El amor es un bien extraño: algunos lo anhelan
y otros lo esquivan, pero nadie parece escapar a sus enredos. Con más lecciones
que recompensas, “No pensé que era amor” (2018), recoge siete miradas diferentes
sobre este ineludible sentimiento en un montaje vívido y aleccionador.
"No hay problema" de David Ives |
Basada en “Un gusto pasajero” (2017), primer
trabajo del Colectivo Teatral Long Play; y actuada entonces por Manuel Díaz
Ibáñez y Macla Yamada, la propuesta evolucionó sin perder su grácil esencia: aprovechar
los avatares amorosos en sus formas más insospechadas bajo un formato dinámico de
breves historias no conectadas linealmente. Dichas historias muestran las vicisitudes de
pareja desde las etapas más felices hasta las más frustrantes. El desvarío de
tramas deliberadamente desordenadas corresponde al ingenio de Lauren Wilson,
David Ives, Manuel Díaz Ibáñez, José Luis Alonso de Santos y Garth Wingfield.
Planteada como multiverso, “No pensé que era amor” abarca lo trágico y cómico de estas relaciones sin detenerse “innecesariamente”
en los clichés románticos. Desde la dirección Rodrigo Falla Brousett imprime intensidad
y buen ritmo que encaja con los giros inesperados de las escenas.
"Hágame el favor" de Manuel Díaz Ibáñez |
La pareja –Díaz Ibáñez y Priscilla Espinoza–
transita por diversas escenas cotidianas y de alcoba con inocencia y desenfado.
En “Dueto matrimonial”, pieza de Wilson que abre el montaje, se reflejan más
que simples dilemas y temores de dos recién casados: es el umbral hacia un
universo extraño y desafiante del que parece no haber marcha atrás. Espinoza lleva a escena una genuina plasticidad
para crear roles maniacos (“Una verdadera mártir”) y otros más interesantes por
su rápida resolución y concentración como en “No hay problema” (“Sure thing” de
Ives, el maestro en las comedias de un acto), la más lograda del montaje.
Díaz Ibáñez, por su parte, añade personajes grotescos
(“Una cuestión de honor” de Alonso de Santos) o tiernos (“Por favor, tome
asiento y pronto alguien el atenderá” de Wingfield) identificables. El actor es inspirado
autor de dos piezas del corpus: “Hágame el favor”, simpático juego de roles; y
“Tenemos que hablar”, que sirve de epílogo de la obra.
"Dueto matrimonial" de Lauren Wilson |
Sin destacar uno sobre otro, esta dupla “se desvive”
ante la platea con acierto y veracidad, y ligeros errores. Los más visibles,
quizá, estén a nivel técnico con efectos sonoros fuera de tiempo y cambios de
escena –malabares del elenco entre vestuario y utilería a vista del público– que
restan vértigo entre algunas historias. A pesar de estos detalles perfectibles, “No pensé que era amor” ofrece noventa minutos hilarantes y disfrutables. La puesta
es un homenaje a los amantes imperfectos que juegan al (sin)sentido de amar y
ser amado una y otra vez con la esperanza de que esta vez sea como esperamos.
FICHA ESCÉNICA
“No pensé que era amor”, dramaturgia de
Lauren Wilson, David Ives, José Luis Alonso de Santos, Garth Wingfield y Manuel
Díaz Ibáñez.
Dirección: Rodrigo Falla Broussett
Elenco: Priscilla Espinoza y Manuel Díaz
Ibáñez
Temporada: Del 13 de julio al 3 de
septiembre
Funciones: De viernes a lunes 8pm / Domingos
a las 7pm
Lugar: Auditorio AFP Integra del Museo de Arte de Lima - MALI (Paseo Colon 125, Parque de la Exposición)
Entradas: S/ 40 (General) y S/ 20
(Estudiantes, adultos mayores y miembros del Programa Amigos del MALI (PAM)).
Viernes y lunes populares: S/ 20
Una producción de Long Play
Más información en el evento de la obra