jueves, 30 de octubre de 2014

Ciudad caótica

Lima es una oda al caos. Una urbe con edificios dispares, platos con sabores de siete colores, un tráfico ruidoso y una cultura sicodélica llamada “chicha” que engloba los malos hábitos que no queremos desterrar. Lima es de todos, pero ejercer su ciudadanía es un privilegio de pocos.
“Kapital”, el segundo montaje de El Sótano, quita el maquillaje señorial a la Ciudad de los Reyes, revelando un rostro inquietante. 
Con plausible tino, esta propuesta colectiva dirigida por Paco Caparó y Jhosep Palomino se convierte en un “espejo” en el que reflexionar sobre ciudadanía y cultura cívica. Según la mirada que cada espectador pose sobre él, esta “Kapital” le resultará incómoda, amena, o, incluso, repulsiva. Aún quedan dos funciones (este 1 y 2 de noviembre) para apreciar este buen trabajo en el Club de Teatro de Lima.

Denuncia repetida
Con un lenguaje ágil y buen desempeño de su elenco, “Kapital” presenta a los limeños, sus temores y anhelos. Lo evidencia a través de una ruta, novedoso recurso con que experimentar esta puesta mientras sufrimos la lógica “del más fuerte” con actitudes perversas y egoístas inscritas en el ADN de la ciudad.
Esta organicidad dramática es desafiante. El orden de las historias de “Kapital” constituye una mirada particular, pero deben funcionar, además, como un reloj suizo. 
Guiar a un grupo de espectadores por los espacios del Club requiere de precisión que no reste el encanto de la experiencia teatral.
En algunas escenas escolares sobreviven al maltrato y la violencia sexual en su entorno cercano y familiar. Escuchar la frase “Cuando tengas los tuyos, lo vas a entender” y luego una cruda adaptación de “Masa”, de César Vallejo, suena tan intenso, duro y pendiente en una sociedad enferma.

Malos hábitos
En otras historias, el transporte público o las elecciones bastan para describir el nivel de civismo –o cinismo– de nuestra capital. Por ejemplo, la simbología azarosa de naipes vista en el sufragio, el caos de la campaña y el arlequinado atuendo de los candidatos denuncia la naturaleza irónica de las votaciones.
Si el limeño sufraga a ciegas importa poco cuando todo surge del desconcierto proselitista. Y lejos de aceptarse, la mestiza ciudad maltrata a sus migrantes provincianos a pesar de que “Las puertas de Lima están abiertas”, probablemente sólo para los extranjeros. 
Los prejuicios que subyacen son los de siempre. Al finalizar la puesta, las reflexiones flotan por el Club, sus salas y pasadizos. Con “Kapital” (y luego de la notable “La niña se mató y punto”), El Sótano se afianza como un grupo de teatro atrevido, irreverente y comprometido con sus creaciones, lenguajes y estética, sin escapar de su realidad.

Ficha escénica
“Kapital”, creación colectiva
Dirección: Paco Caparó y Jhosep Palomino
Elenco: Maykol Asencios Cruz, Cintia Díaz del Olmo, Sofía Elena E, José Ferguson, Hendrick La Torre, Juan Carlos Ñiquen y Jannina Lisset Vargas Alarcón
Las funciones son los sábados a las 8pm y los domingos a las 7pm
Temporada: Del 11 de octubre al 2 de noviembre
Lugar: Club De Teatro de Lima (Av. 28 de julio 183, Miraflores)
Más información en el evento de la obra

viernes, 24 de octubre de 2014

Desconectados

La vida sin tecnología sería imposible en estos tiempos. En “Power Off”, pieza de Daniel Amaru Silva (Lima, 1987), una tormenta electromagnética amenaza con “apagar” los dispositivos electrónicos del planeta. Parece ser el justo apocalipsis para una sociedad mediatizada y dependiente de sus artefactos y equipos móviles.
¿Cómo reaccionaríamos ante una posible desconexión? Con angustia, ansiedad, miedo, o soledad, quizá. Tantas respuestas revelan sólo los riesgos de vivir incomunicados como irónicamente azuzan los estilos de vida modernos.
Renato Fernández dirige esta propuesta escénica que resultó ganadora del Festival “Saliendo de la Caja” de 2013. Con pocas semanas (va hasta el 23 de noviembre) en el Centro Cultural El Olivar de San Isidro, “Power Off”, la creación colectiva más consciente de la temporada, promete alejarnos de la nociva dependencia tecnológica con un cuestionamiento vigente.

Un triste reflejo
La comedia, reflexiva y atrevida, tarda un poco en encontrar su ritmo al inicio (fuera de su introducción coreográfica plausible), quizá, por la expectativa que despertaba el “apagón”. Es posible que esto reste interés, aún cuando la obra presenta pequeñas historias que irán enlazándose en una maraña dramática  funcional y lúdica.
Se esbozan la voracidad mediática y la superficialidad en las áreas de marketing, mientras se anuncia la cuenta regresiva de la desconexión con un acertado humor que imprime el autor. La puesta recurre a un programa sensacionalista como recurso que le permite desarrollar su cariz cómico para burlarse de los estereotipos y excesos del show business como el mediatizar una catástrofe con un hashtag. Más a profundidad, “Power Off” desnuda temores y vicios que ponen en duda los avances de la sociedad.

Realidad mediática
La multiplicidad de personajes no es óbice para el joven elenco de Fernández. Con Matilda, Alejandra Bouroncle oscila entre lo tierno y lo práctico, Claret Quea es divertido como el inseguro Carlos, y Úrsula Palomino se revela con energía y autoridad en su papel de Francesca, madre y jefa de equipo publicitario.
El dúo mediático de Roberto (el humor de Oscar Meza podría explotarse más) y Renato (Carlos Casella en un rol solvente) y el “incidente” que los vincula no deja de ser anecdótico. 
Cada uno resuelve con precisión y naturalidad sus personajes (fugaces y principales), sin que sus conflictos sean esclarecidos o resueltos.
Los elementos técnicos son protagonistas también. La música (Francisco Luna) y los recursos visuales –en especial, los videos– construyen la atmósfera lúdica y paródica en plena cultura de la imagen. El final de “Power Off” es como aguarda el instinto: impredecible y necesario. Vaya al teatro de El Olivar y desconéctese con confianza.

Crédito de fotos: CC El Olivar /  Power Off

Ficha escénica
“Power Off”, de Daniel Amaru Silva
Dirección: Renato Fernández
Elenco: Alejandra Bouroncle, Carlos Casella, Claret Quea, Oscar Meza, Úrsula Palomino
Artista Visual: Juan Carlos Casusol
Música: Francisco Luna
Lugar: Centro Cultural El Olivar (Calle La República 455, San Isidro)
Funciones: De jueves a domingo a las 8pm
La temporada va hasta el 23 de noviembre
Mayores informes en Power Off 
Twitter: @PowerOff_Teatro

sábado, 4 de octubre de 2014

Crisis en Dubái

El apetito voraz de corporaciones multinacionales extingue, de a pocos, la vida del planeta. Sucede ahora y pasará, con inquietante certeza, en 2049. En ese año del epílogo, quizá, cinco implacables gerentes dedicados a desarrollar proyectos de lujo se reúnen en una oficina en “Dubái”.
En esta nueva pieza teatral de Víctor Falcón (este año presentó “Japón”) se desnudan –tal cual– las conocidas ansias de la bonanza económica y la oscura vacuidad humana. Provocadora y monstruosa, “Dubái” es dirigida por Gonzalo Tuesta bajo una perspectiva pragmática, mecanizada y eficiente. Un escenario decadente sobre el que plantear conflictos profundos, temores ocultos y prejuicios acendrados. Que la puesta sea apta sólo para mayores de 18 años es un aliciente más para atreverse a verla. Va hasta el 28 de octubre en el Teatro Racional de Barranco.

Semana de cierre
Cincos ejecutivos deberán preparar un plan de negocios rentable: un resort perdido en la selva. Tienen siete días para elaborar el proyecto, tiempo suficiente para que pongan a prueba sus habilidades y demostrar quién es el mejor para liderar dicho proyecto y ganar la presidencia mundial de la corporación.
La premisa avizoraría una guerra sin tregua entre un buffet estelar integrado por Boris (Renato Medina), Erasmo (Jorge Bardales), Rómulo (Esteban Phillips), Abel (Giovanni Arce) e Ignacio (Ernesto Ballardo): todos astutos, egoístas, ávidos de poder, lascivos y, aunque no lo aparenten, vulnerables. El abogado y psiquiatra (Sebastián Eddowes) es el contrapunto neutro de algunos de los cinco conflictos transversales (familiares, profesionales o psicológicos). La puesta redunda en la sordidez de los personajes y abandona los escrúpulos (como los conflictos sociales) que habrían generado una mayor expectativa.

Caos capitalista
Este fraccionamiento de conflictos se torna difuso hacia el final sin establecerse mayores rivalidades en escena. El desempeño entregado y consciente del elenco es plausible tanto como su propuesta estética corporativa, circular y mecanizada, como los engranes de una fábrica gris.
Y es que “Dubái” no es un manifiesto anticapitalista, pero se le acerca. Derriba los mitos del éxito mercantil apelando al envejecido argumento de que “el fin justifica los medios”. La corporación latinoamericana que los ha contratado es sólo un espejo para reflejar bonanza y maquillar existencias vacías. Pero deja una estela detrás. El montaje escatima al transmitir ese desolador mensaje aunque, sin mal ánimo, olvida observar los reales estragos de un mesiánico capitalismo, sin hurgar en los excesos de sus causantes. “Cierra los ojos. Relájate. Disfruta del final del planeta”. Hacia allá vamos.

Crédito de fotos: Teatro Racional

Ficha escénica
Dubái”, de Víctor Falcón
Dirección: Gonzalo Tuesta
Elenco: Giovanni Arce, Ernesto Ballardo, Jorge Bardales, Sebastián Eddowes, Renato Medina y Esteban Philipps
Temporada: Del 21 de agosto al 25 de octubre de 2014
Funciones: Jueves, viernes y sábados a las 8:30pm
Lugar: Teatro Racional (Av. Balta 170, Barranco)
Entradas: S/. 25 (General) y S/. 15 (Estudiantes y Jubilados)
Reservas: dubai.teatro@gmail.com