Caminos de fe

Cádiz, 1796. Entre inesperados enredos y dolorosas resignaciones, dos fugitivos europeos huyen de la Inquisición hasta que una sagrada misión (trasladar los restos de Santa Fortunata hacia Moquegua, en el sur del Virreinato del Perú) les da una chance de seguir con vida y creer nuevamente en algo.

Santa Fortunata (Gamero) en "El viaje de la santa"

Esta trama aparentemente innocua marca el inicio de la magnífica obra “El viaje de la Santa” (2023). César de María (Lima, 1960), su deliberado autor, encierra en este libreto de milagros inexplicables y coincidencias históricas un eje maravilloso que emparenta a la fe –en su sentido más puro– con el más profano de las artes. Una herejía escénica bien orquestada por la sólida dirección a dúo de Joan Manuel Girón y Aldo Sánchez, y la oportuna realización de Carnaval Comunidad Teatral. El montaje ha recorrido la Sala Tovar (2023) y el Club de Teatro en Miraflores (2025) y, con buenos vientos, podría alistar un reestreno próximamente. 
Con tono épico y cómico, un grupo de comediantes va de gira contando y cantando las coplas de “El viaje de la Santa”. Con este artilugio meta-teatral se presenta Juan del Camino (buen papel de Edgard Linares), un peregrino español, actor de compañía, que encuentra en las señales “divinas” una forma de superar la pérdida de su esposa.

Malaspina (Agurto) y Del Camino (Linares) 
y la reliquia que llevarán a Nuevo Mundo

Lo acompaña Tomasso Malaspina (Miguel Agurto, de estupendo trabajo), maestro de artificios teatrales, un italiano ateo confeso y amante del vino. Este dúo encarna a una antítesis notable cuyas convicciones religiosas y formas de profesarlas (o vivirlas) ayudan a delinear una comedia brillante y reflexiva en torno a la duda y la fe. A través de breves cuadros, ambos personajes afrontan un periplo inédito por alta mar, tierra firme y la cordillera. La delicada dramaturgia salpica referencias históricas (la presencia de Don José de San Martín) con eventos milagrosos que asientan la trama con solvencia, humor y sátira, de modo que coquetea con lo posible y lo creíble. Aquí resulta vital el acople lúdico de Carla Gamero, Gabriel Cedrón, Cristina Renteros y Julio Navarro. Sus personajes –45 en total– se lucen con giros idiomáticos que aportan personalidad y gracia, gestos exagerados que realzan la esencia de la farsa, y agudos parlamentos para cada papel que agregan humanidad y tienden un puente con la actualidad.

La propuesta que dirige Joan Manuel Girón cuenta
con el acompañamiento musical Gabriel Cedrón

Con atrevimiento y energía, el sacrificado elenco compone absurdos malentendidos y escenas de intriga y controversia en medio de tormentas, barcos piratas, revueltas a bordo y un puñado de feligreses jesuitas y dominicos, por lo general, enemistados. Un notable efecto que consiguen con pocos elementos como sotanas, espadas de madera, telas y crucifijos. La llegada de la reliquia al Nuevo Mundo se convierte en una travesía alegórica por nuestras convicciones más terrenas. “El viaje de la Santa”, notable montaje de Carnaval Comunidad Teatral, es una de las mejores ficciones contemporáneas sobre el juego de apariencias que rodea –y permite– la vida, y es, quizá, el elemento más milagroso y honesto del teatro más peregrino.

FICHA ESCÉNICA
“El viaje de la Santa” de César de María
Dirección: Joan Manuel Girón
Asistencia de dirección: Aldo Sánchez
Elenco: Edgard Linares, Miguel Agurto, Carla Gamero, Gabriel Cedrón, Cristina Renteros y Julio Navarro
Temporada: Del 01 al 23 de agosto
Funciones: viernes y sábados a las 9:15pm
Lugar: Club de Teatro de Lima (Av. 28 de julio 183, Miraflores)
Un montaje de Carnaval Comunidad Teatral
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