lunes, 22 de octubre de 2012

Burlando a la muerte

¿Hay alguna forma de evitar el llamado de la muerte? Al parecer, eso creen los dos desdichados personajes de “¡A ver, un aplauso!”, pieza escrita por César de María y exhibida hasta esta noche –acabará su temporada con una función especial– en el auditorio del Museo de Arte de Lima (MALI).
En ella, Tripaloca (Manuel Gold) y Tartaloro (Nicolás Galindo), dos payasos callejeros, reciben la visita de dos extraños emisarios. Aseguran venir en nombre de La Muerte, aunque parezca una broma. Pero no. Vienen a llevarse a Tripaloca, quien sufre de TBC y como artista de la calle vive en la pobreza de una Lima desilusionada.

Bromas macabras
Roberto Ángeles, director de esta puesta, retoma una historia de César de María. Unos meses antes había presentado una evocadora y bien lograda “Laberinto de monstruos” en el Teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional de San Borja.
Ahora lleva a escena una obra escrita en 1984 reflejando el lado popular de los payasos de la calle. Basta ver los pasajes y coreografías de salsa y el crudo lenguaje callejero (que podría haberse depurado un poco, sin perder la esencia) de sus personajes, muy bien delineados, por cierto.
Gold destaca por su destreza en papeles cómicos y lo demuestra con su Tripaloca. A su lado, el Tartaloro de Galindo es buen equilibrio, por momentos, ágil y atrevido y, por lo general, chillón –por su voz– y enternecedor. Un detalle a cuidar: los payasos de la calle suelen estar muy pulcros para ser los descritos en la obra.

El mejor recurso
Como si se tratara de una lógica oscura, los dos lúgubres mensajeros fueron payasos. Interpretados por Gabriel Iglesias y Daniela Baertl (alumnos del taller de formación actoral de Ángeles), cumplen su función como los emisarios que deben escuchar las historias que Tripaloca cuenta y Tartaloro escribe en una libreta, artilugio utilizado para evitar el designio.
Ambos, además, realizan una serie de roles que no decaen a medida que avanza la obra. Dos escenas divertidas tienen a Iglesias, por ejemplo, como un chamán amazónico tras las rejas y a Baertl como una bailarina de night club enamorada de Tripaloca.
Volviendo a los protagonistas, los dos personajes recrean las esperanzas, las suyas, las de su público, el de la calle, el de la platea, el de hoy y, quizá, el de mañana. Con esta premisa –vital en el texto de De María–, el montaje saca ventaja a pesar de que ciertos momentos de drama parecen perderse bajo la contagiosa comicidad de sus personajes.

Imperdible. Antes de la última función de “¡A ver, un aplauso!” (8pm) se presentará “Laberinto de monstruos” (6pm), pieza dirigida por Ángeles hace unos meses en el teatro Mario Vargas Llosa de la BNP. Luego habrá un conversatorio con los dramaturgos peruanos César de María, Gino Luque y Eduardo Adrianzén.

Crédito de fotos: Daniela Talavera

Ficha técnica
“¡A ver, un aplauso!”, de César De María
Dirige: Roberto Ángeles / Asistencia de dirección: Haysen Percovich
Actúan: Manuel Gold, Gabriel Iglesias, Daniela Baertl y Nicolás Galindo
Lugar: Teatro Auditorio del Museo de Arte de Lima - MALI (Parque de la Exposición s/n Lima)
La temporada acaba el 22 de octubre
Más información en el evento o en la página del MALI.

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