jueves, 4 de mayo de 2017

Suspiro limeño

La Lima de últimos brillos señoriales fulgura en “Un país tan dulce”. Esta frase acuñada por Leonidas Yerovi (1881 – 1917), periodista y literato del modernismo, viajó como una risueña mueca desde la eternidad hasta el siglo XXI, época de Celeste Viale Yerovi, nieta suya. Un siglo exacto tras su prematura muerte.
La alegre comparsa de "Un país tan dulce"
Con coloquialismos de antaño, métrica musicalidad y criollísima gracia, Viale compone una dramaturgia de verso ágil y mordaz de estela nostálgica. Pensada como una varieté, “Un país tan dulce” es un carnaval escénico por el que desfilan intrigas y afanes personalistas; y también los delirios republicanosEl director Alberto Ísola aprovecha la fórmula de esta inefable farsa política, revista musical, o drama alegórico. El género es lo de menos cuando el país viene fraguando su identidad –la peruanidad– en una enredada maraña de intereses burgueses y políticos que empeñarían el futuro.

LIMA ANTIGUA
A través de López (Miguel Álvarez de estupendo trabajo) la audiencia se sumerge en la Lima de inicios de siglo XIX. Sus ojos como hombre de “La Prensa” –el periódico más influyente y voz de la naciente burguesía– sirven para describir el glamur y picardía de una sociedad que pondera el pecado mas no el escándalo.
Janncarlo Torrese y Miguel Álvarez
Con irreverencia se trazan alegorías plausibles. Una entrevista a un presidente ausente resuelto con chismes. Una huelga proletaria que afronta el desdén de las clases más privilegiadas. Una escena memorable es la accidentada gala teatral que entre censuras e intromisiones presta voz a un vapuleado país.
Los periplos de Álvarez acompañan, en otro plano, al amor esquivo entre Colombina y Arlequín (los lúdicos Mayra Nájar y Renato Medina), quienes presagian la fiesta popular en el escenario. Junto a ellos, Janncarlo Torrese, Lorena Rodríguez y Laly Guimarey viven cada episodio de este frenético carnaval con fluidez actoral y acierto vocal.

CARAS FESTIVAS
Tales escenas exigen a un elenco muy disciplinado cuyos personajes (históricos o no tanto) y los diálogos en verso sintonizan con el ritmo de la puesta. Las máscaras añaden misterio a la comparsa y a las identidades fugaces que adoptan, mientras que los colores (utilería, vestuario y luces) pintan de alegría el carnaval.
"Un país tan dulce", una delicia escénica de Aranwa
La música compuesta por Mateo Chiarella y las cuidadas coreografías de Juan Pablo Lostannau ofrecen un marco festivo inmejorable. A esta delicia escénica de Viale habría que agradecerle el cuidadoso esfuerzo por revalorar la pluma de Yerovi en un montaje de crítica social real y vigenteImperdible y de apreciación necesaria, “Un país tan dulce” retrata la idiosincrasia peruana como un espejo descarnadamente honesto. Este montaje –fiel a otros de la tradición escénica de Aranwa– es una cátedra sobre la belleza del arte teatral y una alerta para un país que aguarda cumplir los ideales con que fuera fundado hace un par de siglos, en 1821.
Fotografías: Aranwa

FICHA ESCÉNICA
“Un país tan dulce”, de Celeste Viale Yerovi
Dirección: Alberto Ísola
Elenco: Miguel Álvarez, Janncarlo Torrese, Laly Guimarey, Renato Medina, Lorena Rodríguez y Mayra Nájar
Composición musical: Mateo Chiarella
Diseño coreográfico: Juan Pablo Lostannau
Temporada: Del 16 de marzo hasta el 8 de mayo
Funciones: jueves, viernes y lunes a las 8pm / sábados y domingos a las 7pm
Lugar: Teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha 2160, Jesús María)
Entradas: S/. 50 (General), S/. 40 (Jubilados) y S/. 25 (Estudiantes)
Una producción de Aranwa Teatro

No hay comentarios:

Publicar un comentario