, el digno, (un acertado Josefo Palomino) encarna una gobernanza justa, con más intenciones que resultados; mientras que, del otro, el Capitán (muy lúdico Caparó) enfila los intereses personalistas. La pieza equilibra adecuadamente esta pugna entre un joven soñador y un viejo hombre de mar golpeado por la vida, algo violento. 
Estas peripecias son narradas, desde un aura meta-teatral, por El autor (un aceptable Santiago Giraldo), que, poco a poco, irá involucrándose más y más en la trama. Este entrometido personaje marca la pauta de la historia, pero quien deslumbra por su rol ambivalente y camaleónico es Baltazar o Balty (excelente trabajo de Hendrick La Torre). Primero como miembro de la codiciosa tripulación y luego como servidor leal de las utópicas órdenes de Timothy, pero desde la acción. Tras fundar una villa con nombre de fruta, la irreconciliable forma de hacer política de ambos protagonistas crea desánimo y duda –con compras de favores y ataques personales por doquier– que dejan a Balty al medio de todo: casi el modelo de ciudadano que fácilmente podemos identificar.

Balty (La Torre), el capitán (Caparó)
y la comparsa de piratas

La escenografía es sobria y, salvo unas cajas de cartón cual ciudad hecha rompecabezas, se sostiene en un correcto uso del espacio. Buenos ejemplos son los apartes, las escenas con personajes fugaces como la dulce Roxanne o Cristóbal Colón, y, por supuesto, las secuencias épicas y musicales, cuyas letras sensuales y sugerentes bailes resultan jocosas. La exagerada caracterización de cejas y barbas, así como el vestuario y utilería precisos en detalles (garfios, pañoletas y espadas) afianzan el imaginario pirata junto a una iluminación colorida y oportuna. Con todo ello, “Timothy y la conquista del Nuevo Mundo”, leva anclas en medio de una fangosa realidad política que asigna con justicia escénica una página memorable en la bitácora del club al celebrar sus 72 años.

Crédito de fotos: Renzo Olaya (photo.rzo

FICHA ESCÉNICA
“Timothy y la conquista del Nuevo Mundo”
Dramaturgia: Federico Abrill y Paco Caparó
Dirección: Josefo Palomino y Paco Caparó
En escena: Paco Caparó, Josefo Palomino, Santiago Giraldo, Hendrick La Torre, Dyllan Rosales, Antonio Farfán, Omar Chaparro Rimari, Daniel Barboza, Iker Rayme, Franco Poma, André Garragate y Alejandro Figueroa.
Temporada: Del 04 al 26 de octubre
Funciones: sábados y domingos a las 7pm
Lugar: Club de Teatro de Lima (Av. 28 de Julio 183, Miraflores)
Entradas: S/ 40 (Adulto) y S/ 30 (Estudiantes). Promoción: S/ 60 (Dos entradas) que puedes adquirir vía WhatsApp 944649936
Un montaje del Club de Teatro de Lima
Redes sociales: Web / Facebook / Instagram

miércoles, 8 de octubre de 2025

Designios nocturnos

“Bodas de sangre” (1931), una de las piezas teatrales más alegóricas de Federico García Lorca (1898-1936), ha recibido atención especial este 2025. En mayo pasado Fernando Luque dirigió una versión con diálogos intensos y pauteados, un buen empleo de luces, efectos sonoros y una disposición efectiva del espacio de La Vaca Multicolor.

La novia (Pereyra) y Leonardo (Oliva)

El montaje que ahora reestrena la Asociación de Artistas Aficionados (AAA) llega, más bien, tras una necesaria revisión de su dramaturgia a cargo de su director Omar del Águila. Esta exploración dramática conserva los lúgubres presagios que asedian a sus personajes bajo una estética pulcra y funcional, muy similar a la que aplicada el año pasado en “La casa de Bernarda Alba”. En “Bodas de sangre” el pueblo se alista a festejar unas nupcias en un halo de dudas antes que de alegría. El novio (un optimista Joshua Vásquez) y la novia (Neydi Pereyra, expresiva y oscura) son los protagonistas de esta triste historia de amor sostenida con respuestas emocionalmente vacías, miradas esquivas y resignados silencios. 
Desde la sensatez o, quizá, el miedo, la madre del novio (una solvente Angelica Torres) enfrenta un dilema: aceptar la felicidad de su hijo o escuchar a su intuición maternal. La trama se complica cuando Leonardo (un impetuoso Miguel Oliva), antiguo novio de su futura nuera –y único personaje nombrado– busca cada noche a la actual comprometida.

La novia, el amante y la mujer (Rojas) 

A medida que avanza la puesta, se desencadenan acciones pasionales y vengativas que cuestionan el libre albedrío y dan cierto asidero a los presentimientos. Sean por orgullo, intriga o empatía, los roles femeninos portan estos augurios con firmeza vocal y corporal, como si se trataran de una sentencia ineludible.
Es el caso de la criada (Alondra Contreras, de buen trabajo), la vecina (la precisa Beleny Gomez), la mujer (la eficiente Grecia Rojas), la suegra (la aceptable Sol González). Estas actrices comparten estos papeles con otros más simbólicos o surreales como el de la mendiga, la luna o los leñadores (cuervos) sin perder de vista su esencia coral dramática. A nivel visual, la puesta se erige como una experiencia sobrecogedora y deleitable, bien mimetizada entre lo solemne y lo funesto. No en vano, las acciones inician en el patio, cuando la voz del mítico Ricardo Roca Rey (1920-1985) recita fragmentos de la obra en una nostálgica conexión entre el pasado y el presente de la AAA.

La mujer (Rojas), la criada (Contreras), la madre (Torres)
la novia, la suegra (González) y la vecina (Gomez)
completan el elenco en "Bodas de sangre", 

Dentro, aguarda una escenografía desoladora de árboles marchitos y un fondo brumoso por el que desfilan estos seres de paso calculado y lacerantes frases. El ingenioso diseño de luces cubre los desplazamientos mientras se marca la tragedia con intensidad y precisión bajo las tonalidades rojizas, azuladas o verdosas.
Con cuidadoso detalle en el vestuario y la proyección de sombras, “Bodas de sangre” descubre los riesgos de habitar la modernidad con valores rurales o tradicionales. En su aniversario 87, el montaje institucional de la AAA sacude estas convenciones y hábitos al sonido de una hoja de puñal que alguien agita en la noche más oscura. 

FICHA ESCÉNICA
“Bodas de sangre” de Federico García Lorca
Adaptación: Marco Paulo Meléndez
Dirección: Omar del Águila
En escena: Alondra Contreras, Angelica Torres, Beleny Gomez, Joshua Vásquez, Grecia Rojas, Sol Gonzales, Miguel Oliva y Neydi Pereyra
Temporada: Del 10 al 26 de octubre del 2025 (Segunda temporada)
Funciones: Viernes y sábados a las 8pm / Domingos a las 7pm
Lugar: Asociación de Artistas Aficionados (Jr. Ica 323, Centro de Lima)
Entradas: S/ 40 (General) y S/ 30 (Estudiantes, jubilados y CONADIS) en la boletería del teatro o vía WhatsApp 974450108
Un montaje de la Asociación de Artistas Aficionados
Redes sociales: Facebook / Instagram

viernes, 3 de octubre de 2025

Divina borrachera

El vino –y una larga lista de bebidas espirituosas– tienen la fama de haber acompañado a incontables autores al punto que han inspirado célebres historias. Una pequeña muestra de su destilado efecto está en “El gusano del vino” (2025), sensorial montaje de Perú Fusión Teatro.

Lucho Ramírez en
"El gusano del vino"

Esta singular propuesta incluye “Las bodas de Caná”, uno de los misterios bufos del italiano Darío Fo (1926-2016), y “Emborráchense” del poeta francés Charles Baudelaire. Por último, está “El gusano del vino” del escritor japonés Ryunosuke Akutagawa (1892-1927), autor del célebre relato Rashomon, y que da nombre a la pieza teatral.
Con notable gracia e ingenio, Lucho Ramírez ha realizado una inédita y deliciosa selección de escenas inspiradas en esas historias. Su adaptación abraza el teatro, narrativa y poesía en un formato de narración oral, vivo e íntimo que resuena en las grafitadas paredes de la Casa BagreAcompañado de una gestualidad vivaz, un preciso trabajo de cuerpo y un evocador juego de luces y sombras, el experimentado actor se entrega a su solitaria faena con energía, calidez y múltiples roles. El borracho –un desaliñado de camisa, corbata y sombrero y pantalón– transita por las tres historias como punto de partida y principal foco de reflexión.

El montaje destaca por su sobriedad
en escenografía y vestuario 

En esta primera parte, el descuidado personaje brinda su versión risueña y algo cínica del milagro de Jesús en Caná. En su lúcida embriaguez, es posible tentar al mismo Satanás con un sorbo del milagroso licor hecho de agua, o sentirse en el paraíso con apenas beberlo, o calificar de pecado el comer las uvas y no fabricar con ellas un poco de vino.
El segundo relato explora la riqueza poética y terapéutica de este místico fermento. El placer de embriagarse de vino bien podría ser acompañado con un poco de poesía y un tanto de virtud, refiere su habitual bebedor y ameno fabulador. Son razones que desafían al propio tiempo. Como colofón y previo cambio de luces, Ramírez realiza su escena más ambiciosa. En esta historia encarna tres papeles: Liu, dueño de un granero, pero, sobre todo, de una inacabable sed de vino; un extravagante monje budista; y un silencioso hombre de manto negro y abanico de plumas.

La propuesta incluye textos de Darío Fo,
Charles Baudelaire y Ryunosuke Akutagawa

Durante la sofocante espera, los dos últimos buscarán alguna forma de “curar” el apetito de Liu por el vino, aunque, a veces, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
La interpretación versátil del actor se sostiene en cambios de voz, gestos marcados, posturas exigentes –que demuestran su experiencia y oficio– así como descripciones precisas y pintorescas. 
Esta somera descripción apenas se aproxima a este trabajo de modestos vestuarios y escenografía (una caja de madera, un telón negro al fondo y algunas luces que el actor maneja con la sutileza de una transición), pero alto en imaginación. Como una copa recién servida, “El gusano del vino” revela cómo entregarse a esta fragante bebida puede ser la perdición de unos o el deleite de otros.

FICHA ESCÉNICA
“El gusano del vino”
Textos de Darío Fo, Charles Baudelaire y Ryunosuke Akutagawa
Dirección: Lucho Ramírez
En escena: Lucho Ramírez
Diseño de luces: Lucho Ramírez
Temporada: Del 30 de setiembre al 29 de octubre del 2025
Funciones: martes y miércoles a las 8pm
Lugar: Casa Bagre (Jr. Moquegua 112, Interior 110, Centro de Lima)
Ingreso libre, salida a la gorra
Producción general: Perú Fusión Teatro
Redes sociales: Facebook

lunes, 29 de septiembre de 2025

Los nuevos revolucionarios

A doscientos años de nuestra independencia “criolla”, los alborozos épicos son propicios para revalorar a sus verdaderos gestores. Uno de ellos es indudablemente Túpac Amaru II (1738-1781), cacique indígena y líder de la primera rebelión en la Hispanoamérica colonial.

Micaela (Arévalo) y Túpac (Chávez)

En 1984 el destacado Reynaldo Arenas había inmortalizado a esta figura en una cinta dirigida por Federico García. Tres décadas después, este actor regresó al mismo personaje en “La semilla de la Aurora”, montaje de Pukio Teatro, que puso de relieve su legado político y revolucionario en las tablas del Centro Cultural CAFAE-SE en julio pasado. Casi en simultáneo, y en dos tandas de tres funciones entre junio y julio, se estrenó “Túpac Amaru Runa” (2025), drama en nueve cuadros escrito por la maestra Delfina Paredes y publicado en 2023. Esta pieza recoge algo más allá que la gesta heroica del cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca: los desafíos de un pueblo expoliado y oprimido.
La cuidadosa dirección de Martín Velásquez (Marvelat), nieto de la autora, sopesa el indoblegable liderazgo de José Gabriel Condorcanqui desde un cariz más modesto. Esta inédita aproximación se traduce en una puesta en escena con una estética impecable, buen manejo del espacio y un elenco de más de 20 artistas en el Teatro Segura.

"Túpac Amaru Runa" de Delfina Paredes llegó al
Teatro Segura en una gran producción

Menos grandilocuente, “Túpac Amaru Runa” explora con humanista precisión las fortalezas desde donde el valiente cacique se enfrentó al poder. Es decir, su identidad andina –costumbres, tradiciones y mitos– inmersa en un sistema opresor y corrupto en el que fue criado. “Chepe”, como cariñosamente lo llamaban en familia, es interpretado por Iván Chávez, en una muestra de compromiso y energía. Su actuación se sostiene con una presencia física y emocional sólida, que no opaca a sus seguidores. Sobre todo, a Micaela Bastidas (Valeria Arévalo, de buen trabajo) y Tomasa Tito Condemayta (Sylvia Majo, siempre eficiente).
Del lado de la corona, y, a veces, en roles múltiples, se lucen el visitador Areche (un preciso Gustavo Mayer), Moscoso, el obispo de Cusco (un sobrio Mario Velásquez), y el magistrado Mata Linares (un aceptable Franco Iza). Todos ellos van salpicados de atisbos cínicos, indiferentes miradas y un marcado acento foráneo.

Areche (Mayer) y Moscoso (Velásquez)

Entre ambos bandos figura la población mestiza y nativa –coexisten parlamentos en castellano y quechua– en un dilema sobre la verdadera autonomía. El montaje avanza sin mayores sobresaltos en la trama, aunque, por momentos, parece una extensa clase de historia de dos horas sin intermedio, eso sí, con excelentes apuntes en su escenografía, uso del espacio, el vestuario y, en especial, la iluminación.
“Túpac Amaru Runa” devuelve los bríos necesarios para afianzar la cartelera del Teatro Segura. Pero, quizá, el aporte de esta coproducción de Butaca Arte y Comunicación y Bravo Productora Artística sea más valioso. Reabrir los libros de la historia peruana para notar, cómo dos siglos después, las taras y defectos legados por la vieja colonia dificultan nuestro proyecto de un país fraterno y solidario.

FICHA ESCÉNICA
“Túpac Amaru Runa” de Delfina Paredes
Dirección: Martín Velásquez (Marvelat)
Elenco: Iván Chávez, Valeria Arévalo, Gustavo Mayer, Mario Velásquez, Sylvia Majo, Aníbal Lozano Herrera, Franco Iza, Francesca Vargas, Dante del Águila, Junior Béjar, Víctor Acurio, Gianni Chichizola, Daniel Suárez Lezama, Rocío Ántero Cabrera, entre otros.
Temporada: 26, 27 y 28 de junio y el 17, 18 y 19 de julio del 2025
Funciones: jueves, viernes y sábado a las 8pm
Lugar: Teatro Segura (Jr. Huancavelica 265, Centro de Lima)
Producción general: Butaca Arte y Comunicación
Redes sociales: Facebook / Instagram
Producción ejecutiva: Bravo Productora Artística
Redes sociales: Facebook / Instagram

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Verdades a medias

Hay quienes se pierden en vanas nostalgias o fugaces quimeras antes que enfrentar la tediosa realidad en la que viven. Lo que pareciera un escape mental fugaz y ocasional podría convertirse en una verdadera pesadilla como sucede en “Hay que llenar la noche” (1993).

"Hay que llenar la noche" marca la aparición 
de Sadith Arévalo en Espacio Libre  

Este desafiante texto de César Bravo (Lima, 1960) marca el retorno de Espacio Libre a las tablas en su esencia perfecta: la de grupo. A sus referentes como Karlos López Rentería o Eliana Fry García-Pacheco se suman el ahora mediático David Almandoz y Sadith Arévalo, de grata aparición, quienes se suman al rescate del teatro de autor peruano.
Bajo la mirada lúcida del experimentado Diego La Hoz, el montaje conjuga adecuadamente su libreto de medias verdades, un elenco comprometido y una escenografía sobria. Nada falta ni sobra, salvo el oficio del grupo, sobre el escenario del Club de Teatro de Lima.
Hay que llenar la noche” plantea un extraño triángulo amoroso que enreda el pasado y el presente de cuatro adultos de mediana edad. Un encuentro fortuito entre Coco (López Rentería), un empleado de banco, y Raquel (Arévalo), la ilusión de su adolescencia, reaviva una pálida chance de un amor secreto, perdido en su momento.

Elizabeth (Fry), Juan (Almandoz) y
Coco (López Rentería)

Aunque fugaz e intrascendente, esta coincidencia afectará su relación –de por sí, ya inestable e insostenible– con su novia Elizabeth (Fry) cuando ella se entere de la presencia de esta enigmática mujer. El mejor amigo de ambos, Juan (Almandoz), intentará mediar o remediar la situación, aunque sin mucho éxito. Las historias se van tejiendo de forma simultánea, cada una con su atmósfera sonora (mérito de Prado) y lumínica, que, en escenas después, se articulan con sincronía y precisión. Con pocos elementos y mucha imaginación, La Hoz demarca la dualidad espacial de tediosa rutina o esperanzadora ilusión en la que su elenco juega cómodamente.
López Rentería se desenvuelve de forma versátil, entre lo cursi y cínico, tan carismático como manipulador en la fantasía y la realidad. Junto a Almandoz, en su contraparte más incorregible, entablan un amigable dúo que fluye con honestidad y humor en la charla de cantina, el momento más logrado –y extenso– del montaje.

Este montaje marca el retorno a las tablas
de Espacio Libre como grupo 

Por su parte, Fry saca adelante un rol con solvente energía y sensualidad, mientras que Arévalo se desenvuelve con ingenuidad y aplomo en un papel que va de lo vulnerable a lo valiente.
Todos deben sobrevivir entre diálogos de encrucijada con el “no” como respuesta esquiva que salpican con indiscreciones y mentiras a conveniencia. 
Tan idílico como imposible, las relaciones se sostienen sobre secretos y apariencias que el público apenas distingue desde la penumbra. “Hay que llenar la noche”, notable retorno del grupo Espacio Libre, desnuda los riesgos de encontrar en las verdades a medias o las mentiras más creíbles alguna certeza que no proviene del corazón.

FICHA ESCÉNICA
Hay que llenar la noche” de César Bravo
Dirección: Diego La Hoz
Elenco: David Almandoz, Eliana Fry García-Pacheco, Karlos López Rentería y Sadith Arévalo
Producción ejecutiva: Evelyn Irivarren
Temporada: Del 13 al 28 de setiembre de 2025
Funciones: sábados y domingos a las 7pm
Lugar: Club de Teatro de Lima (Av. 28 de julio 183, Miraflores)
Entrada: S/ 40 (General) y S/ 30 (Estudiantes y jubilados) en Joinnus
Un montaje de Espacio Libre Teatro
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