¿Vale la pena dedicarse al teatro? Esta
interrogante formulada tantas veces conduce la historia de “El otro aplauso”. Un
cautivante y revelador texto escrito y dirigido por Diego La Hoz, e inspirado en
esos momentos de duda que, a veces, ayudan a fortalecer una vocación. En especial,
aquellas vinculadas al teatro.
La pieza es un conjunto de reflexiones
certeras y profundas extraídas poco antes de que Actor 1 y Actor 2 inicien su función
en una alejada provincia. Ese choque entre lo esperado y lo real sirve para explorar
las convicciones y temores de ambos personajes.
Lejos de comodidades, los actores desempolvan
este dilema universal para convertirse, quizá, en “hacedores de algo tan íntimo
que no tiene eco”, como dice una frase de esta reciente –pero no última,
esperemos– aventura escénica de Espacio Libre.
Juego invisible
En la puesta se aprecia a dos actores poco
antes de salir a escena. Repasan sus líneas, calientan y saludan a un público invisible, pero que presienten. Ese momento
íntimo cargado de más temores que certezas parece vedado a una audiencia ficticia, pero es visto por una real en reflexivo silencio.
El trabajo de Actor 1 y Actor 2
(Karlos López Rentería y Natalio Díaz) es vital para recrear ese juego de
distancias aparentes con naturalidad y gráciles sugerencias. Con posturas diferentes
pero bien congeniadas tras el telón van venciendo esa cuarta pared a medida que
su complicidad se quiebra y al final nos vemos inmersos en su incertidumbre.
Es destacable el uso del espacio. Quienes
han ido a Casa Espacio Libre notarán que el escenario no es convencional, pero,
lejos de significar un inconveniente, es gratamente utilizado. Los pocos
elementos en escena y el trabajo corporal y actoral terminan por construir una
atmósfera de sensaciones y desencantos que el espectador agradece.
Teatro valiente
Fiel a su dramaturgia, La Hoz utiliza
líneas poéticas y delicadas por las que desliza ironías y críticas. “El otro
aplauso” es una colección deliciosa y funcional de reflexiones sobre la perseverancia de los ideales, los asumidas y los impuestos, sin dejar de sentir –muy suyo– ese dilema capaz de deshacer
sueños y debilitar las decisiones.
Se convierte así en una sutil forma de entender que los
dominios de la ilusión terminan en aquellos en los que realidad amedrenta. Y es
ahí que las preguntas y los miedos que mueven la vida aparecen. Afortunadamente
sobra valentía en Casa Espacio Libre, un proyecto iniciado hace 14 años, para plasmar en
escena las ideas de un grupo que sueña y vive teatro.
Finalmente, Espacio Libre ha rescatado
esa valiosa costumbre de realizar breves conversatorios entre director, actores
y espectadores luego de terminada la puesta. Desde ahí es posible rastrear la
madurez de esta obra que hace poco fue presentada en Jauja durante el aniversario de Metáfora Teatro y ha regresado a Lima con
un proceso enriquecido, surrealista y aleccionador.
Crédito de fotos: Espacio Libre
Crédito de fotos: Espacio Libre
Ficha
artística
“El
otro aplauso”, de Diego La Hoz
Actúan:
Karlos López Rentería y Natalio Díaz
Lugar:
Casa Espacio Libre (Av. Bolognesi 802 A, Barranco)
Funciones:
Jueves (22 y 29) y viernes (23 y 30) de agosto a las 9pm
No hay comentarios:
Publicar un comentario