¿Hay alguna
forma de evitar el llamado de la muerte? Al parecer, eso creen los dos
desdichados personajes de “¡A ver, un aplauso!”, pieza escrita por César de
María y exhibida hasta esta noche –acabará su temporada con una función
especial– en el auditorio del Museo de Arte de Lima (MALI).
En ella, Tripaloca
(Manuel Gold) y Tartaloro (Nicolás Galindo), dos payasos callejeros, reciben la
visita de dos extraños emisarios. Aseguran venir en nombre de La Muerte, aunque
parezca una broma. Pero no. Vienen a llevarse a Tripaloca, quien sufre de TBC y
como artista de la calle vive en la pobreza de una Lima desilusionada.
Bromas
macabras
Roberto
Ángeles, director de esta puesta, retoma una historia de César de María. Unos
meses antes había presentado una evocadora y bien lograda “Laberinto de monstruos” en el Teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional de San
Borja.
Ahora lleva a escena una obra escrita en 1984 reflejando el lado popular de los
payasos de la calle. Basta ver los pasajes y coreografías de salsa y el crudo
lenguaje callejero (que podría haberse depurado un poco, sin perder la esencia)
de sus personajes, muy bien delineados, por cierto.
Gold destaca
por su destreza en papeles cómicos y lo demuestra con su Tripaloca. A su lado, el
Tartaloro de Galindo es buen equilibrio, por momentos, ágil y atrevido y, por
lo general, chillón –por su voz– y enternecedor. Un detalle a cuidar: los
payasos de la calle suelen estar muy pulcros para ser los descritos en la obra.
El
mejor recurso
Como si se
tratara de una lógica oscura, los dos lúgubres mensajeros fueron payasos.
Interpretados por Gabriel Iglesias y Daniela Baertl (alumnos del taller de
formación actoral de Ángeles), cumplen su función como los emisarios que deben
escuchar las historias que Tripaloca cuenta y Tartaloro escribe en una libreta, artilugio utilizado
para evitar el designio.
Ambos, además,
realizan una serie de roles que no decaen a medida que avanza la obra. Dos escenas
divertidas tienen a Iglesias, por ejemplo, como un chamán amazónico tras las
rejas y a Baertl como una bailarina de night
club enamorada de Tripaloca.
Volviendo a
los protagonistas, los dos personajes recrean las esperanzas, las suyas, las de
su público, el de la calle, el de la platea, el de hoy y, quizá, el de mañana. Con
esta premisa –vital en el texto de De María–, el montaje saca ventaja a pesar
de que ciertos momentos de drama parecen perderse bajo la contagiosa comicidad
de sus personajes.
Imperdible.
Antes
de la última función de “¡A ver, un aplauso!” (8pm) se presentará “Laberinto de
monstruos” (6pm), pieza dirigida por Ángeles hace unos meses en el teatro Mario
Vargas Llosa de la BNP. Luego habrá un conversatorio con los dramaturgos peruanos
César de María, Gino Luque y Eduardo Adrianzén.
Crédito de fotos: Daniela Talavera
Crédito de fotos: Daniela Talavera
Ficha
técnica
“¡A ver, un
aplauso!”, de César De María
Dirige: Roberto
Ángeles / Asistencia de dirección: Haysen Percovich
Actúan: Manuel
Gold, Gabriel Iglesias, Daniela Baertl y Nicolás Galindo
Lugar: Teatro Auditorio
del Museo de Arte de Lima - MALI (Parque de la Exposición s/n Lima)
La temporada
acaba el 22 de octubre
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