lunes, 23 de marzo de 2020

Espirales nostálgicas

Entre atavíos de ciencia, aunque sin la pretensión de serla, la patafísica hizo su aparición en la Francia de inicios del siglo XX. El curioso término fue acuñado en “Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico” (1911), una de las obras póstumas del excéntrico dramaturgo y poeta simbolista francés Alfred Jarry (1873-1907).
Los patafísicos: Sebastián Ramos, Sergio Armasgo,
Lucía Rúa, Tati Alcántara, Lorena Bodero, Brayan Pinto,
Diego Pérez y Franciso Luna.
Ahí la describía como la ciencia que estudia las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones, algo impensable para una sociedad que pondera más las formas establecidas antes que lo transgresor o exagerado. “Varieté Chopin: una experiencia surreal” (2019), primera incursión escénica de La Comparsa Patafísica, honra este precepto.
Esta inclasificable propuesta de teatro, música, danza, vodevil y poesía logra distanciarse con afianzado riesgo de sus primarios insumos para brillar con originalidad y belleza. Dirigida con esmero por Mateo Chiarella, la puesta se aleja de formas escénicas tradicionales, incluso, desde antes de su inicio.
Tres equinos en "Varieté Chopin"
Por ejemplo, utiliza la “espontánea” lectura de una carta para indicar que es momento de apagar los celulares en lugar de la habitual advertencia oída con voz en off. Con esta extraña interpelación al público y un silencio prolongado recién se da aviso a la tercera llamada. Entonces el concierto del desconcierto se (re)inicia. Un giro de dial traslada al público a épocas pasadas, con sonidos ajenos y familiares que trastocan un inadvertido juego de sensaciones y emociones en una puesta onírica e impredecible que persigue a través de pinceladas biográficas los rastros de Frederic Chopin, compositor y pianista romántico polaco (1810-1849). La obra remarca sus años de aprendiz, las revueltas del “Levantamiento de Noviembre” –episodio que inspiró el célebre “Estudio Revolucionario”– así como sus años más aciagos. La Comparsa Patafísica ata los cabos de esta cronología histórica y la enlaza con el presente.
"Varieté Chopin", primera obra de
La Comparsa Patafísica. 
Esta ‘pandilla’ (Tati Alcántara, Lucía Rúa, Francisco Luna, Diego Pérez, Sebastián Ramos, Sergio Armasgo, Lorena Bodero y Brayan Pinto) transita con innegable elegancia por los linderos históricos y con mayor convicción en los pasajes oníricos de la propuesta que dirige Chiarella.
Cada episodio reposa en una utilería elocuente y sabiamente elegida: un monociclo, un sombrero, un paraguas y un “pianito”, –o quizá, un piano chiquito–. Con estos elementos, la ‘narrativa espiral’ acierta con momentos jocosos y lúdicos como cuando, en medio de sonrisas cómplices y miradas esquivas, el elenco se atreve a buscar a Chopin en plena sala. 
Otros, en cambio, apuestan al desconcierto absoluto como cuando, casi al final de la puesta, se aprecia a tres actores con cabezas equinas. “Varieté Chopin. Una experiencia surreal” encierra en, cerca de una hora, un cúmulo de universos que parece orbitar sobre un nostálgico vinilo.

FICHA DE LA OBRA
“Varieté Chopin. Una experiencia surreal”
Dirección: Mateo Chiarella
Elenco: Tati Alcántara, Diego Pérez, Sebastián Ramos, Francisco Luna, Sergio Armasgo, Lucia Rúa, Lorena Bodero y Brayan Pinto
Lugar: Teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha 2160, Jesús María)
Temporada: Del 28 de febrero al 15 de marzo

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