Someterse al poder y las “buenas” costumbres puede ser una decisión fatídica. Un ejemplo bien retratado en “La casa de Bernarda Alba”,
emblemática obra teatral del autor español Federico García Lorca (1898-1936), en la
que un grupo de mujeres es víctima de una férrea represión aplicada,
irónicamente, por quien debería protegerlas.
Elenco de "La casa de Bernarda Alba" |
El montaje que dirige Omar del Águila con sus telares colgantes, magníficos contrapuntos y tensiones escénicas, y una musicalización lóbrega y cinematográfica así lo demuestra.
Bernarda Alba (Virginia Mayo, de buen desempeño) es la matriarca de un clan familiar enteramente femenino que ha enviudado por segunda vez, a sus 60 años. Mujer de convicciones tan firmes como el bastón que la sostiene, Alba impone la moderación y el luto irrestricto en casa por los siguientes ocho años. Su poder, incluso, la faculta para mantener encerrada a María Josefa (Claudia Iglesias, en espectrales escenas), su propia madre. Las demás mujeres (sus cinco hijas y las dos criadas) merodean por resquicios de breve libertad, entre patios y zaguanes, llevando a rastras sus silencios, miedos y tristezas en medio de una rutina doméstica y espiritual que las asfixia y marchita.
La aparición de María Josefa (Iglesias) |
Es interesante ver cómo las jerarquías establecidas por vínculos de sangre, poder económico o experiencia funcionan de una forma cuando Alba está presente. Ya en su ausencia, las hijas intercambian consejos, inquietudes, temores y esperanzas con las criadas, aunque las primeras siempre velen por sus propios intereses. Por ejemplo, Angustias (Grecia Rojas), la hermana mayor, que avizora en su matrimonio con Pepe “El Romano” la oportunidad de escapar de ese “infierno”. Esta situación despierta el recelo de sus otras hermanas, entre ellas, la instigadora Martirio (Beleny Gomez) y, en especial, la más joven de todas, Adela (precisa Sofía Rojas), cuya impetuosa personalidad hará frente a la represión matriarcal. En cambio, con palabras y actitudes más sutiles, la desencantada Magdalena (Peggi Carhuallanqui) aterriza la condición de la mujer en un mundo que no ha cambiado lo suficiente; mientras que la amable y recatada Amelia (Alondra Contreras) la secunda con suspicacias, dudas y prejuicios nacidos de la soledad y la frustración.
Omar del Águila dirige a su elenco femenino en una propuesta con aciertos escénicos y estéticos. |
Sus apariciones traen reflexiones útiles, dolorosos presagios y dosis de humor que acompañan a las sombras que se evaporan por una interminable noche de revelaciones. La dirección aprovecha su buen ojo estético en una escenografía funcionalmente modesta. Los telares tendidos y una iluminación acertada bastan para delimitar espacios en que los personajes se revelan y rebelan.
En esa pauta estética destaca los vestuarios de época (negros y blancos) que aportan un aire conservador, elegante y rural. En un país con más presencia femenina en las esferas de decisión pública que antes, “La casa de Bernarda Alba” aún tiene mucho por decir. Y, aunque los riesgos en el ejercicio del poder no dependen necesariamente del género, sus excesos solo pueden traer desoladoras escenas de represión e incertidumbre en una familia y, por qué no, a una nación.
FICHA ESCÉNICA
“La casa de Bernarda Alba” de Federico
García Lorca
Dirección: Omar del Águila
Elenco: Virginia Mayo, Angelica Torres
García, Noraya Ccoyure, Claudia Iglesias, Sofía Rojas, Grecia Rojas, Alondra
Contreras, Beleny Gomez y Peggi Carhuallanqui
Diseño escenográfico: Paulo Yataco
Temporada: Del 08 de noviembre al 01 de
diciembre
Funciones: viernes y sábado a las 8pm /
Domingo a las 7pm
Lugar: Asociación de Artistas Aficionados
(Jr. Ica 323, Lima)
Un montaje de la Asociación de Artistas Aficionados
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