sábado, 12 de julio de 2025

Juegos interrumpidos

Un patio, un parque, una casa... a veces, el infierno está más cerca de lo que uno se imagina. Sara Joffré (1935-2014) era consciente de los peligros que niños y adolescentes sufrían en estos parajes urbanos o rurales cuando escribió su icónica “En el jardín de Mónica” (1961).

Mónica (Arroyo) y La Niña (Cordero)

Esas heridas marcaron la delicada piel y, sobre todo, el alma y corazón de su sensible y jovial protagonista. “Una niña que podría tener hasta ochenta años, que es la máxima edad que puede tenerse”, según reza su prólogo. Ese dolor llevado en silencio toda una vida despierta un día para revelarse como una persona fragmentada e incompleta. En diciembre de 2015 la Asociación de Artistas Aficionados (AAA) montó una primera versión bajo las órdenes de Omar del Águila y la lúcida Ximena Arroyo en el papel protagónico. Ana Santa Cruz, Jamil Luzuriaga y Sergio Ota completaban aquel elenco de espíritus traviesos.
Inspirados por la partida de Joffré, acontecido un año antes, aquel montaje celebraba la vida, la alegría y la libertad con una puesta en escena colorida, brillante y lúdica. Una década después, la AAA cierra este capítulo con una versión original y arriesgada en varios sentidos.

El equipo creativo de "En el jardín de Mónica" 
recibe a su público en el histórico patio de la AAA

En principio, traslada la acción a su histórico patio, abriendo un mar de infinitas posibilidades técnicas, sensoriales y escénicas guiadas con una sólida mirada estética. Esta vez, el misterioso jardín emerge en las grises horas de una moribunda tarde de invierno, con una disposición clásica de público y escenario, y micrófonos instalados a ambos lados. La versátil Ivi Cordero toma la palabra, pero la voz de Mónica (Arroyo, en un registro doloroso, entrañable y distinto) es lo más importante. Ambas actrices –discípula y mentora– comienza su interpretación con voz y energía intensas siguiendo la nueva versión textual propuesta por el equipo que dirige Omar del Águila.
Esta acertada decisión trae a escena una historia oscura, descarnada y, quizá, más acorde a estos tiempos. Ello combina bien con la descuidada locación elegida y el vestuario negro sobre el que se adicionan prendas y accesorios de colores llamativos (naranja, fucsia o celeste).

La Niña (Cordero) y El Niño (Sánchez)

Esta utilería proviene de un baúl de madera y despierta la curiosidad de un espectador que logra sintonizar con la imaginación de sus risueños personajes. Y fluye así cada vez que Mónica plantea los juegos en los que salpican evocaciones y temores que desconciertan a la Niña (buen trabajo de Cordero) y, cuando ya cae la noche, al Niño (Gary Sánchez, en una grata aparición). El juego de contraluces y sombras denuncia el acecho de la violencia, pero revela algo más inquietante. “En el jardín de Mónica”, como en otros espacios, la inocencia de las primeras etapas de la vida se va extinguiendo para dar paso a episodios de frustración y rabia que no se deben callar más.

FICHA ESCÉNICA
“En el jardín de Mónica” de Sara Joffré
Dirección: Omar del Águila
Elenco: Ximena Arroyo, Ivi Cordero y Gary Sánchez
Lugar: Asociación de Artistas Aficionados (Jr. Ica 323, Centro de Lima)
Temporada: Del 04 al 20 de julio
Funciones: viernes y sábado a las 6pm / Domingos a las 5pm
Ingreso libre, colaboración voluntaria
Una producción de la Asociación de Artistas Aficionados
Redes sociales: Facebook / Instagram

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