viernes, 13 de mayo de 2016

Osados espíritus

Desafiar los temores (o quebrar las reglas) es esencial para los héroes grandes o pequeños. Estrenada en 2015, El sótano encantado” comprobó esta premisa con un montaje divertido, sensorial y, curiosamente, original aun cuando su historia lucía un collage de populares cuentos de hadas.
Tito Vega, Fabiola Coloma y Tomás Carreño
Dirigida por David García Coll, la puesta sucumbe al encanto de los primeros descubrimientos. Sus protagonistas –tres niños que acarician la adolescencia– se sumergen en una travesía épica a través de un refugio prohibido: el sótano de la casa en la que viviera que su abuela. Las circunstancias evocadoras –un argumento familiar– de la trama y el uso de diversas técnicas configuran un montaje inspirado. Luego de una temporada en la Alianza Francesa de Miraflores, El sótano encantado” reabre sus puertas para enseñar, desde los ojos de un niño, cómo vencer el miedo a crecer.

ESCALERAS ABAJO
La puesta inicia con una anécdota trivial: el encuentro de tres amigos tras perder una pelota en los fondos de la casa. A oscuras, los hermanos Guillermo y Jacobo (gran trabajo de equipo de Tomás Carreño y Tito Vega) y su amiga Aurora (Fabiola Coloma) empiezan a curiosear con los objetos de la mamama Gertrudis.
Afiche de la obra
Entonces empieza la magia en escena. Lo anecdótico se mimetiza con un entramado literario de cuentos clásicos como “Blanca Nieves”, “Caperucita Roja”, “Hansel y Gretel” o “La Bella Durmiente” en versiones bastante divertidas y antojadizas. 
Ese tejido es el pretexto sutil para jugar con saltos irreverentes y libérrimos entre las “realidades” de la pieza.
Por ejemplo, puede apreciarse un atrevido “Lobo” o una vanidosa “reina” de léxico pretencioso como personajes inimaginables en el universo de los cuentos de niños.  Estos osados espíritus funcionan a todo nivel ya que el lenguaje escénico que los acompañan por bosques, castillos y aldeas han sido explotados con frescura.

UN CUENTO TEATRAL
La narración con sombras seduce la mirada y desafía a “la muerte” con un juego de voces acertado, mientras la música (y sus breves letras) fluyen en ingenio y ritmo. La utilería (un par de botas o utensilios de cocina, por ejemplo) invita a la imaginación sin subestimar a la audiencia de edad heterogénea.
La bruja, el Lobo y la niña de la caperuza
La oralidad de los relatos aterriza en divertidísimas parodias (Tomás Carreño destaca en este papel) y cautiva a públicos instantáneos
La performance tierna y atrevida de Vega y el eficaz aporte de Coloma, con arrebatos bien pauteados, sostienen la hilarante aventura hasta un desenlace brillante.
Eso sí, un poco de afinación en el canto y un trabajo musical o coreográfico más cuidado habrían sumado. El sótano encantado” hechiza por su propuesta de teatro con pizcas de musical infantil que busca desmarcarse de rígidas categorías. Es el costo de redefinir los finales felices con la imaginación cómplice de creadores y espectadores.

FICHA ESCÉNICA
Dirección: David García Coll
Elenco: Tomás Carreño, Fabiola Coloma y Tito Vega
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Ca. La República 455 San Isidro)
Temporada: Del 30 de abril al 19 de junio
Funciones: sábados y domingos a las 4pm
Una producción de Pluma de Elefante
Más información en la página y evento de la obra

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