miércoles, 27 de agosto de 2014

Inicios y finales

Observar dramaturgia peruana puede resultar un desafío en las carteleras limeñas. Se precisa de lugares disponibles y grupos teatrales que decidan iniciar carrera con obras nacionales. Esta mágica coincidencia sucede cada viernes (hasta este 29 de agosto) en Casa Espacio Libre y Pandala Teatro.
Una despedida imprevista
El grupo está integrado por Juan Pablo Bustamante e Ivana Cañas y esta vez presentan “Encuentros, su segunda producción. 
El montaje dirigido por Mia Michelena (como directora invitada) reunió piezas relativamente actuales como “En el borde” (1998) y “Una despedida imprevista” (2007).
Escrita por Mariana de Althaus, la primera obra presenta a Adrián y Lara, dos jóvenes a punto de suicidarse desde un abismo, mientras que el segundo texto, de Daniel Dillon, trata del reencuentro de una antigua pareja que desea cerrar un capítulo inconcluso de su vida.

Inicios y finales
La selección de textos refleja un contraste. Un inicio y un final, plasmados desde perspectivas y poéticas distintas, en tiempos diferentes. De Althaus ya revelaba ciertas aristas creativas presentes posteriormente como la soledad, los conflictos y la complejidad de sus personajes femeninos.
Bustamante y Cañas
En Dillon, en cambio, se recurre a monólogos y diálogos imperfectos, con subtextos desencantados, oscuros y trágicos
Los montajes son equilibrados, con una escenografía modesta y elementos bien utilizados, aunque se precisa de mayor cuidado en el timing del juego de luces y sonido.
En materia actoral, Cañas es intensa y emotiva como la angustiada Lara de “En el borde”, mientras que Bustamante resuelve con aplomo y frialdad a Jorge, su personaje en la segunda pieza. Como toda puesta, la experiencia es siempre perfectible y para ello basta esfuerzo, entusiasmo y entrega.

DATO: La primera puesta de Pandala Teatro fue “Vino caliente”, una comedia escrita por Ivana Cañas puesta en escena en marzo pasado en la Asociación de Artistas Aficionados (AAA).

Ficha escénica
Encuentros”, montaje que incluye “En el borde”, de Mariana de Althaus, y “Una despedida imprevista” de Daniel Dillon
Dirección: Mia Michelena
Elenco: Juan Pablo Bustamante e Ivana Cañas
Funciones: Viernes a las 9pm
La temporada va del 8 al 29 de agosto
Lugar: Casa Espacio Libre (Av. Bolognesi 802-A, Barranco)
Entrada liberada, salida solidaria / Reservas: 247-6346
Una producción de Pandala Teatro
Más información en el evento de la obra

Inocencia perdida

Ópalo ha afianzado su tradición teatral con procesos únicos. Lo reflejan sus puestas escénicamente singulares, el alto contenido reflexivo y las obras de autores europeos contemporáneos vistos en quince años de vida. En sus montajes se conjuga un trabajo físico, sensible y plástico.
Wendy Vásquez y Haydee Cáceres
El reestreno de “Las neurosis sexuales de nuestros padres es un claro ejemplo. Dirigida por Jorge Villanueva, esta puesta cuestiona la moral y los prejuicios, con mayor madurez y sin perder vigencia tras su estreno en 2010 ni la magia desencantada del autor independiente suizo Lukas Bärfuss (Thun, 1971). 
Como en “La vida es sueño”, la frágil Dora (Wendy Vásquez) está próxima a despertar. Tras años de vivir sedada por psicofármacos, el doctor y sus padres deciden que lleve una vida “normal”. Con una mirada ingenua, la joven se enfrentará a los cánones morales y éticos relativos de la sociedad.

Triunfos morales
Esta premisa podría transgredir la moral o figurarse como una protesta ante la represión (social y sexual). En ambos escenarios, el mensaje de Bärfuss es fuerte y contundente gracias a la actuación y entrega (física y psicológica) de Vásquez. La actriz muestra solidez sin alejarse de la dulzura e inocencia de Dora.
Lucho Cáceres y Wendy Vásquez
Resulta evidente cómo el peso escénico de este personaje supera a la resistencia moral reunida en el elenco por el frenesí de sus anhelos y arrebatos. 
Los padres de Dora (Mónica Domínguez y Gustavo Mc Lennan) son conservadores y distantes. Encarnan la negación de la sexualidad y son el único refugio para Dora, pero fallanEn la tienda de vegetales (Haydeé Cáceres y Juan Carlos Morón) domina una moral de buenas intenciones, mientras que el novio (Lucho Cáceres) sigue una vida licenciosa. El doctor (buen trabajo de Marcello Rivera) se revela, en cambio, como un personaje neutro con apariciones frías (científicas) retocadas de humanidad.

Orquesta de elementos
El montaje presenta tres espacios definidos (la sala de casa/consultorio, la tienda y la cama de hotel), cuyos sutiles cambios dinamizan y recrean cada escena. La música y la participación de Magali Luque en el cello y las copas es un plus. Su aporte es gravitante en la mayoría de momentos poco felices.
Wendy Vásquez es Dora
Y existen acotaciones proyectadas que enriquece el lenguaje estético de la puesta de dos horas
“Mi objetivo era mostrar cierta atmósfera, un ambiente que en los diálogos no se hace visible directamente”, refirió el dramaturgo suizo en una entrevista de 2010 citada en el programa de mano. Tales rasgos invisibles, como el mundo interior de Dora, completan la riqueza escénica de “Las neurosis sexuales de nuestros padres. Como en su primera temporada, esta notable puesta aún remueve los primitivos temores nacidos desde una óptica genuina y primigenia: la sexualidad.

DATO: Las neurosis sexuales de nuestros padres” fue estrenada por Ópalo en 2010 en el ICPNA de Miraflores. Su elenco estaba integrado por Wendy Vásquez, Sergio Paris, Marcello Rivera, Celeste Viale, Gustavo Bueno, Olga Bárcenas y Juan Carlos Morón.

Ficha escénica
Dirección: Jorge Villanueva
Asistencia de dirección: Andrea Fernández y Jamil Luzuriaga
Traducción: Claudia Baricco
Elenco: Wendy Vásquez, Haydeé Cáceres, Lucho Cáceres, Marcello Rivera, Mónica Domínguez, Gustavo Mc Lennan y Juan Carlos Morón
Composición musical: Magali Luque
Fotografía: Javier García Rosell
Lugar: Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595, Miraflores)
Funciones: De jueves a lunes a las 8pm
La temporada culmina el 7 de setiembre
Una producción de Ópalo Asociación Cultural
Más información en el evento de la obra

lunes, 18 de agosto de 2014

Desde la otra orilla II

El periodismo y el teatro son parientes cercanos. Emparentados por su creación (una textual y otra escénica) y la necesidad de un público (lector o espectador), siempre hubo quienes atraídos jugaron en ambos lados de estas artes. Críticos-dramaturgos y actores-periodistas, todos tenían qué decir.
En su aniversario 15, el grupo de teatro Espacio Libre ha organizado mesas de diálogo de lujo
El jueves 14 de agosto reunió a Nicolás Yerovi, Ernesto Carlín, Rosana López-Cubas y Eliana Fry García-Pacheco para charlar, con grácil desenfado, en una noche de recuerdos y reflexiones.
Una mirada retrospectiva añoró los días en que los periodistas pertenecían a la bohemia y los circuitos artísticos. “El periodismo y el teatro han estado vinculados entre los inicios de 1900 y los finales de los años cincuenta. Los periodistas eran artistas, dramaturgos o literatos”, recuerda Yerovi.

Rol de los medios
Ahora, agrega, “los dueños encargados de los medios son empresarios”. Mientras acomodaba su gabardina azul, recordó que una de las últimas críticas sobre una obra suya (ha escrito más de 25 piezas) fue publicada en 1981 por un crítico teatral que a la vez era dueño de La Casa del Fumador.
“La formación de públicos no es interés de los dueños”, afirma el autor de las recientes “Jarana” y “Titina”. Los tiempos han cambiado, quién sabe, si para bien o no. 
Con una crisis editorial que ha reducido los diarios y suplementos a la mitad (de 32 a 16 páginas, en algunos casos), la cultura sufre otro tipo de embates.
Ernesto Carlín, editor de culturales en El Peruano y conductor en “De cazuela”, confiesa que “publicar una nota sobre teatro (o cualquier arte) implica negociar con los editores y su perspectiva artística”. Por suerte, en el diario oficial, la lectoría revela un interés por las gacetillas legales, políticas y culturales.

Confusión y frivolidad
Ello no es la única tara que enfrenta el periodismo cultural. “Estamos en crisis desde el momento en que las secciones cultura y farándula son confundidas”, critica Carlín. Esta farandulización afecta a todos los eventos culturales y el trabajo de los agentes de prensa que los promueven.
“Este fenómeno convierte a los diarios tradicionales en anexos de otros medios como El País, El Mundo, ABC y agencias de noticias como EFE o Reuters”, señala López-Cubas. Desde hace unos años, ella administra un blog-magacín que abarca todas las artes llamado “Lima en escena.
“Es un espacio para que los trabajos independientes se expresen, en especial, aquellos que fomentan la reflexión”, comenta. Las web y otras plataformas se financian en función del “tráfico” que generan, pero a cambio, ofrecen mayores libertades y evitan las exigencias mediáticas de las noticias de masas.

¿Público en crisis?
Esto sería favorable ante la ausencia de crítica teatral en medios impresos. Pero, ¿cómo resolver este déficit? “Desde mi web trato de entrevistar a los creadores de la puesta (directores y actores), hacer visible esas herramientas de reflexión con temas sobre la memoria y el ser individual”, refiere López-Cubas.
“La oferta de teatro ha crecido al punto que es un reto abordarlo con objetividad y equilibrio”, asevera Carlín, quien publica notas en extenso y videos de entrevistas en ANDINA. Yerovi es un convencido de que “la función educativa del arte y la cultura fue decapitada” a pesar de la transición vivida en 2000.
“Cuanto más inútil la población, más fácil será gobernarla”, refiere este autor de décimas, inusual género que pudo publicar más de tres mil días seguidos desde 2001. Sus risueñas radiografías desaparecieron en 2011, como hacía tiempo sucedió con las críticas de teatro, de arte o de libros, sin que la voz de los lectores (espectadores y público en general) importara. Revertir esta situación es el desafío.

DATO: Espacio Libre ofrecerá dos interesantes charlas: “Teatro y Poesía” (jueves 21) y “Teatro y Crítica” (jueves 28) a las 8pm. El ingreso es libre. Las preguntas y comentarios son bienvenidos. Puede reservar a 247-6346

Desde la otra orilla “Teatro y Periodismo”
Nicolás Yerovi                    (Monos y monadas)
Ernesto Carlín                     (Tanque de Casma y De cazuela)
Rosana López-Cubas         (Lima en escena)
Moderadora: Eliana Fry García-Pacheco
Lugar: Casa Espacio Libre (Av. Bolognesi 802-A, Barranco)

viernes, 15 de agosto de 2014

Lúcida invocación

“Ipacankure” (1968) parece asomar desde alguna dimensión alejada de las habituales piezas naturalistas y realistas actuales. La ópera prima de César Vega Herrera (Arequipa, 1936) lleva más de cuatro décadas, desde su primera puesta, sembrando desconcierto en los escenarios.
Fue escrita sin imaginar la repercusión que alcanzaría (fue mención honrosa del Premio Casa de las Américas a fines de los sesenta). Esta vez, el Teatro Universitario de San Marcos se enfrenta a esta dramaturgia sencilla, en apariencia, pero con subtextos complejos.
Sus diálogos inconexos y absurdos no entregan salidas evidentes, sino revelan interrogantes similares a los dilemas planteados en “Esperando a Godot”, del irlandés Samuel Beckett (1906-1989). La soledad, el desarraigo, la disfuncionalidad comunicativa y la existencia dependen de una enigmática invocación.

Condición sombría
Uno y Dos (Joseph Mendoza y Frank Castañeda) mantienen una relación forzosa que denuncia su condición vulnerable. Comparten una habitación decorada de pobreza y soledad, charlas inconclusas, con pocas certezas, salvo la críptica palabra “Ipacankure”.
En torno a ese nombre (y la incertidumbre de su naturaleza) se establece un juego escénico de sueños y vigilias. Sus personajes oscilan entre el ensueño y la razón, la locuacidad y la reflexión
En su momento, esta pieza encarnó un riesgo en su concepción y escritura dramática, por su naturaleza absurda, sombría y pesimista.
Brilla por su desencanto, pero sus actuaciones son débiles y azarosas, con ciertos disfuerzos de los noveles actores en las escenas de mayor energía. Las falencias no son corregidas a tiempo por la dirección y revela a “Ipacankure” como un serio desafío por las características de este montaje.

Autor pendiente
Con reminiscencias a “Esperando a Godot (Vega Herrera ha dicho que conoció esta obra tiempo después), “Ipacankure” delinea su atractivo en su identidad. La palabra suena a un misterioso quechua. No revela más, pero es suficiente para cifrar el futuro de sus desolados personajes.
La buena escenografía y un juego de luces aún perfectible sumado a lo referido, no permite que el máximo provecho del texto. No obstante, es un mérito trabajar este reto teatral y ser correspondido en interés y afluencia de público en el auditorio del Centro Cultural de San Marcos.
Aunque galardonado con el “Premio Nacional de Dramaturgia” (1987) del Instituto Nacional de Cultura (INC) y el “Premio Nacional de Teatro” (1989), Vega Herrera es un autor a quien revisar con frecuencia. Conocer su dramaturgia es ahondar los linderos inéditos e inusuales por los que transita nuestro teatro.

DATO: El 28 de agosto se estrenará “Noche de Luna”, de César Vega Herrera bajo la dirección de Jorge Sarmiento en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD).

Fotografías: CCSM / Teatro de San Marcos

Ficha técnica
“Ipacankure”, de César Vega Herrera
Dirección: Edgardo Cáceres Álvarez
Asistente de dirección: Percy Pinto Ávila
Elenco: Joseph Mendoza Andia y Frank Castañeda
Gestión cultural y producción: Elizabeth García
Escenografía e iluminación: Jorge Rodríguez Chipana
Próximas funciones: 15, 22 y 29 de agosto
Lugar: Auditorio del Centro Cultural de SanMarcos
(Av. Nicolás de Piérola 1222, Centro de Lima) Parque Universitario
El ingreso a estas presentaciones es libre

miércoles, 13 de agosto de 2014

Ineludible paréntesis

El tiempo es un péndulo macabro en “Paréntesis”, pieza del director Diego La Hoz. Con un vaivén de recuerdos, la trova de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez y una atmósfera de desencanto, la memoria de su protagonista aparece vaporosa, nostálgica y vulnerable. 
"Paréntesis"
Busca ser feliz. Un anhelo alegre, fugaz y, casi siempre, inalcanzable para nuestras cortas existencias.
Despertar cada día para afrontar esta lucha “eterna” sin ventajas ni chances conmina a los habitantes de vidas grises o vacías a la reflexión y la frustración. O ambas.
“Paréntesis” presenta una travesía sexagesimal sugestiva. 
Surgen regresiones de 24, 12, 6 o 3 años. Curiosamente, cuando la puesta fue estrenada en 2011 el grupo Espacio Libre cumplía 12 años y Karlos López Rentería, desde entonces intérprete de la obra y colaborador de su creación, alcanzaba apenas los 24.

El tiempo vuela
En su dramaturgia, La Hoz ha impregnado poesía, una tradición que ha marcado su proceso creativo. En esta obra asoman versos adaptados de “La casa de cartón” de Martín Adán y el aporte de López Rentería (en energía actoral y dramaturgia) en varios pasajes del montaje.
Karlos López Rentería
La puesta se convierte en un rito íntimo, personal y universal. Los recuerdos vuelan y se posan en la memoria, cristalizan la mirada y culminan en un suspiro inexpresivo. 
Sus textos añoran la simpleza de los días juveniles y denuncian la opresión de los horarios y los logros impuestos por la sociedad... incluso en la ficción.
Encuentra una forma muy pulcra en los elementos utilizados: cuerdas atadas, fotografías, atuendos para cada edad, maletas y velas. Sutilezas con que recrear una imagen moderna de las angustias existenciales en un espacio amigable y versátil. La vida, en esencia, es una lucha por la libertad con inevitables pausas.

DATO: Espacio Libre presentará El otro aplauso el martes 19 y sábado 23 de agosto a las 7pm en la Casa de la Literatura Peruana. El ingreso es libre.

Ficha escénica
“Paréntesis”, de Diego La Hoz
Dirección: Diego La Hoz
Actúan: Karlos López Rentería
Próxima función: sábado 16 de agosto a las 7pm
Lugar: Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Lima)