viernes, 23 de agosto de 2013

Aplauso sincero

¿Vale la pena dedicarse al teatro? Esta interrogante formulada tantas veces conduce la historia de “El otro aplauso”. Un cautivante y revelador texto escrito y dirigido por Diego La Hoz, e inspirado en esos momentos de duda que, a veces, ayudan a fortalecer una vocación. En especial, aquellas vinculadas al teatro.
La pieza es un conjunto de reflexiones certeras y profundas extraídas poco antes de que Actor 1 y Actor 2 inicien su función en una alejada provincia. Ese choque entre lo esperado y lo real sirve para explorar las convicciones y temores de ambos personajes.
Lejos de comodidades, los actores desempolvan este dilema universal para convertirse, quizá, en “hacedores de algo tan íntimo que no tiene eco”, como dice una frase de esta reciente –pero no última, esperemos– aventura escénica de Espacio Libre.

Juego invisible
En la puesta se aprecia a dos actores poco antes de salir a escena. Repasan sus líneas, calientan y saludan a un público invisible, pero que presienten. Ese momento íntimo cargado de más temores que certezas parece vedado a una audiencia ficticia, pero es visto por una real en reflexivo silencio.
El trabajo de Actor 1 y Actor 2 (Karlos López Rentería y Natalio Díaz) es vital para recrear ese juego de distancias aparentes con naturalidad y gráciles sugerencias. Con posturas diferentes pero bien congeniadas tras el telón van venciendo esa cuarta pared a medida que su complicidad se quiebra y al final nos vemos inmersos en su incertidumbre.
Es destacable el uso del espacio. Quienes han ido a Casa Espacio Libre notarán que el escenario no es convencional, pero, lejos de significar un inconveniente, es gratamente utilizado. Los pocos elementos en escena y el trabajo corporal y actoral terminan por construir una atmósfera de sensaciones y desencantos que el espectador agradece.

Teatro valiente
Fiel a su dramaturgia, La Hoz utiliza líneas poéticas y delicadas por las que desliza ironías y críticas. “El otro aplauso” es una colección deliciosa y funcional de reflexiones sobre la perseverancia de los ideales, los asumidas y los impuestos, sin dejar de sentir –muy suyo– ese dilema capaz de deshacer sueños y debilitar las decisiones.
Se convierte así en una sutil forma de entender que los dominios de la ilusión terminan en aquellos en los que realidad amedrenta. Y es ahí que las preguntas y los miedos que mueven la vida aparecen. Afortunadamente sobra valentía en Casa Espacio Libre, un proyecto iniciado hace 14 años, para plasmar en escena las ideas de un grupo que sueña y vive teatro.
Finalmente, Espacio Libre ha rescatado esa valiosa costumbre de realizar breves conversatorios entre director, actores y espectadores luego de terminada la puesta. Desde ahí es posible rastrear la madurez de esta obra que hace poco fue presentada en Jauja durante el aniversario de Metáfora Teatro y ha regresado a Lima con un proceso enriquecido, surrealista y aleccionador.

Crédito de fotos: Espacio Libre

Ficha artística
“El otro aplauso”, de Diego La Hoz
Actúan: Karlos López Rentería y Natalio Díaz
Lugar: Casa Espacio Libre (Av. Bolognesi 802 A, Barranco)
Funciones: Jueves (22 y 29) y viernes (23 y 30) de agosto a las 9pm

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