sábado, 7 de abril de 2018

Unicornios pálidos

El empoderamiento de la mujer es una de las quimeras visibles del nuevo siglo. Una arenga que no está exenta de reveses y boicots como sucede en “Aquí no hay lugar para unicornios”, un descarnado y pertinente cuadro sobre los riesgos del machismo y la violencia de género.
El director Paco Caparó y Jhosep Palomino, su habitual asistente, dirigen esta propuesta que, más allá del montaje en escena, se erige como señal de alarma para una sociedad construida sobre paradigmas, estereotipos y prejuicios. A través de breves episodios hilados en un cíclico flashback se configura un eje de réplicas aparentemente interminables. El director denuncia la violencia –en esencia, machista– y la retrata con una perspectiva cruda ya vista en obras como “Carne de mujeres” (2012). 
Esta vez, añade con gran acierto una visión transversal del fenómeno y la desmitificación de las proclamas vacías. Para lograrlo, “Aquí no hay lugar para unicornios” muestra a la violencia “normalizada” e institucionalizada en toda amplitud: la casa, la escuela, los centros de labores y los espacios de denuncia. Sus personajes son seres carentes de afecto familiar extraídos de la realidad cotidiana.
A pesar de intentar distanciarse de viejos estereotipos, llama la atención que los potenciales abusadores sean, en su mayoría, roles masculinos, reservando las intrigas psicológicas a los papeles femeninos. 
El equilibrio de las historias no evita la ligera sobre-victimización de los casos. Pero sí reproduce una galería de paradigmas que reflejan la idiosincrasia pasiva de nuestra sociedad. Los hábitos de consumo, la cosificación de la mujer, el empleo de la manipulación y la culpa, la voracidad laboral que invalidan y contamina, incluso, los ideales más justos. Lejos de amilanarse, el elenco –los 17 alumnos de 3er año del Club de Teatro de Lima– afianza su compromiso y dedicación. A nivel estructural, la narrativa precisa y el ritmo vertiginoso de la puesta va hilvanando la diversidad de conflictos con dosificada elocuencia e intensidad, lo que la convierte en apreciable en sus dos horas de duración.
Destaca también el uso eficiente de elementos. Un ejemplo claro son las máscaras que “protegen” la identidad de las niñas y aportan “presencia” a objetos inanimados. Las cajas de madera juegan en una escenografía funcional y sobria, conjugada de forma brillante por las atmósferas íntimas y reveladoras de la iluminación.
A través de su irónico título, “Aquí no hay lugar para unicornios” revela que el futuro tiene poco que ver con equinos imaginarios o linajes azulados. En un país con una de las mayores tasas de agresiones sexuales y feminicidio como el nuestro, son las mujeres –y su denodada lucha– las hacedoras de los nuevos tiempos. 

FICHA ESCÉNICA
“Aquí no hay lugar para  unicornios”, creación colectiva
Dirección: Paco Caparó
Asistencia de dirección: Jhosep Palomino
Elenco: Adriana Burga, Oriana Canales, Levi Castillo, Javier Deza, Estefanía Gallegos, Kevin Gonzáles, Flavia García, José Gallo, Yuliana Huallanca, Daniel Marcone, Manuel Muñoz, Verónica Narro, María Isabel Rojas, Jordana Ramos, Joe Silva, Jackeline Soto y Milagros Yupanqui
Funciones: Sábados y domingos a las 7pm
Temporada: Del 24 de marzo al 08 de abril
Lugar: Club de Teatro de Lima (Av. 28 de Julio 183, Miraflores)
Entrada General: S/. 15

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